(SENSACIÓN DE DÉJÀ VU, DE DÉJÀ ÉPATÉ)
A mi amiga Pilar y a cuantos como ella cumplan hoy, miércoles, 18 de octubre, años, deseándoles que pasen un estupendo aniversario.
“¿Memorioso u olvidadizo? ¡Qué más da, si ambos coinciden en la ventaja, alegrarse muchas veces por la misma (in)gesta, por gestos parecidos!”.
Emilio González, “Metomentodo”
Ignoro, amable, atento, dilecto, discreto y selecto lector de estos renglones torcidos, si usted se ha sentido muchas o pocas veces estafado en su (más o menos larga o corta) existencia.
Desconozco, asimismo, si usted es, como sin ninguna duda lo es el menda lerenda, “Otramotro”, fan o seguidor regular de “Nada x aquí”, el espacio de ilusionismo, magia y prestidigitación de Cuatro.
No sé qué tal anda usted de memoria, ni si el sábado pasado, tras presenciar el número inaugural del periódico, protagonizado por Jorge Blass y que pretendía atenuar la crítica adversa que alguien había vertido a propósito del susodicho programa (que indica bien, a las claras, que otras cosas tal vez, pero sentido del humor no les falta a Inés, Jandro, Jorge y Luis, quienes conforman ese estupendo póquer de engañabobos), le nació y conforme seguía viendo el espacio le fue creciendo la sensación de déjà vu, de déjà épaté, hasta llegar a la conclusión de que Cuatro y el cuarteto de marras le habían tomado impunemente el pelo, pues había asistido a la repetición pura y dura de un programa anterior (del año pasado –aunque acaso sea mejor trenzar de la temporada pretérita-) por todo el morro, porque ni la cadena ni el espacio en cuestión indicaron en ningún momento de la emisión ni dejaron constancia ni sobreimpresionaron en ninguna parte de la pantalla que se trataba de tal, una simple y llana reposición (pero colijo que debe ser práctica habitual de Cuatro, porque anteayer, domingo, volvieron a reponer un capítulo de “House” de la temporada pasada, sin señalarlo en sitio alguno).
Cabreado por la tomadura (más que “tomablanda”) de pelo, decidí que denunciaría el hecho, agavillando los presentes párrafos. Cuando termine dicha labor o tarea, me conformaré con que la cadena televisiva de los dos puntos (grande y chico) rojos se disculpe y, si se trató, como sospecho, de un fallo técnico, puesto que lo que se había anunciado o avanzado en la programación de los periódicos no se correspondía en absoluto con lo que luego y a la postre se vio, que reconozca sin ambages el mismo.
Además de la tesis que sostuve el otra día en “No conviene tomarse nada ni demasiado a la ligera ni demasiado en serio”, el siguiente razonamiento de mi álter ego y amigo del alma, Emilio González, “Metomentodo”, “¿Qué alta inteligencia, si de verdad lo es, será incapaz de esbozar, de buena gana, una ingenua sonrisa y hasta de soltar, de buen grado, una sonora carcajada al contemplar su propia caricatura?”, ha venido a calmar y aun mitigar mi enfado.
Ah; olvidábaseme decir que espero y deseo que el próximo sábado, a eso de las diez y media de la noche, si no una ración doble de “Nada x aquí” (sería inadmisible e imperdonable otra reposición sin la correspondiente advertencia de que se trataba de tal), el programa sea original, novedoso, inédito.
Ángel Sáez García
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