EL ALCALDE CAPITALINO TUVO UNA ACOGIDA MUY 'CALUROSA'

Pamplona no olvida: Miles de ciudadanos abuchean sin freno al bilduetarra Joseba Asirón en el arranque de los Sanfermines

La apertura de los Sanfermines 2025 en Pamplona se convierte en un termómetro social y político, con miles de ciudadanos abucheando al alcalde Joseba Asirón de EH Bildu

Pamplona ha vuelto a vestirse de blanco y rojo para celebrar los Sanfermines, pero el arranque de las fiestas este 2025 ha estado marcado por una atmósfera mucho más densa que la espuma del kalimotxo. Miles de pamploneses han convertido el tradicional chupinazo y la procesión en un verdadero termómetro del pulso social y político que atraviesa la capital navarra. El protagonista involuntario, Joseba Asirón, alcalde de Pamplona por EH Bildu, recibió una sonora pitada y abucheos que se prolongaron durante varios momentos clave del inicio festivo.

Abucheos en la plaza, tensión en la procesión

El 7 de julio, mientras los mozos lanzaban sus pañuelos al cielo al grito de “¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!”, el ambiente estaba lejos de ser idílico para el primer edil. La bronca contra Asirón no se limitó a un sector concreto. En la plaza Consistorial, donde miles esperaban el chupinazo, las críticas al alcalde fueron notorias. Pero el plato fuerte llegó durante la procesión matinal, cuando parte del recorrido se vio salpicado por gritos, insultos y gestos poco amistosos hacia Asirón. La situación llegó a tal punto que fue necesaria la intervención de escoltas y policía municipal para evitar mayores incidentes en la zona del pocico y la calle Curia.

A diferencia de otros años, la tensión no solo se vivió en los lugares habituales (Curia suele ser un clásico), sino que se extendió a nuevas zonas como San Saturnino. El regidor recibió vítores esporádicos en calles como Mayor, San Antón o Zapatería, pero fueron claramente superados por los abucheos e improperios lanzados durante el trayecto con el santo. Incluso, durante su entrada al palco oficial en la plaza de toros antes de la primera corrida, los gritos de “¡Fuera, fuera!” retumbaron con fuerza entre los cerca de 20.000 asistentes.

¿Por qué tanta animadversión hacia Asirón y EH Bildu?

La figura de Joseba Asirón se ha convertido en símbolo tanto para sus partidarios como para sus detractores. Alcalde gracias a una moción de censura apoyada por el PSN frente a UPN –una jugada política con más suspense que encierro en cuesta–, Asirón representa para muchos ciudadanos no solo un cambio político sino también un giro ideológico incómodo para buena parte del electorado tradicional pamplonés. Las referencias a EH Bildu y su vinculación histórica con el entorno abertzale radical han alimentado el rechazo visible estos días festivos.

La presencia de pancartas en favor de presos etarras en los tendidos de sol añade leña al fuego en una ciudad especialmente sensible a todo lo relacionado con ETA y su legado. No es casualidad que los abucheos más intensos hayan coincidido con momentos institucionales muy visibles, como la presidencia del alcalde en la primera corrida del ciclo taurino o su papel destacado en la procesión religiosa.

Fiesta popular e internacionalización del conflicto

Este año, además, los Sanfermines han servido también como escaparate global para causas internacionales. La plataforma “Yala Nafarroa con Palestina”, elegida por votación popular para lanzar el chupinazo, aprovechó su momento ante miles de personas para reivindicar un alto al fuego en Gaza y mostrar solidaridad con Palestina. Banderas palestinas ondearon junto a las tradicionales pañuelicos rojos mientras se coreaban consignas políticas ante una audiencia planetaria.

  • La música tampoco quedó al margen: una jota creada expresamente para esta edición resonó con versos solidarios desde las calles pamplonesas hasta “el cielo de Palestina”, poniendo banda sonora a un arranque festivo irremediablemente politizado.
  • La tensión no fue solo política: algunos episodios anecdóticos incluyeron intervenciones policiales ajenas a la disputa institucional –como el caso del hombre que interrumpió una jota por motivos personales– demostrando que San Fermín es siempre imprevisible.

Consecuencias políticas y sociales

El ambiente hostil vivido por Joseba Asirón es un síntoma claro del clima político polarizado que atraviesa Pamplona y buena parte del país. El hecho de que parte importante del público identifique las fiestas más universales de Navarra con una oportunidad para manifestar descontento hacia EH Bildu evidencia hasta qué punto lo político impregna lo cotidiano.

  • La moción de censura que llevó a Asirón al cargo sigue siendo motivo recurrente entre sus detractores.
  • Las protestas contra Pedro Sánchez –también audibles durante la corrida– reflejan un malestar extendido más allá del ámbito local.
  • El despliegue policial y las críticas lanzadas desde colectivos ligados a la izquierda abertzale añaden complejidad a unas fiestas donde conviven alegría popular e incomodidad institucional.

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