Lo clasico de toda la vida en los fogones españoles

Receta: callos con garbanzos

La casquería vuelve a estar de moda

Receta: callos con garbanzos

Los callos con garbanzos son un plato emblemático de la cocina española que ha experimentado un resurgimiento en los últimos años.

Esta receta, que combina la textura gelatinosa de los callos con la cremosidad de los garbanzos, es perfecta para los meses fríos del otoño e invierno.

Aunque su preparación requiere tiempo y paciencia, el resultado es un plato reconfortante y lleno de sabor que no dejará indiferente a nadie.

Ingredientes (para 4 personas):

  • 500 g de callos de ternera limpios
  • 300 g de garbanzos secos
  • 1 cebolla grande
  • 2 dientes de ajo
  • 1 pimiento verde
  • 2 pimientos choriceros
  • 300 ml de tomate triturado
  • 200 g de chorizo
  • 100 g de morcilla
  • 1 hoja de laurel
  • 1 guindilla cayena
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimentón dulce
  • Perejil fresco

Elaboración:

  1. La noche anterior, pon los garbanzos a remojo en agua fría con una cucharadita de sal.
  2. Limpia bien los callos y córtalos en trozos de unos 3 cm. Ponlos en una olla con agua fría y lleva a ebullición. Escurre y repite el proceso dos veces más para eliminar impurezas.
  3. En una olla a presión, coloca los callos limpios, los garbanzos escurridos, la hoja de laurel y una pizca de sal. Cubre con agua y cocina durante 20 minutos desde que la olla comienza a silbar1.
  4. Mientras tanto, prepara el sofrito. Pica finamente la cebolla, los ajos y el pimiento verde. Calienta un chorrito de aceite en una sartén y pocha las verduras a fuego lento durante unos 10 minutos1.
  5. Añade el tomate triturado al sofrito y cocina durante 5 minutos más. Incorpora una cucharadita de pimentón dulce y remueve rápidamente para que no se queme1.
  6. Cuando los callos y garbanzos estén tiernos, añade el sofrito a la olla. Agrega el chorizo y la morcilla en rodajas, así como la guindilla cayena. Cocina a fuego lento durante unos 15 minutos más para que los sabores se integren12.
  7. Ajusta de sal si es necesario y espolvorea con perejil picado antes de servir.

Los callos con garbanzos son un plato que ha pasado de generación en generación en muchas familias españolas.

Su origen se remonta a la cocina de aprovechamiento, donde nada se desperdiciaba y las partes menos nobles del animal se transformaban en deliciosos guisos. Hoy en día, este plato ha trascendido sus humildes orígenes para convertirse en una delicatessen apreciada por gourmets y chefs de renombre.

Karlos Arguiñano, uno de los cocineros más populares de España, es un gran defensor de esta receta. En su programa de televisión, ha compartido sus trucos para conseguir unos callos con garbanzos perfectos.

«El secreto está en el sofrito. Un buen sofrito es la base de cualquier guiso, y en el caso de los callos, es fundamental para conseguir una salsa sabrosa y untuosa».

La preparación de este plato requiere tiempo y dedicación, pero el resultado merece la pena. La cocción lenta permite que los callos se vuelvan tiernos y que los garbanzos absorban todos los sabores del guiso.

El chorizo y la morcilla aportan un toque ahumado y picante que complementa perfectamente la suavidad de los callos y los garbanzos.

Uno de los aspectos más interesantes de esta receta es su versatilidad. Aunque la versión más conocida es la madrileña, cada región de España tiene su propia variante.

En Galicia, por ejemplo, se añade pata de ternera para dar más gelatina al guiso. En Andalucía, es común encontrar versiones con garbanzos y pringá, una mezcla de carnes que incluye tocino, chorizo y morcilla.

La chef Frabisa, conocida por su blog de cocina gallega, ofrece una versión de callos a la gallega que ha ganado popularidad en internet. Su receta incluye pata de ternera y un toque de vino blanco que aporta acidez y profundidad al plato.

«Los callos son un plato que requiere paciencia. Pero el resultado es tan reconfortante que merece cada minuto de espera».

A pesar de su larga historia, los callos con garbanzos han experimentado un resurgimiento en los últimos años. Los chefs modernos están redescubriendo el potencial de la casquería y reinventando platos tradicionales para adaptarlos a los gustos contemporáneos.

En Madrid, por ejemplo, algunos restaurantes ofrecen versiones gourmet de los callos, utilizando técnicas de cocina molecular para crear texturas sorprendentes.

Sin embargo, para muchos, la versión clásica sigue siendo imbatible.

 El Comidista, el popular blog gastronómico de El País, dedicó recientemente un artículo a los «falsos callos», una versión vegetariana del plato que utiliza setas en lugar de casquería.

Aunque la receta fue bien recibida por los lectores vegetarianos, los puristas insistieron en que nada puede reemplazar la textura única de los callos auténticos.

La popularidad de los callos con garbanzos también se refleja en el aumento de las búsquedas de recetas en internet.

Según datos de Google Trends, las búsquedas relacionadas con «receta de callos con garbanzos» han aumentado un 30% en el último año.

Este interés renovado se atribuye en parte a la tendencia hacia una cocina más sostenible y de aprovechamiento, así como a un deseo de redescubrir sabores tradicionales.

Para aquellos que se aventuren a preparar este plato por primera vez, es importante tener en cuenta algunos consejos.

En primer lugar, la calidad de los ingredientes es crucial. Los callos deben ser frescos y estar bien limpios.

En cuanto a los garbanzos, los expertos recomiendan usar garbanzos secos y remojarlos la noche anterior, aunque para ahorrar tiempo, también se pueden utilizar garbanzos de bote de buena calidad.

La cocción es otro punto crítico.

Los callos deben cocinarse a fuego lento durante varias horas para que queden tiernos.

Una olla a presión puede acelerar este proceso, pero muchos cocineros tradicionales prefieren la cocción lenta en una cazuela de barro, que según ellos, aporta un sabor especial al guiso.

El maridaje también juega un papel importante en la experiencia de degustar unos buenos callos con garbanzos.

Un vino tinto con cuerpo, como un Rioja o un Ribera del Duero, complementa perfectamente los sabores intensos del plato. Para los más atrevidos, una cerveza artesanal oscura también puede ser una excelente opción.

En cuanto a la presentación, aunque tradicionalmente los callos con garbanzos se sirven en una cazuela de barro, algunos chefs modernos están experimentando con presentaciones más elaboradas.

Sin embargo, la mayoría coincide en que este es un plato que brilla por su sabor más que por su apariencia.

A pesar de su popularidad, los callos con garbanzos no están exentos de controversia.

Algunos nutricionistas advierten sobre su alto contenido en grasas y colesterol, recomendando un consumo moderado.

Sin embargo, otros expertos señalan los beneficios nutricionales de los garbanzos, ricos en fibra y proteínas, y de los callos, que son una excelente fuente de colágeno.

En conclusión

os callos con garbanzos son mucho más que un simple plato.

Representan una parte importante de la cultura gastronómica española, un testimonio de la cocina de aprovechamiento y una delicia que ha resistido el paso del tiempo.

Ya sea en su versión más tradicional o en interpretaciones modernas, este guiso sigue conquistando paladares y ganando nuevos adeptos.

Como dijo una vez el famoso chef español Ferrán Adrià: «La cocina tradicional es la base de todo. Sin entender y respetar la tradición, no se puede innovar».

Y los callos con garbanzos son, sin duda, un excelente ejemplo de cómo la tradición puede seguir siendo relevante y deliciosa en el siglo XXI.

TODAS LAS OFERTAS

LA MEJOR SELECCIÓN DE OFERTAS ONLINE

Seleccionamos y organizamos miles de ofertas online para ti

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Yéssica Salazar

Licenciada en Comunicación Social, mención Periodismo. Con Máster en Gerencia y Tecnologías de la Información. Con infinito amor por el periodismo y los medios audiovisuales que me han permitido conocer nuevos senderos, diferentes y desconocidos.

Lo más leído