Si siguen convencidos de que el 11-S lo perpetraron los judíos, cómo no se van a creer lo de los tiburones del Mossad
Nunca te acostarás sin saber una cosa más.
Había oído hablar del tiburón toro, del tiburón blanco, del tiburón tigre, del tiburón vaca y hasta del tiburón de boca ancha…
Del que no tenía noticia era del tiburón agente secreto.
Pues según las autoridades egipcias existe, surca las cálidas aguas del Mar Rojo, está entrenado por los israelíes y se especializa en devorar turistas europeos.
No es coña. Lo afirma Mohamed Abdul Fadil Souza, gobernador del Sur del Sinaí, la región donde se enclava Sharm el-Sheikh.
Y ha sido allí, en el balneario del Hayat Regency, donde un voraz escualo se merendó el domingo a una anciana alemana.
Días antes, una banda de marrajos había dejado malheridos a otros tres turistas.
Ha habido cancelaciones en cadena, en los lujosos establecimientos hoteleros de la zona, donde acuden extranjeros aficionados al submarinismo.
El mundo musulmán es terreno abonado para las teorías conspirativas.
Como ingredientes teníamos un país árabe necesitado de divisas, la frontera de Israel a un centenar de kilómetros y tiburones asesinos.
Sólo hacía falta un tipo sagaz que atara cabos.
Y ese alguien ha sido el gobernador Fadil Souza, quien dio el «notición» a una «web» local, de donde la tomaron el diario «Al-Ahram» y la cadena Al Yazira.
Obligado a salir al paso, un portavoz del Ministerio de Exteriores de Israel ha declarado que el gobernador egipcio «ha debido de ver la película «Tiburón» demasiadas veces y confunde realidad y ficción», pero buena parte de los 70 millones de egipcios y una porción nada desdeñable de los 1.200 millones de musulmanes que hay en el planeta no albergan la mínima duda.
Si siguen convencidos de que el 11-S lo perpetraron los judíos, cómo no se van a creer lo de los tiburones del Mossad.