El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Aunque no me creáis, es lo que he visto

AUNQUE NO ME CREÁIS, ES LO QUE HE VISTO

“—Yo… he visto cosas que vosotros no creeríais: atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos C brillar en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán… en el tiempo… como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”.

Dice el replicante Roy Batty (papel interpretado por Rutger Hauer) en el filme “Blade Runner” (1982), dirigido por Ridley Scott.

A escasas jornadas de que se estrene su secuela, “Blade Runner 2049”, en España, a este menda, su seguro servidor de usted, atento y desocupado lector (sea ella o él), teniendo en cuenta el breve monólogo susodicho y viendo qué está ocurriendo los últimos días (y aún quedan tres para el D, 1-O, fecha señalada para la votación del ilegal referéndum de autodeterminación, que el desleal Puigdemont sigue empeñado en celebrar a todo trance) en Cataluña, le han nacido o brotado las ganas de parafrasear las primeras palabras de dicho parlamento, epígrafe que he escogido para que echara a andar este texto, y seguir por otros cauces o derroteros:

Yo he visto cosas que vosotras/os (que estáis en coma, cuando despertéis) no creeréis: concentraciones de gente y más gente enarbolando esteladas (muchas/os jóvenes las portaban a modo de capa, sobre sus espaldas) que me llevaron a recordar imágenes de los tiempos de la Alemania hitleriana, o sea, ciudadanas/os aireando consignas sin cuento, pero sin exhibir ni la disciplina ni el saludo nazis; varios vehículos de la Guardia Civil con las ruedas pinchadas, destrozados, inservibles, prácticamente forrados con pegatinas independentistas, teniendo que ser retirados de la vía pública con la ayuda de grúas; empujones sin descanso de diversos sujetos a los miembros de los Cuerpos de Seguridad del Estado, que no hicieron uso de otras armas que de las defensivas, sus escudos; profesoras/es haciendo dejación de sus funciones docentes, alentando a sus alumnas/os a que se saltaran las clases, hicieran pellas y ocuparan las calles (sin supervisar luego si algunas/os de estas/os montaban o no un pollo); niñas/os de corta edad que iban a hombros de sus familiares (supongo que padres) pegando carteles o pasquines por las paredes; fachadas de ayuntamientos, cuyos alcaldes, socialistas, se habían negado a ceder espacios donde poder llevar a cabo las votaciones, completamente empapeladas con carteles de todo jaez; tres cruceros atracados en el puerto de Barcelona, donde se alojan los miembros de los Cuerpos de Seguridad del Estado enviados para mantener el orden el 1-O, a los que los estibadores han asegurado que no van a abastecer; páginas web que se abren, se cierran, se vuelven a abrir indebidamente y se cierran, una y otra vez, por orden judicial; las cajas que contenían los más de nueve millones de papeletas del referendo ilegal, incautadas por la Benemérita; a los máximos dirigentes de la ANC, Jordi Sànchez, y Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, dando una de cal y varias de arena; a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, sumándose a la muchedumbre congregada frente al TSJC, dando muestras de lo que entiende por respetuosa separación de poderes; a Joan Tardà, diputado nacional de ERC, arengando a las/os universitarias/os catalanas/es y enardeciendo emocionalmente sus corazones para que no traicionen a su tierra, Cataluña (ignorando, tal vez, seguramente, que, mientras hacía tal cosa, él estaba quedando a los ojos del grueso de las/os españolas/es como un traidor a su patria, España); a catalanas/es de pura cepa, como Joan Manuel Serrat, siendo denigradas/os, tachadas/os de fascistas (por intolerantes y exaltados fascistas, sin hesitación) por el simple hecho de dar su libre opinión sobre las carencias (evidentes, desde el punto de vista legal) de la ley del referéndum aprobada en el Parlament; a un monje, a una monja (madre abadesa) y a varias/os jóvenes universitarias/os (entre ellas/os, a una estudiante de Derecho que, si pretende obtener el grado o la licenciatura y ejercer algún día como abogada, secretaria judicial, fiscal o jueza, me temo que tendrá que mudar de arriba abajo sus pensamientos y criterios) a quienes también habían calado (hasta los huesos) las finas gotas de lluvia del independentismo catalán, rampante;…

No encuentro mejor colofón para coronar este texto que acabar como lo hace Josep Borrell su artículo en El Periódico (le pido permiso a quien fue presidente del Parlamento Europeo entre 2004 y 2007, su autor, para poder citar una buena parte de las últimas y pintiparadas líneas de su “Naufragio Puigdemont”): “Es muy grave que un líder político reconozca que viola su propia ley básica para lograr lo que pretende. Y que alguien como Serrat sea tachado de fascista y de traidor (…)”.

Ángel Sáez García
[email protected]

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

Lo más leído