El humor gallego es muy retranqueiro, lo que tiene considerable importancia y es un matiz que nunca se debe pasar por alto.
La retranca es distinta de la ironía.
Con la ironía te ríes de alguien o de tu interlocutor, y genera tensiones.
Con la retranca te ríes con tu interlocutor y es, en todo caso, una ironía bonachona, sin malicia, que incluso conlleva a menudo reírse de uno mismo.
ESQUIADOR
- Llega el gallego a una estación de esquí en Suiza y ve un cartel informando de las condiciones de la nieve:
– Neuchatel: 14 cm, blanda.
– Lausanne: 19 cm, escurridiza.
– Sachanffhausen: 15 cm, sólida.
Tras leerlo detenidamente dos veces, el de Lugo, va y escribe debajo:
– Suso López: 24 cm, dura como una piedra.