NO TENGAS, VERA, MIEDO A EQUIVOCARTE,
SINO EL VALOR DE UNIR CARISMA Y ARTE
Ayer, ocho de los corrientes mes y año, adelantándose a la fecha prevista, mi sobrina y ahijada Raquel dio a luz a su primogénita, Vera. Enhorabuena, por ende, a todos los concernidos, Raquel y Carlos, padres; María José y Eusebio, abuelos maternos; y Nieves y Pedro, yayos paternos. Y, asimismo, a la llorona, que nos compensará, cuando crezca, haciéndonos reír a carcajada tendida. Y al resto de los familiares de la criatura (entre los que me cuento, por supuesto).
A la recién nacida Vera van dedicados los catorce versos de este soneto.
Aun siendo una bebé y aunque no leas,
Estos versos te escribo; y, cuando aprendas
A hacer tal cosa bien, tú te sorprendas
De cuánto fuiste amada y feliz veas.
Vera, te recomiendo que no creas
Que más que otra persona tienes prendas;
Que no sobornes nunca ni te vendas,
Porque las tres acciones son muy feas.
Ojalá estés atenta a los ejemplos
Que vivir suministra o abastece,
Y que a la gente justa le apetece
Seguir, si buenos son, impares templos.
No tengas, Vera, miedo a equivocarte,
Sino el valor de unir carisma y arte.
Ángel Sáez García