Resulta de chiste oír a esta muchacha decir tantas tonterías y que los medios nos hagamos eco de tanta estupidez es todavía peor.
La polémica con el grupo radical animalista ‘Almas veganas’ continúa.
Este 10 de septiembre de 2019, en el programa Espejo Público (Antena 3), tanto el periodista Antonio Martín Beaumont como el cocinero Carlos Arguiñano han replicado a la portavoz de este colectivo.
El cocinero vasco aseguró que él tiene gallinas y gallos en sus instalaciones que viven perfectamente.
A continuación señaló que lo que verdaderamente es un drama es que «hay gente que no puede comer».
Por su parte, Beaumont destacó que este grupo radical hace un flaco favor a los colectivos ecologistas serios.
Tachó a Fanny y a su grupo de «frikis» que «con posturas fanáticas lo único que hacen es precisamente daño al ecologismo».
«Al final cada uno hace lo que cree y quiero creer en su buena voluntad, que lo hace porque verdaderamente cree en esto pero no considero que sea bueno para su causa», apuntó el periodista. «Pero decir que los gallos violan a las gallinas ¿es coherente y racional?, ¿ayuda a su causa? No. Perjudica al ecologismo serio. Esto al final son actitudes frikis», agregó.
El programa de Susanna Griso volvía a tratar el tema por el nuevo vídeo de las animalistas en el que tachan las cañas de pescar de armas para asesinar seres vivos.
A este respecto, el hijo de Arguiñano respondió que si la pesca es sostenible, no se cogen peces bebés, no hay problema. Beaumont replicó que en países que no impulsan el capitalismo también hay cañas de pescar.
«Todo esto de que la caña es un arma de matar del capitalismo, a ver, en China existe el comunismo, y existen cañas de pescar y no están prohibidas, y en Corea del Norte igual y en Cuba exactamente lo mismo».
Este argumento no gustó a Fanny que insistió en su argumentario:
«Todos los animales, todas las especies, de este planeta sienten y tienen derecho al igual que usted a vivir. Sin ser utilizadas, ni esclavizadas, ni discriminadas, ni asesinadas. Es muy simple. Es lo más justo para todas».
Una postura que apoyó la escritora Lucía Etxebarría.
