Se pasaron de la raya (nunca mejor dicho) y la policía les pilló con las manos en la masa o en el pan (y no en el de comer, precisamente).
La noticia es peculiarmente delicada ya que afecta directamente al Vaticano, aunque no desde luego al Papa Francisco I que, al conocer los hechos, habrá puesto el grito en el cielo.
Lo cierto es que el 28 de junio de 2017, la Policía de Italia entró en el apartamento del exsecretario del cardenal Francesco Coccopalmerio, situado en el palacio del ex Santo Oficio, en el Vaticano, donde, según habían sido informados los agentes, se desarrollaba una orgía gay con drogas.
Al localizar al propio prelado, los policías lo detuvieron y enviaron a la clínica Pío XI para desintoxicación. Actualmente se encuentra de retiro espiritual en un convento en Italia.
La intervención de las fuerzas de seguridad se produjo a raíz de las quejas por la llegada constante de invitados a dicho apartamento. Asimismo, aparecieron sospechas respecto al coche de lujo con la placa de licencia de la Santa Sede que tenía dicho prelado.