La ensaladilla rusa se ha convertido en uno de los platos estrella de la gastronomía española, especialmente cuando llega el buen tiempo.
Este manjar frío, también conocido como ensalada Olivier por su creador, es mucho más que una simple mezcla de ingredientes: representa un arte culinario que ha pasado de generación en generación, conquistando paladares y adaptándose a los gustos de cada hogar y región.
Con la llegada del verano, la ensaladilla rusa se posiciona como protagonista indiscutible de mesas familiares, celebraciones y terrazas.
Su combinación de sabores, texturas y ese toque cremoso que aporta la mayonesa la convierten en una opción refrescante y nutritiva que pocos pueden resistir. Hoy nos adentramos en los secretos de la receta tradicional, esa que nuestras abuelas preparaban con tanto esmero y que ahora podemos recrear en casa con facilidad.
Los ingredientes esenciales
La base de toda buena ensaladilla rusa comienza con ingredientes sencillos pero de calidad. Aunque existen numerosas variaciones, la receta tradicional incluye:
- 500 gramos de patatas
- 200 gramos de zanahorias
- 100 gramos de guisantes frescos o congelados
- 2 huevos
- 150 gramos de atún en aceite escurrido
- 100 gramos de aceitunas verdes picadas
- Media cebolla pequeña picada (opcional)
- 200 gramos de mayonesa (preferiblemente casera)
- Sal y pimienta al gusto
Para la decoración, podemos utilizar aceitunas negras, pimiento morrón y una ramita de perejil que aportará color y frescura a nuestro plato.
Preparación paso a paso
La elaboración de la ensaladilla rusa tradicional no tiene grandes complicaciones, pero sí algunos secretos que marcan la diferencia entre una ensaladilla correcta y una extraordinaria.
Cocción de los ingredientes
Comenzamos lavando bien las patatas. Muchos cocineros prefieren cocerlas con piel para que no absorban demasiada agua y mantengan mejor su textura. Las ponemos en una olla con agua fría y una pizca de sal, junto con las zanahorias peladas. Dejamos cocer a fuego medio durante aproximadamente 25-30 minutos, hasta que al pincharlas con un cuchillo notemos que están tiernas pero no demasiado blandas.
Mientras tanto, en otra olla más pequeña, cocemos los huevos durante unos 10-12 minutos para conseguir que queden duros. Una vez cocidos, los pasamos a un cuenco con agua fría y hielo para detener la cocción y facilitar su pelado.
Si utilizamos guisantes frescos, los coceremos durante unos minutos hasta que estén tiernos. Si son congelados, bastará con seguir las instrucciones del envase.
Preparación de los ingredientes
Una vez que las patatas y zanahorias estén cocidas, las dejamos templar antes de manipularlas. Pelamos las patatas y cortamos tanto estas como las zanahorias en dados pequeños, de tamaño similar para que la ensaladilla tenga una textura homogénea.
Pelamos los huevos y los picamos también en trozos pequeños, reservando una yema si queremos utilizarla para decorar al final.
Picamos las aceitunas en trocitos y, si hemos optado por incluir cebolla, la picamos muy finamente para que aporte sabor sin dominar el conjunto.
Montaje de la ensaladilla
En un bol amplio, vamos incorporando todos los ingredientes picados: patatas, zanahorias, guisantes, huevo, atún desmigado, aceitunas y cebolla. Mezclamos con cuidado para integrar todos los elementos sin aplastar demasiado la patata, aunque como nos recuerdan los expertos, «no debemos preocuparnos de si la patata se deshace un poco al mezclarla ya que esto dará como resultado una buena ensaladilla rusa más cremosa».
Añadimos la mayonesa poco a poco, mezclando suavemente hasta conseguir la consistencia deseada. Es preferible quedarse corto al principio y añadir más si es necesario. Ajustamos el punto de sal y pimienta al gusto.
Secretos para una ensaladilla perfecta
La calidad de las patatas es fundamental para conseguir una buena ensaladilla. Debemos elegirlas de buena calidad y cocerlas en su punto, ni demasiado duras ni excesivamente blandas.
La mayonesa casera marca una gran diferencia en el resultado final. Podemos prepararla con huevo, zumo de limón, aceite (preferiblemente suave como el de girasol para esta receta) y una pizca de sal. Utilizando la batidora de mano y manteniendo esta en el fondo del vaso sin moverla hasta que se forme la emulsión, conseguiremos una mayonesa perfecta.
El tiempo de reposo es otro factor clave. Una vez preparada, la ensaladilla debe reposar en la nevera durante al menos un par de horas antes de servirla. Esto permite que los sabores se integren y que esté bien fría en el momento de degustarla.
Variaciones creativas
Aunque la receta tradicional tiene su encanto, la ensaladilla rusa admite infinidad de variaciones que pueden adaptarse a todos los gustos y necesidades:
- Ensaladilla ligera: Aumentando la proporción de verduras y reduciendo la cantidad de patata y mayonesa, conseguimos una versión más ligera pero igualmente sabrosa.
- Con langostinos: La incorporación de marisco, especialmente langostinos cocidos y troceados, aporta un toque de distinción y sabor marino.
- Con pollo y piña: Una versión más exótica que incluye pollo cocido troceado, piña natural y maíz, creando una combinación sorprendente de sabores.
- Vegetariana: Eliminando el atún y sustituyéndolo por más verduras o incluso por tofu, obtenemos una versión apta para vegetarianos.
Presentación y acompañamiento
La presentación tradicional suele consistir en dar forma a la ensaladilla en el centro de una fuente, alisando la superficie con una espátula y decorando con tiras de pimiento morrón, aceitunas negras y una ramita de perejil.
Una tendencia que está ganando adeptos es servir la ensaladilla acompañada de chips de patata caseras, que aportan un contraste crujiente muy agradable. También resulta deliciosa sobre rebanadas de pan tostado, como proponen en algunos establecimientos de moda.
Un plato con historia
La ensaladilla rusa, a pesar de su nombre, se ha convertido en uno de los emblemas de la cocina española, especialmente en el ámbito de las tapas. Su origen se atribuye al chef francés Lucien Olivier, quien la creó en el siglo XIX en un restaurante de Moscú.
Con el paso del tiempo, cada país ha adaptado la receta a sus ingredientes y costumbres, pero en España ha alcanzado un nivel de popularidad extraordinario, convirtiéndose en un imprescindible de bares y restaurantes. Tanto es así que en ciudades como Madrid existen establecimientos especializados que han conseguido el éxito basando gran parte de su oferta en diferentes versiones de este plato.
Conclusión
La ensaladilla rusa representa a la perfección ese tipo de recetas que, con ingredientes sencillos y una elaboración no demasiado compleja, consiguen resultados extraordinarios. Su versatilidad la convierte en una opción perfecta tanto para el día a día como para ocasiones especiales.
Ya sea siguiendo la receta tradicional o atreviéndose con alguna de sus múltiples variaciones, preparar una buena ensaladilla rusa casera es siempre una apuesta segura que deleitará a comensales de todas las edades. Como diría cualquier abuela española: «No hay mejor ensaladilla que la hecha en casa, con cariño y buenos ingredientes».
Así que ya sabes, la próxima vez que te apetezca disfrutar de este clásico de nuestra gastronomía, anímate a prepararlo en casa siguiendo estos consejos. El resultado, sin duda, merecerá la pena y te transportará a esos sabores de siempre que nunca pasan de moda.