Vladimir Putin, personaje feroz e implacable, siempre ha distinguido entre ‘enemigos’ y ‘traidores’.
Dice que a los primeros s eles combate sin darles nunca la espalda. Y que a los segundos, donde mete a cualquiera que denuncie sus abusos y tropelías, se les mata como a perros.
Y el zar del Kremlin, el que ha cambiado hasta la Constitución para seguir mandando hasta 2036, ha colocado hace mucho al opositor Alekséi Navalny en el segundo grupo.
Lo que no ha decidido todavía es cómo y cuándo mandarlo al otro barrio.
Siempre que puede, Putin intenta ignorar a Navalny y a sus denuncias sobre la corrupción en Rusia.
Sin embargo, en los últimos tiempos, mantener esta actitud le está costando más esfuerzo de lo habitual. En un encuentro televisado con estudiantes, el presidente de Rusia se ha visto obligado este 25 de enero de 2021 a referirse a la última investigación del bloguero y ha negado que él o su familia posean el suntuoso palacio a orillas del mar Negro denunciado en un popular vídeo que acumula ya decenas de millones de visitas.
Pese a los detalles revelados por @navalny, la existencia del ‘palacio de Putin’ es conocida hace tiempo. Hace 10 años, un activista se coló mientras estaba en obras. Fue detenido por el exKGB y su material requisado, pero salvó algunas fotos. Helas aquí. https://t.co/zOsVEfWKwD
— Marc Marginedas (@marcmarginedas) January 21, 2021
«Yo no he visto ese vídeo, porque no tengo tiempo para ver ese tipo de información, pero he hojeado las compilaciones del vídeo que me han traído mis ayudantes; nada de lo que se declara allí me pertenece o me perteneció, ni a mi o ni a ningún familiar. ¡Nunca!», ha afirmado, de forma tajante, en declaraciones recogidas por la agencia TASS.
En su opinión, la cinta, a la que descalificó como una simple «compilación de montajes», intenta «lavar el cerebro» de los rusos, además de no aportar ninguna novedad.
«Lleva 10 años hablándose de ello».
Si bien es cierto que las primeras noticias acerca del enorme complejo, con una superficie equivalente a 39 principados de Mónaco, emergieron hace ya una década, muchos aspectos y detalles narrados en el video de Navalny son novedosos, como por ejemplo la existencia de una pista de hockey sobre hielo subterránea -el deporte preferido de Putin- o un escenario con una barra levadiza donde podrían realizarse números femeninos.
Todo ello ha empujado a muchos analistas a pensar que Navalny cuenta en estos momentos con fuentes y apoyos en el interior de la élite rusa, lo que de confirmarse significaría que por vez primera en muchos años existen diferencias y problemas entre los integrantes de la opaca casta que gobierna la Federación Rusa.