VUELVE EL DICTADO A LA ESCUELA

Hace días de la espuela.
La primera de Le Monde,
Diario que no se esconde,
Recogía esta secuela:
Vuelve el dictado a la escuela.

Escarmentados los galos
De los rendimientos malos
De sus púberes, lenguaje
Flojo y escaso bagaje,
Buscan lograr nuevos halos.

Nota bene. Aquí, al sur de los Pirineos (me refiero a la piel de toro puesta a secar al sol, que hoy vuelve a calentar lo suyo), tal vez debiéramos hacer lo propio, quiero decir, seguir el mismo ejemplo. Ayer, verbigracia, sin retrotraernos más allá en el tiempo, en el “pluscuancentenario” navarro, concretamente, en su página 5, el desocupado lector de estos renglones torcidos pudo leer lo que el menda, una noticia suministrada por EP (¿Europa Press?), que decía de esta guisa: “(…) López relató cómo Jiménez ‘se revelaba’ (sic) cuando el entonces concejal de seguridad le pedía ‘que hubiera policía en la calle, que estuviera a las ocho en su puesto de trabajo o que vistiera el uniforme’”.

Ángel Sáez García
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