Receta casera

Pechugas cremosas de pollo, parmesano y ajo con champiñones

Las recetas con pollo son muy versátiles, pues su sabor y textura se adapta con todo y su sabor es delicioso. Esta receta lleva pocos ingredientes pero su resultado te quedará de rechupete

Con esta salsa cremosa de champiñones, ajo y queso parmesano llevarás tus platillos a otro nivel.

Es una salsa sencilla que tendrás lista en pocos minutos. Y tan fácil de hacer que, aunque estés aprendiendo a cocinar, seguro que te saldrá genial.

El pollo es una de las carnes más consumidas en el mundo. Existe una cantidad significativa de recetas a base de pollo. las más populares son: Pollo a la cerveza, en salsa de quesoa la naranja, al ajillo, y muchas más.

La carne de pollo es una gran fuente de proteína magra de alto valor biológico, conocida entre los deportistas como limpia, por ser baja en grasa.

Las proteínas del pollo contribuyen al desarrollo muscular, mejora el desarrollo y ayuda a mantener un peso corporal saludable y a bajar de peso.

 

Tiene menos de un 10% de grasa en su composición y prácticamente sin colesterol.

Además el perfil de las pocas grasas que tiene es positivo puesto que hay más grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas que saturadas.

Casi el 70% de su grasa se localiza en la piel.

Su bajo contenido en grasas hace que sea fácil de digerir por los niños pequeños.

De hecho, la carne de pollo es el primer tipo de carne que se le da a probar al bebé cuando cumple medio año.

Comer carne de pollo aumentará los niveles de serotonina en su cerebro, mejorará su estado de ánimo, eliminará el estrés y dormirá más relajado.

La proteína protege contra la pérdida ósea en las personas mayores, por ello comer pollo le será de ayuda gracias a su alto contenido proteínico y en minerales.

La carne de pollo también contiene una significativa cantidad de selenio.

El mejor truco para eliminar el tendón blanco duro de las pechugas de pollo en tan solo cinco segundos

Entre las piezas del pollo más populares son las pechugas. Pero muchas veces, al comprarlas en cualquier local pueden traer un tendón blanco y duro, que si bien no es perjudicial para la salud, resulta muy desagradable al paladar.

La cuestión es cómo hacerlo sin estropear el pollo. No es tan difícil, ni tampoco una tarea que ocupe demasiado tiempo.

Pero existe un truco bastante infalible para hacerlo en solo cinco segundos:

 

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Autor

Yéssica Salazar

Licenciada en Comunicación Social, mención Periodismo. Con Máster en Gerencia y Tecnologías de la Información. Con infinito amor por el periodismo y los medios audiovisuales que me han permitido conocer nuevos senderos, diferentes y desconocidos.

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