El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Relación de pareja suspendida

RELACIÓN DE PAREJA SUSPENDIDA

Amada Pilar:

Seguramente todavía recuerdas (si no al pie de la letra, sí el fondo o meollo) qué te decía en la epístola que titulé “Relación de pareja literaria”, que te escribí, dirigí y apareció publicada en mi bitácora, “El blog de Otramotro”, el jueves, 27 de septiembre de 2018.

Al final del antepenúltimo párrafo de la misma urdí: “No quiero que nadie sufra por nuestra relación de pareja literaria. Pero tampoco estoy dispuesto a renunciar a ella por que alguien sufra. No deseo que haya daños colaterales, pero estos siempre se las suelen arreglar para hallar aquí, ahí o allí, a quienes los padezcan”. Bueno, pues, cuando junté esas palabras, este menda no barruntaba, intuía o sospechaba lo que acaso un día pudiera devenir o sobrevenir y hoy es una realidad incontrovertible, que, tras juzgarlo a conciencia y valorarlo seriamente, he determinado renunciar irrevocablemente, al menos por el momento, quiero decir, he dictaminado dejar en suspenso nuestro trato de las tres bes, nuestra bella, bonita y buena relación de pareja, aunque sea irreal, literaria, por esta razón de peso, por que quien está padeciendo los rigores de la susodicha conexión, pásmate, si no marro morrocotudamente, que parece que no, en mi diagnóstico, soy yo. Como sostuve entonces, los daños colaterales suelen tener la rara habilidad de hallar en cualquier situación, por más difícil que esta sea, las rendijas por las que poder colarse de rondón en un “cronotopo”, a fin de dejar constancia de que existen, de que haberlos haylos, como eso mismo se predica de las meigas.

Si la acción de enamorarse, si el hecho de sentirse enamorada/o, es, en sí mismo, una bendición caída del cielo (como lo propio se aireaba del maná, “manjar milagroso” que sirvió “para alimentar al pueblo de Israel”, según el DLE, mientras este vagaba por el desierto), la vida (por algo que nos ha podido acaecer a nosotras/os, les ha ocurrido a unas/os allegadas/os nuestras/os o a otras/os, las/os demás) también nos va demostrando lo que no debemos echar en saco roto u obviar, que, dependiendo de las circunstancias, esta puede llegar a ser una maldición, como el abajo firmante, servidor, acaba de comprobar y corroborar.

Por tanto, sigue vigente la idea o sustancia que acarrea esa copla que dice así: “Ni contigo ni sin ti / Tienen mis males remedio; / Contigo, porque me matas; / Y sin ti, porque me muero”. Algunos atribuyen los susodichos versos octosílabos a Antonio Machado, pero su verdadero autor tal vez fuera, si no leí mal el artículo “Cantos españoles recogidos, ordenados e ilustrados”, que llevaba la firma de Francisco Rodríguez Marín y apareció publicado en un número de la francesa revista trimestral Romania, Juan Vivero, primer vizconde de Altamira (siglo XV).

Ergo, hasta que no cambie alguna o muden varias de las circunstancias que rodean nuestra extraña relación de pareja, que haga viable o propicien la misma, sintiéndolo mucho, te comunico, sumamente apenado por ello, mi decisión de dejar la misma suspendida, en suspenso.

Te odia y ama (como eso mismo dicen los dos primeros versos del carmen/poema 85 de Catulo: “Odi et amo. Quare id faciam fortasse requiris. / Nescio sed fieri sentio et excrucior” —“Odio y amo. Quizá te preguntes por qué hago esto. / No lo sé, pero siento que es así y me torturo”—)

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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