El nuevo partido podemita ya está gestándose, con todo el lío interno que eso a a suponer a unas formaciones ya de por sí bastante cainitas.
Con la huida por patas de Pablo Iglesias y su elección a dedo de Yolanda Díaz, actual vicepresidenta segunda del Gobierno, parece despejada la incógnita más importante de la ecuación, pero de ella subyacen muchas más.
Este lunes 4 de octubre de 2021 Federico Jiménez Losantos dedica su columna en el diario El Mundo precisamente a Yolandemos, con un término fantástico para definir el partido podemita que se viene:
Al no tener carné del partido, tendrá que hacer otro que no pasará de lista electoral personal, y cuyos invitados son Errejón, los separatistas catalanes y el PCE, el partido de Yolanda, sí, pero en el que se ha instalado Iglesias, al lado del abogado de las FARC Enrique Santiago, ese caníbal bolivariano para el que el único defecto del Gulag es que fue demasiado suave.
Ya lo saben, el partido de Yolanda será muy de Yolanda, pero a la vez de muchos mangantes alrededor y algunos de éstos, a la vez, se creerán con mucho poder:
Este partido de Yolanda, nacido de la privatización de Podemos por Iglesias, debe llamarse Yolandemos, porque empieza y termina en ella. No busquen ahí una sola idea, ni original ni prestada, pero tiene el valor no pequeño de ser una oficina de colocación de gente incapaz de encontrar un sueldo fuera de la política.
No cabe duda de que tanto Losantos como todos los medios seguiremos de cerca los avances y sobre todo retrocesos de este Yolandemos, del que el periodista de EsRadio considera algo desde su mismo punto de partida:
Empiezo a creer que Pablo Iglesias no murió del todo en Madrid, que sólo está mal enterrado, y espera renacer de entre las cenizas de Podemos, hoy al cuidado de esa meiga de peluquería llamada Yolanda Díaz. Cuando la nombró heredera de la Vicepresidencia del Gobierno y de la candidatura a la Moncloa, castigó a la entonces heredera, Irene Montero, portavoz parlamentaria y número dos del partido, por no querer enfrentarse a Ayuso.