El presidente de la Generalitat con menos salero de los últimos años, Pere Aragonès, finalmente se ha lanzado al monte.
Seguramente confiado en su socio Pedro Sánchez, presidente del Gobierno y principal valedor en el insulto a los españoles. Al independentista solo le interesa una cosa, contentar a sus compañeros más insistentes con la secesión y al socialista otra, seguir en la poltrona. De modo que son carne de entenderse.
Este 26 de diciembre de 2022 en una cosa que llaman discurso de Sant Esteve, el de ERC se ha venido arriba y confirmó lo que ya todos sabíamos: lo intentarán volver a hacer (recuerden el amenazante «lo volveremos a hacer» cuando todo se les torció en 2017) y apenas seis años después.
El presidente regional, además, vino a sacar pecho de lo logrado hasta la fecha: las reformas en el Código Penal en lo relativo a la malversación y la sedición. Y ya ven, ahora es el turno de fijar las bases del referéndum de autodeterminación para 2023. Eso es lo que quieren los independentistas y solo llegar aquí de nuevo ya es un insulto por parte de Pedro Sánchez al conjunto de la Nación.
«Perseverar es la clave para avanzar. Y, con base en esa insistencia, hoy es evidente que el diálogo y la negociación para resolver el conflicto con el Estado comienza a dar sus frutos».
«Se nos dijo que era imposible derogar la sedición, se nos dijo que era imposible modificar el delito de malversación»…
El PP pide a Sánchez que salga
El Partido Popular exige, por su parte, al presidente del Gobierno, que aclare este 27 de diciembre durante su intervención tras el último Consejo de Ministros del año, si va a autorizar a los independentistas que hagan un referéndum en Cataluña en 2023.
Lo pidió el propio Elías Bendodo, portavoz del partido:
«Pedirle que aclare si va a realizar el siguiente pago a los independentistas, si va a autorizarles que hagan un referéndum en 2023».
