Jairo Rafael Bethermytt Carrillo había declarado públicamente contra el alzamiento liderado por Juan Guaidó y Leopoldo López

Un militar infiltrado por Maduro en la Operación Gedeón ya había traicionado a Guaidó el 30A

"Este es otro sabotaje de la derecha golpista. Lo que quiere es que entre nosotros mismos nos enfrentemos. Ya le demostramos que no van a poder"

Un militar infiltrado por Maduro en la Operación Gedeón ya había traicionado a Guaidó el 30A
Jairo Rafael Bethermytt Carrillo

La Operación Gedeón contra el dictador Nicolás Maduro, nació sentenciada a fracasar.

Un primer teniente del Ejercito, que todos conocían por sus malas costumbres, pero también por introducirse como muy amigo del ministro de Defensa chavista, Vladimir Padrino López, sería una pieza clave en la operación que según el equipo de Juan Guaidó, nunca debió haber ocurrido.

Según ha desvelado la periodista venezolana Sebastiana Barráez, Jairo Rafael Bethermytt Carrillo, cédula 21.335.628, oriundo de las Mercedes del Llano, estado Guárico, llegó a posicionarse en el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) gracias al capitán Sequea Torres, quien lo convirtió en su mano derecha dentro de la organización.

«Era un oficial activo, junto con el capitán Sequea, hasta su participación el 30 de abril. Allí estuvo, usando pasamontañas, incluso durante la grabación del video donde Guaidó hace un llamado a la fase final de la Operación Libertad», explica Barráez para Infobae.

Cuando ocurre el alzamiento ese 30 de abril y que se lleva a cabo la concentración de militares y policías, en las inmediaciones de la Base Aérea La Carlota, en apoyo al presidente interino Juan Guaidó, Bethermytt Carrillo participó de manera muy activa. Incluso estuvo en el puente donde se concentraron los líderes opositores al régimen con un centenar de militares y comandos del SEBIN.

Horas después fue él quien mantuvo conversaciones telefónicas con el mayor general (Ej) Alexis Rodríguez Cabello, primo y ficha de Diosdado, comandante general del Ejército, quien horas después llegó al lugar y disuadió a varios militares para que se entregaran con la promesa que no se tomarían represalias contra ellos.

Bethermytt Carrillo, es el sujeto que apareció en un vídeo muy difundido por el régimen en sus medios y en las redes sociales, y allí aseguraba que fue engañado para llegar hasta ese lugar. Lo que no explicaba es por qué estuvo muy activo en el puente de Altamira hasta que llegó Rodríguez Cabello.

Incluso dejó alunas declaraciones para el canal Telesur, la cadena internacional bolivariana, y dijo que esa madrugada les habían dicho que el punto de encuentro de funcionarios del SEBIN y ellos era en Altamira, para ir a tomar la cárcel de Tocorón porque habían ingresado mil fusiles para sacar a los presos “para que salieran en contra del pueblo”, dijo.

“Cuando llegamos aquí lo que hicieron fueron entregarnos brazaletes, mandarnos a trancar la vía y nos informaron que esto era un Golpe de Estado”, agregó. Menciona que entre ellos estaba el comandante (GNB) Rafael Pablo Soto Manzanares, el mayor Sequea, que son dos hermanos y el comandante Ilich Sánchez.

Ahí revela que se comunicaron con Rodríguez Cabello. «Este es otro sabotaje de la derecha golpista. Lo que quiere es que entre nosotros mismos nos enfrentemos. Ya le demostramos que no van a poder», finaliza diciendo Bethermytt.

«El alias del teniente Bethermytt en los organismos de Inteligencia en Venezuela es Hamilton: la supuesta relación con el general Padrino López le permitía ciertos privilegios. Su esposa está en los Estados Unidos y Bethermytt, por la cómoda posición económica de su suegro, accedía a gustos exquisitos como la cola en vuelos chárter», explica la periodista venezolana.

Después del alzamiento militar, en el que repentinamente aparecieron Juan Guaidó y Leopoldo López en una base aérea de Caracas, Bethermytt permanece detenido 45 días. Sin embargo, fue extrañamente reincorporado a la Fuerza Armada, pero no no en el SEBIN sino en el Batallón O’Leary en Fuerte Tiuna, donde ya pocos confiaban en él por ser indisciplinado, bebedor de alcohol, pero sobre todo por siempre pregonar que era muy amigo del general Padrino López.

Un punto clave es su repentina aparición en Colombia, menos de diez meses después, repentinamente apareció de la mano del capitán Antonio José Sequea Torres, quien poco después ese oficial lo incorpora a la Operación Gedeón. Pero la contrainteligencia que le sobra al régimen le faltó a los dirigentes de la operación, ya que ni recordaron lo que Bethermytt había hecho el 30A.

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