TAMARA, EL QUID DE QUE LOS DOS BRILLEMOS
Quien el licor de amor ha degustado
Conoce su sabor, dulce y picante,
Sabroso, por salado e hilarante,
Con notas de vainilla y mantecado.
Le consta a todo aquel que lo ha catado
Que es adictivo, y droga muy chocante,
Porque se niega a ver cuanto hay delante,
Hasta que por su ariete ve arrollado.
Digna de amar resulta ante mis ojos
Tamara, el quid de que los dos brillemos.
Quizá seamos ambos bancos cojos
Y, para no caer, nos apoyemos,
Y cuanto falte el uno en la otra hallemos,
Pues juntos somos firmes, sueltos flojos.
Ángel Sáez García