El «caso Haidar» nos ha mostrado cómo entiende el régimen marroquí la libertad de circulación y el respeto por los convenios internacionales. Ahora, el referéndum suizo para prohibir los minaretes en las mezquitas nos revela cómo entiende ese mismo régimen la libertad de religiosa y que se resume así: «minaretes en Suiza sí, campanarios en Marruecos no».
El diario oficialista marroquí «Aujourd’hui le Maroc» publica el día 2 de diciembre que el Consejo Superior de los Ulema de Marruecos ha condenado la decisión democráticamente adoptada en Suiza:
El Consejo Superior de los Ulema, institución honrada con la presidencia de Su Majestad el rey Mohamed VI, príncipe de los creyentes, y que expresa la opinión de los maestros coránicos del Reino de Marruecos, no puede sino condenar esta orientación (la suiza) cualquiera que haya sido su origen y ve en ella una forma de extremismo y de exclusión.
El «pequeño» problema es que en Marruecos está rigurosamente prohibida la construcción de campanarios y el uso de las campanas en las pocas iglesias permitidas.
¿Debemos entender entonces que el régimen marroquí es «extremista» y «excluyente»?
Extraño modo, el del majzén, de entender la libertad religiosa.
Lo digo porque los amigos del régimen marroquí no dejan de hablarnos de sus «espectaculares» «reformas» y de sus progresos en el reconocimiento de las «libertades»….