Todo lo que está mal, puede empeorar. Y casi siempre lo hace.
Como no teníamos bastante para esta Navidad, con la electricidad por las nubes, los carburantes disparados, los alimentos cada día más caros y el Gobierno PSOE-Podemos dando por saco, llegan los camioneros y anuncian tres días de huelga.
Concretamente, del 20 al 22 de diciembre, justo cuando el personal suele abastecerse para las fiestas.
Razón no les falta a los sacrificados del volante, porque están afrontando a pecho descubierto un incremento del 30% en el coste del combustible y encima los fríen a tasas, a controles burocráticos y a partir de 2024 les van a cobrar hasta por circular por las autovías, pero el paro sólo puede agravar la crisis de suministros que estamos padeciendo.
Y si por si eso fuera poco, ahora nos enteramos de que la Comisión Europea, harta de las milongas que les manda el Gobierno Sánchez, ha hecho público las normas que un país como España debe cumplir para recibir los millonarios fondos europeos.
Y entre las condiciones que aparecen está la de ampliar el periodo de cálculo de las pensiones.
En otras palabras: que en lugar de computar 25 años como hasta ahora, se deben computar 35, lo que en la práctica –lo pinten como lo pinten El País, la Cadena SER, LaSexta y los tertulianos y masajistas adictos al régimen- supone una rebaja de las pensiones.
A eso se le suma la entrada en vigor desde enero del 2022 del retraso en la edad de jubilación hasta los 66 años y la subida de las cotizaciones.
A escondidas, por la puerta de atrás, embarullando el asunto con propaganda y mentiras, como acostumbra Sánchez, lo cierto es que el sufrido español de a pie pagará más impuestos, se jubilará más tarde y tendrá una pensión más baja.
Y con este horizonte, salta de nuevo a la palestra el comunista Alberto Garzón, el ministro más inútil de Occidente, con un recetario titulado ‘Comida rápida, barata y saludable’.
No es coña. Ignoro si lo que pretende es justificar los 75.000 euros de sueldo que se embolsa o dar la impresión de que el Ministerio de Consumo sirve para algo, pero Garzón, el que sirvió en su pantagruélica boda solomillo, bogavante y foie, pero hace campaña oficial para que la ciudadanía no coma carne y prohíbe hasta la publicidad de bebidas energéticas, se gasta ahora el dinero de nuestros impuestos en elaborar un manual de cocina que da asco.
