Jon y Jaime, sois muy grandes

Hace una semana Jon Rahm volvió al puesto de golfista numero uno del mundo tras ganar el Masters de Augusta en una actuación épica que comenzó con un error en el hoyo uno que le costó dos golpes de más. Empezar regalando dos golpes en Augusta es un lastre y un mazazo que a cualquiera le puede tumbar anímicamente. No a Jon Rahm, que inmediatamente se repuso y se marcó la mejor vuelta del día. Al día siguiente tuvo mala suerte con su hora de salida y le tocó jugar en un infierno. El viento, el frío, la lluvia y varias suspensiones del juego fueron una pesadilla ese día y también el siguiente. De este modo salió el último día del torneo con dos golpes de desventaja y teniendo que jugar treinta agotadores hoyos de golf en un duro mano a mano contra uno de los mejores golfistas del mundo y con una jauría de lo más selecto del golf mundial  persiguiendo a ambos muy de cerca. Pero no sólo remontó sino que le sacó cuatro golpes de ventaja. Épica victoria del golfista vizcaíno, victoria que dedicó, entre otros, a Seve Ballesteros, que ganó su segundo Masters en Augusta hace cuarenta años. 

Pues bien, Jon Rahm -que juega en el circuito más exigente y prestigioso del mundo, el PGA Tour- no es grande sólo en un campo de golf, sino también como persona. Vive en Arizona, habla un inglés perfecto y ha demostrado de sobra que tiene la cabeza muy bien amueblada. Habla muy bien y dice cosas muy sensatas, algo de agradecer en un deportista. Con raras excepciones, es poco frecuente ver expresarse tan bien y con ese nivel a deportistas tan jóvenes (y también a artistas y famosos en general). Sus palabras -con una audiencia millonaria- cuando recibió la chaqueta verde que Augusta National entrega a los campeones fueron para enmarcar. No es de extrañar que los medios de comunicación y el público de todo el mundo -hay que recordar que juegan al golf casi setenta millones de personas, y que lo siguen muchas más- se lo agradezcan y le aprecien cada vez más. Jon se está forjando un gran prestigio, no sólo como golfista sino como persona. Va camino de convertirse en un mito y creo que se lo merece.

El caso es que en su más que ajetreada vida Jon también encuentra tiempo para ayudar y acordarse de gente que está en serias dificultades. Este cariñoso vídeo se lo envió a otro vizcaíno, que aunque no es famoso como él también es muy grande, de hecho es enorme. Se llama Jaime Lafita y aunque ha sido un excelente golfista, ciclista y deportista en general, lleva siete años luchando como un león contra una enfermedad que a día de hoy no tiene cura: la ELA, o esclerosis lateral amiotrófica (y la madre que la parió, añado). Y no sólo está luchando por su vida sino por la de todos los enfermos a través de la asociación que fundó, que se llama dalecandELA y que dedica todos sus esfuerzos -que son muchos y por eso dalecandELA va como un tiro- a eso, a dar candela visibilizando la enfermedad y ayudando a los enfermos y a la investigación de la ELA con el dinero que recauda con el trabajo y el esfuerzo de Jaime y de su excelente equipo de familiares y amigos.

Jaime no se rinde, y a pesar de las grandes limitaciones que tiene aún sigue trabajando, y también montando en bici los fines de semana -en un tándem-, y dedica todo su tiempo libre a dalecandELA y al sinfín de actividades que eso implica. El tío no para, porque no hay tiempo que perder en esa lucha, y su entrega y generosidad no tienen límites. Lógicamente los enfermos agradecen enormemente su esfuerzo. Pero no sólo ellos, se lo agradecemos todos.

Para acabar, decirles que cuando presentamos la candidatura de dalecandELA al Premio Princesa de Asturias de la Concordia y necesitábamos recabar apoyos, mi mujer llamó a los padres de Jon Rahm -que son encantadores… y lógicamente de tal palo vino tal astilla- y a los pocos minutos Jon fue el primero en apoyar la candidatura. No digo más, salvo que sois muy grandes, Jon y Jaime, y lo estáis demostrando cada día. Así que a seguir dando candela.

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Autor

Enrique Zubiaga

Soy un aviador vasco que he visto mucho mundo y por eso puedo decir alto y claro, y sin temor a equivocarme, que tenemos un país increíble y que como España en ningún sitio.

Enrique Zubiaga

Soy un aviador vasco que he visto mucho mundo y por eso puedo decir alto y claro, y sin temor a equivocarme, que tenemos un país increíble y que como España en ningún sitio.

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