El publirreportaje de Irene Montero en la revista ‘Diez Minutos’ sigue siendo objeto de críticas y continúa incendiando las redes.
Con las aguas revueltas y en medio de este panorama, la protagonista del mismo, Rosa Villacastín, eligió este 25 de agosto de 2020 el programa ‘Todo es mentira’ (Cuatro) para defenderse de los ataques, arremeter contra los periodistas críticos con su trabajo, y de paso, mostrar su enfado monumental con lo ocurrido.
«Me sorprende las críticas a su vestimenta, todo lo que lleva lo puede llevar cualquier chica normal, no le veo el lujo por ningún sitio… Ni la impertinencia de salir con escotes, que lo podría haber hecho porque es joven y guapísima. Sale con un vestido normal, posando en el único rincón que había en el Ministerio… No veo el motivo por el que una mujer no puede salir con cualquier vestido que compra en Zara o en cualquier otro sitio y la ministra no puede salir», ha defendido Villacastín.
«¡Un poco más de seriedad y de rigor!”, añadía la periodista antes de desmentir que el reloj que llevaba no era un Rolex.
Villacastín asegura que en cincuenta años de profesión ha entrevistado «a montones de ministros» como Margarita Robles o Bono, de todos los partidos políticos, y nunca se había desatado «este odio que algunos están alimentando, no solo en las redes, también políticos y periodistas«, ha agregado.
De paso, ha puesto en el centro de la diana al director de Periodista Digital, Alfonso Rojo.
«Que un periodista como Alfonso Rojo me critique por hacerle una entrevista a Irene Montero ya es para irte del país».
Según Villacastín, la gente que ha criticado la entrevista a Montero «tiene muy mala fe y lo único que hacen es inculcar el odio en la gente”, sentenciaba.
La presentadora Marta Flich, como no podía ser de otra manera, le dio la «enhorabuena, compañera» por ese ejercicio de periodismo valiente de sacar a la primera dama podemita a lo Preysler.
No le ha gustado nada a la periodista que este medio recuerda sus cambios de chaqueta y cómo ha pasado de servir cafés a Manuel Fraga a rendir culto a las hordas podemitas.