El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Hoy eludo aludir al figurón

HOY ELUDO ALUDIR AL FIGURÓN

Esta mañana he recibido en una de mis direcciones de correo electrónico el “emilio” sin rotular que ha tenido a bien trenzar, firmar y remitirme mi amigo íntimo y heterónimo Emilio González, “Metomentodo”. Como a mí me ha dicho mucho su divertido escrito, le he pedido permiso, como suelo hacer con todo lo suyo, para que viera la luz en el blog de Otramotro, que gestiono en Periodista Digital. Aunque, según él, no era necesario dicho plácet, cuando me lo ha concedido, lo he subido a mi bitácora para publicarlo hoy, viernes, siete de mayo de 2021, a las 14 horas.

El mentado correo dice así:

“Alaba, allí donde las adviertas o halles, todas las actitudes dignas de elogio; y, asimismo, afea todos los comportamientos censurables, sean ajenos o propios, pues poco importa (aunque mucho, muchísimo, que se aprenda y extraiga la enseñanza oportuna del buen y del mal ejemplo) que se ignore o se sepa, a ciencia cierta, quién las y los protagonizó”.

Pedro María Piérola García, religioso Camilo, según testimonio de Otramotro.

   “En ese gran teatro de la (com-trag)edia de España que ha sido la Comunidad Autónoma de Madrid durante unas jornadas (de todo —mucho, poco— o nada, según pareceres de todo jaez, variopintos, intermedios o extremos) memoriosas y memorables, las que ha durado la campaña electoral, movida, muy movida, la votación y el escrutinio de los sufragios, se ha representado, en varios escenarios a la vez, por varias compañías, sin parar, fueran o no conscientes los espectadores de dicha representación plural, una única comedia de figurón, ‘Entre bobos anda el juego o don Lucas del Cigarral’, la que más celebridad le procuró a Francisco de Rojas Zorrilla, autor de la obra mentada y dramaturgo que creó dicho subgénero teatral, la citada comedia de figurón.

“El figurón era para Rojas un sujeto extravagante, ridículo. ¿Algún candidato (ella o él) de alguna formación o partido, de los que se han presentado a los recientes comicios, se ha comportado en uno o varios momentos como un tal? Si servidor se dignara responder a esa pregunta (de la que, por ahora, se conforma con haber sido quien la ha formulado), por extenso, me temo, daría más de un nombre, pero los calla y deja dentro del tintero (por si los dípteros, como suele decir, esgrimiendo cautela o precaución, ese cachondo mental que es Javier, el contrincante de Pablo en el programa ‘Pasapalabra’, de Antena 3, cuando no desea mentar a las moscas), porque hoy, aquí, su pretensión es que esos nombres los dé, si tiene a bien hacer tal cosa, tras identificarlos, sin ninguna duda, el atento y desocupado lector (hembra o varón) de estos renglones torcidos, por los que ahora el tal pasa su vista.

“Puede que, como al abajo firmante, desde su adolescencia, le viene gustando mucho la sátira, lanzar pullas a diestro y siniestro, el azar o Dios le haya concedido la gracia (o la desgracia, depende de la perspectiva o el punto de vista del observador) de acarrear o port(e)ar, velis nolis, a quien ve por doquier, continuamente, situaciones desopilantes, desternillantes, hilarantes, o sea, a un espectador que traiga o atraiga a sus ojos lo grotesco, desde que se tragó, en una semana y pocos mordiscos, enterito a Valle-Inclán, en sentido estricto, sus esperpentos.

“¿Le suena a usted que haya habido algún dirigente o gerifalte nacional, disfrazado de fanfarrón pretencioso, que haya azuzado, de manera insensata, el avispero o cotarro, quiero decir, que haya polarizado aún más a la sociedad y el estado de los casos y las cosas, echando a los unos, los suyos (incluidos mass media adeptos), contra los otros (ídem), fueran los conmilitones de Ayuso o sus contrarios, o viceversa, sin importarle que se armara la de Dios es Cristo o la de San Quintín; y, una vez prendido el fuego, como esa persona es la misma prosopografía y etopeya de la cobardía por antonomasia, hacer todo lo que pudo para desentenderse del asunto, el incendio ocasionado? A mí sí. Si lee esto en quien estoy pensando ahora mismo, seguro que colige (y no marra un  ápice o pizca) lo oportuno, que estoy pensando, inequívocamente, en su persona, pero también eludo aludirle por todos los medios posibles, para que nadie, ni el interesado (ella o él) ni sus apaniaguados, correveidiles y sabuesos puedan achacarme que me refiero a él. ¡Menos mal!, todavía no está penado por ley pensar mal de alguien, si no se le nombra. Al sujeto en el que estoy pensando, un día sin escrúpulos, que los tiene, me consta, poco le importaría que eso fuera así.

Emilio González, ‘Metomentodo’.

   Ángel Sáez García

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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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