Mónica Gastronómica

Mónica Gutiérrez-Aller García

Bodegas LUIS ALEGRE APUESTA por los VINOS JÓVENES de ALTA GAMA

Bodegas LUIS ALEGRE APUESTA por los VINOS JÓVENES de ALTA GAMA

BODEGAS LUIS ALEGRE presenta, bajo el paraguas de DESBASTADO, sus Vinos Jóvenes de Alta Gama, es decir, aquéllos que no han sido sometidos al proceso de crianza en barricas de roble. Buscando la mayor calidad y la tipicidad de este tipo de vinos, sólo se producen aquellos años en los que la climatología permite que el proceso de maduración de la uva favorezca la consecución de la máxima calidad en el producto final.

Las uvas, procedentes de la Finca La Reñana, son sometidas a un suave prensado con el objetivo de extraer únicamente el mosto flor. De ahí se trasiega a dos depósitos, un huevo de cemento y un depósito de acero inoxidable troncocónico. En ellos comienza a desarrollarse la fermentación alcohólica controlada a 14º que se alarga hasta tres semanas, con objeto de extraer compuestos primarios que reflejan el carácter varietal y garantizar la franqueza aromática y la frescura.

Tras ésta, el vino permanece con sus lías durante 5 meses. En este periodo se le aplica un meticuloso battonage, al menos dos veces por semana, con el fin de lograr incrementar la untuosidad. Debido a este laborioso proceso, es un vino que crecerá durante los próximos 3 años.

DESBASTADO Blanco “Viura y Malvasía” es un vino muy versátil que puede tomarse a solas pero también es perfecto para maridar con arroces, pescados, carnes blancas, cocina asiática y mexicana. La nariz presenta notas muy frescas y propias de delicada piña, plátano y maracuyá. En boca es muy redondo y de importante peso y volumen derivado de un meticuloso trabajo sobre lías.

PVP: 9,95 €

¿Qué es la crianza sobre lías?: Cuando en el mosto se agota el azúcar, las levaduras dejan de tener alimento, no pueden multiplicarse y mueren, convirtiéndose en lo que se conoce como “lías”. Esto sucede al final de la fermentación alcohólica. Una vez que el vino se trasiega, quedando las lías gruesas en el depósito original, las lías finas van a tender a depositarse en el fondo de la barrica o depósito.

La crianza sobre lías consiste en “bastonear” (agitar) continuamente esas levaduras muertas, para que se mantengan en suspensión, incrementando así la superficie de contacto de las células de levadura con el alcohol del vino, lo que favorece la rotura de la pared celular, generando de este modo la salida al medio de manoproteínas, que aportan volumen, untuosidad así como compuestos aromáticos que incrementan la complejidad del producto final.

En BODEGAS LUIS ALEGRE la gestión de barricas va unida a la experiencia que Alejandro Simó, Ingeniero agrónomo y enólogo, conocido como “El Alquimista de La Madera”,  adquirió durante sus ocho años en Radoux-Victoria, uno de los grupos toneleros más importantes de Europa. Tras esta etapa fundó Tonelería Quercus en España. Todo ello le ha permitido desarrollar un tratamiento pionero para la selección de la madera, denominado por él mismo “Crianza de Precisión”.

La crianza de precisión  supone un control riguroso de las condiciones de la barrica, desde la selección del bosque de procedencia, pasando por la definición del tiempo de secado/curado, así como la determinación de los parámetros exactos (tiempo/temperatura) de la fase de tostado, diferente para cada uno de los vinos.

Estas Bodegas siempre trabajan con tonelerías  propietarias del aserradero donde se procesa el ‘tronco’ adquirido, dada la facilidad de las mismas al acceso al bosque y que, además mantienen una fluida relación con la ONF (Organización Nacional de Bosques). De este modo se garantiza la trazabilidad total de las barricas o, lo que es lo mismo, el conjunto de medidas, acciones y procedimientos que permiten registrar e identificar un producto desde su origen hasta su destino final.

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Autor

M. Gutiérrez-Aller

Mónica Gutiérrez-Aller, apasionada por la gastronomía, por la buena mesa, por el disfrute de los aromas, sabores y colores de los platos

M. Gutiérrez-Aller

Mónica Gutiérrez-Aller, mónica gastronómica bien podría llamarse mónica gastroMÓNIca, y con ese juego de palabras es fácil adivinar mi pasión por la gastronomía, por la buena mesa, por el disfrute de los aromas, sabores y colores de los platos.
Soy de esas personas que se sientan a la mesa para estar feliz, para compartir charla y mantel, para aprovechar los instantes que nos da la vida y simplemente dejarse llevar por las recetas elaboradas por los cocineros, pasteleros, guisanderas y chefs con todo su cariño

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