Aquella frase de María Pombo que dice que «jamás compares tu felicidad, tu cuerpo, tus relaciones, o tus metas en la vida con nadie» debería ser un must en la órbita 2.0 pero, desgraciadamente, en la mayoría de los casos, no se cumple. Acostumbrados a contemplar posados perfectos (muchas veces retocados) y figuras envidiables, los perfiles sociales que abogan por normalizar todos los cuerpos cobran especial significación en un mundo virtual en el que cada cual muestra su mejor versión.
Con su lucha por potenciar el «amor propio» de cada uno, sea cual sea su realidad, por bandera, Danae Mercer aterrizó en Instagram para cambiar la concepción que miles de usuarios tienen acerca de las favorecedoras instantáneas que se suben a la plataforma. La modelo, influencer y periodista (editora de Women’s Health ME y Cosmo) suma un millón de seguidores que agradecen a diario sus consejos de aceptación de los ‘defectos’ físicos (que todos tenemos pero algunos disimulan mejor), de los cuales, bajo su punto de vista, no hemos de renegar en ningún caso.
La flacidez, las estrías o la celulitis pueden esconderse o camuflarse echando mano de una buena iluminación o una postura y ángulo estratégico. Precisamente ese es el mensaje que la comunicadora con residencia en Dubái trata de difundir a través de cantidad de imágenes comparativas en las que se aprecia la más absoluta realidad.
«Quería recordaros que hoy que las redes sociales tienen filtro. Las películas son retocadas. Las revistas son retocadas. Nada de eso es un estándar contra el cual deberías compararte», manifiesta, al tiempo que agrega que «posar es divertido, pero sentirse cómodo es todavía mejor».