Una crónica muy especial: el editor pregunta, el autor responde

Una crónica muy especial: el editor pregunta, el autor responde

Lucas Pellicer, coordinador de gRRound! Ediciones, entrevista a J.C.Deus, autor de ‘Crónica de Medio Siglo’ y editor de esta Guía Cultural: ‘La Crónica es producto de una serie de carambolas inesperadas… Me he pasado la vida buscando vestigios de la verdad en los más antagónicos paisajes intelectuales y vitales… Para 2023 estará completa la segunda serie. Yo creo que podría terminar la tercera serie para 2025-2026.’

P.- Como editor virtual y sosias de usted no tengo más remedio que empezar preguntándole cómo es tan osado de pretender escribir una crónica del último medio siglo, cómo puede aspirar a encontrar lectores para tocho semejante…
R.- Juro que no ha sido con premeditación y alevosía, sino producto de una serie de carambolas inesperadas. Comprendo las desconfianzas generadas y prometo propósito de enmienda, aunque ya a mis años tenga poco remedio.

P.- Lo cierto es que estamos ante un proyecto excepcional se mire por donde se mire, ya sea por su dimensiones -diez mil páginas publicadas hasta el momento-, el tiempo dedicado a su ejecución -el proyecto nació en 2009- o por su estructrura narrativa, no ficción documentada que enlaza cuestiones tan diversas y extrae un sentido a todo ello.
R.- Visto así… El caso es que al principio iba a ser una historia cortita de un grupo revolucionario de finales del franquismo; pero había que contextualizarlo y eso lo lió todo. Lo más valioso sin embargo para mí de esta Crónica de Medio Siglo es que es resultado de un punto de vista forjado en toda una vida buscando vestigios de la verdad en los más antagónicos paisajes intelectuales y vitales. Para bien o para mal es un punto de vista singular que me ha costado la vida entera cultivarlo mediante años de reflexión, de limpieza inmisericorde de todo prejuicio, de labrado periódico de perspectivas amplias, de conseguir una mente amplia y profunda capaz de recoger, entender y narrar esta historia colectiva en toda su complejidad.

P. ¿Y cómo se consigue tener un punto de vista por encima de las fobias y las filias, tan humanas, tan comunes?
R. En primer lugar, poniéndose de parte de la minoría, para equilibrar. Y luego, dejándose llevar por una intuición sin condicionantes, escuchando la voz interior que nos guía, con una apertura mental auténtica que causa zozobra, disquisiciones internas interminables sin saber cuándo y cómo podrían servir para algo. La base fundamental fue el desapego radical con el que efectué mi desenganche de la etapa revolucionaria, lo cual me impidió optar por fórmulas rentables de reciclado en la opción política ganadora tras la Transición, y por el contrario me obligó a desconfiar visceralmente de ella, puesto que conocía sus espurios orígenes, y a permanecer absolutamente al margen de la gran impostura que supuso el afianzamiento del régimen juancarlista.

P.- Dicen también que es un retrato sin retocar, un laberinto intrigante…
R.- En la lucha de relatos sobre el final del régimen anterior, sobre la transición al régimen actual y sobre su evolución hasta el presente, nadie quiere una versión objetiva que ponga en solfa la suya, y mucho menos un relato no homologado que coincida y diverja según los casos. Los toreros de postín no gustan de espontáneos respondones. Así que sin pintarlo en la pizarra de suresnes ni consensuarlo en las reuniones del ‘cáncer man’ del Expediente X, se le ha hecho un vacío silencioso que funciona admirablemente. Hoy por hoy no se admite esta incontrolada Crónica de Medio Siglo. Quién sabe si pasado mañana.

P.- Dudo de que haya alguien que la haya leído entera.
R.- Bueno, yo sé de algunos, pero contados. Parece tan imposible de leer entera como lo parecía el escribirla cuando comencé; quizás sea una obra para su mera contemplación y su consulta puntual, para tenerla en casa como un reconocimiento al intento. Sí, asusta, pero hay que quitar el miedo al lector, no es necesario, no es imprescindible, y quizás es desaconsejable salvo para auténticos forofos, leerla toda seguida. Lo suyo es hacerse con toda la colección para que ocupe un lugar de honor en la biblioteca personal o profesional, y leerla por episodios sueltos, incluso por capítulos aislados, según interese en cada momento. Sirve como una especie de enciclopedia de la vida y la historia española entre 1960 y 2014. Es un libro de consulta para todo ciudadano que intenta informarse de lo que pasa, que lee periódicos y libros, que mantiene una actividad participativa moderada en las redes sociales, opinando de esto y de aquello; es como las colecciones de cromos de nuestra infancia, hay que completarla y luego ahí se queda: porque da buena suerte, y se va leyendo conforme apetece y se necesita para ampliar esta importante noticia de hoy con sus antecedentes, las declaraciones de tal personaje con su evolución, los hechos y protagonistas de hoy con su pasado, para así comprender las cosas no en foto fija sino en evolución y perspectiva.

P.- No es lectura para pasar el rato.
R.- Entretener al público está bien, pero yo aspiro a unos lectores que no necesitan entretenimiento, que solo quieren saber, entender y cavilar, la actividad excelsa para la que existimos. Aparte de que su lectura puede resultar tan interesante e intrigante como una novela, a escala más amplia, con muchos más personajes y ese personaje colectivo que es la evolución social. No obstante, reconozco que son muchos hilos en un mismo ovillo y quizás no es apta para amantes de lecturas fáciles en busca de explicaciones simplistas.

P.- El problema es también su extensión, algo que intimida.
R.- Es cierto que leer la Crónica completa, los 23 episodios ya publicados, uno tras otro, quizás necesite dos años, a un mes por episodio. Pero pocos se lo plantearán así, la mayor parte de los casos que conozco lo alternan con otras lecturas y hasta se saltan partes que les interesan menos para volver a ellas al cabo del tiempo. Y en cuanto a su abordaje colectivo, por ejemplo en la asignatura de Historia Contemporánea de 5º curso de la ESO, bastaría dedicarle una clase semanal -presentado en diez minutos por el alumno encargado de haber leído cada episodio, seguido de un debate de veinte minutos-, para abordarlo entero en el marco de un curso lectivo sin mayores problemas.

P.- ¿Cuál sería el perfil del lector medio?
R.- Me da la impresión que son sobre todo personas maduras, interesadas en la política, aficionadas a la historia, capaces de contrastar sus experiencias y opiniones con una visión amplia de conjunto, desde ex militantes de la izquierda radical a conservadores curiosos por conocer otros ámbitos; sin duda personal académico del ámbito de las humanidades, especialmente el profesorado de historia contemporánea y los alumnos que preparan doctorados y cursos relacionados con esta temática. Tenga en cuenta que el período abarcado interesa a cuatro generaciones, la que fue adulta con el franquismo, que se extingue; la que hizo la transición que se jubila, la que está cogiendo el relevo en todos los ámbitos y la que viene detrás empujando. Necesitamos saber lo que ocurrió ayer para entender lo que pasa hoy.

P.- ¿Y qué dicen los historiadores consagrados, los catedráticos del ramo, los expertos historiográficos?
R.- Casi nada. Con contadas excepciones, silencio administrativo.

P.- O sea que las cosas van regular tirando a mal.
R.- Usted lo sabe mejor que yo. Los que leen libros no saben ni quieren comprar en Amazon, y los que compran en Amazon, no compran libros. La Crónica necesitaría a Planeta o Random House, o mejor a una editorial más reciente y emprendedora para llegar a las librerías, a las bibliotecas públicas, a las instituciones involucradas, a los departamentos de historia de institutos y universidades.

P.- Vaya, encima nos critica.
R.- Yo le estoy eternamente agradecido a esa entelequia que es gRRound! por inspirarme y acompañarme hasta el final, y a su equipo, empezando por Alberto García Briz, pero lo que es virtual, es virtual.

P. Ya, ya. ¿Cuánta gasolina le queda, llegará al final?
R. Para 2023 estará completa la segunda serie. Yo creo que podría terminar la tercera serie para 2025-2026.

P. ¿Quién es ‘Ricardo Acero’?. Dicen que es usted mismo y que el libro es en primer lugar autobiográfico.
R. En ningún sitio se dice que el evasivo sujeto que va a apareciendo en todos los episodios de forma breve y puntual sea yo, y por tanto hay que mantenerlo así: es el protagonista principal de la Crónica y en lo que dice y hace no hay una gota de ficción. En la Crónica se dan datos de la vida de decenas y decenas de personas de los más variados ambientes y procedencias. Y aunque se escoge a ‘Ricardo Acero’ para hacer su seguimiento biográfico de forma más profunda y completa, desfilan por sus páginas las trayectorias vitales de un centenar de frapistas de entonces.

P.- En fin, denos alguna idea para procurar vender más ejemplares. Alguna frase con gancho.
R.- Vayan cinco, sin gancho pero con tino: una iniciación a los misterios de nuestra Historia reciente; un retrato apasionante de un país agitado por cambios profundos; una aproximación a lo que pasó, cómo pasó y por qué pasó; una respuesta fidedigna a las principales incógnitas de esa época; los quién y cuándo de una aventura personal y colectiva.

P.- Querría quizás añadir algo…
R.- Solo frases de otros para no abusar:
–‘Cuando lo realizaba, era consciente de que estaba haciendo algo distinto, que no se había hecho antes. Pensaba que quizá iba décadas por delante de mi época. Ahora me doy cuenta de que apenas llegué diez minutos antes. Realmente, el zeitgeist y la suerte hicieron que se convirtiera en lo que fue’ (Art Spigelman).

–‘Memoria e historia aparecen así contrapuestos, como los dos extremos de un continuo. La memoria es individual y personal, es subjetiva y particular, tiene un punto de vista particular, una mirada. Es también mi mirada contra la tuya y, en ese juego de espejos, ¿cuál es más creíble, más respetable? La historia es (o debe ser) lo contrario: objetiva, rigurosa, impersonal, universal. No mi historia, sino la historia (Emilio Lamo de Espinosa).

–‘Un hombre que gasta toda su vida llevando a cabo unas pocas operaciones simples, cuyos efectos quizás son siempre los mismos o casi, no tiene ninguna ocasión para aplicar su inteligencia o para ejercitar su inventiva a descubrir nuevos procedimientos para superar dificultades con las que nunca se encuentra’ (Adam Smith).

–‘La Historia se basa en la interpretación de una serie de hechos. Nunca podrá llegar a una certeza absoluta, porque varían las perspectivas, el descubrimiento de nuevos datos, la percepción de la realidad por parte de las nuevas generaciones, etc. […] La Historia, al ser interpretación, exige libertad intelectual en la esfera pública’ (Javier Navascués).

–‘Se creía un despropósito reservado a los poetas hacer del destino la excusa del caminar. Pero son más los que han descubierto que no solo se viaja para llegar. Los psicólogos comienzan a intuir que el complicado asunto de la felicidad acaso tenga más que ver con el tránsito […] También los filósofos morales empiezan a preguntarse por el buen juicio de las tareas imposibles, al caer en la cuenta de que, en el entretanto, en la propia contienda se van sedimentando otras conquistas que necesitan del sueño para su forja, valores como la dignidad y el autorespeto. Incluso en la ciencia es mentira que las quimeras sean inútiles. La historia de la ciencia está preñada de empresas delirantes que desembocaron en el sobrio y sereno puerto del conocimiento bien asentado’ (Félix Ovejero).

–‘Se impone por todos sitios –la academia en primer lugar– la idea de que para investigar hay que construir primero una “máquina de mirar” con los materiales de autores reconocidos, cuando en realidad el primer resorte del pensamiento es un problema o una inquietud propia, algo de la realidad que nos reta y desafía. Sin problema, sin inquietud, sin algo de cuerpo, sólo haremos juegos y combinaciones de palabras […] Las referencias, las citas y los autores vendrán en todo caso después, para intensificar, elaborar y refinar los propios impulsos o inclinaciones (Amador Fernández-Savater)’.

Terminemos con una sipnosis de esta Crónica de Medio Siglo: Siguiendo el rastro de un grupo revolucionario cuyos antecedentes se remontan a comienzos de los años sesenta del pasado siglo y cuyos últimos coletazos aún perviven, este serial verídico y apasionante engarza en un único relato todos los grandes acontecimientos del último medio siglo, comenzando por el surgimiento de los grupos radicales prochinos en los años 60 hasta llegar a la crisis de la pasada década, los brotes indignados, la irrupción de Podemos, Ciudadanos y Vox, la abdicación real…. para terminar con lo que parece el inicio de otro ciclo histórico. Grandes acontecimientos sociales y muchas historias personales, cientos de personajes de todos los ámbitos y tendencias, un panorama nunca mostrado tan complejo y tan veraz.

No es de extrañar pues que esta Crónica de Medio Siglo’ sea considerada unos ‘Episodios Nacionales’ de nuestra época, el mejor homenaje que se puede rendir a Benito Pérez Galdós tras conmemorarse el centenario de su fallecimiento en 2021.

CRÓNICA DE MEDIO SIGLO. Del FRAP a Podemos. Un viaje por la historia reciente con Ricardo Acero y sus compañeros

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