Lo explica con todo detalle Alfredo Perdiguero, en La Segunda Dosis: «Gracias a PSOE-Podemos, ser policía o guardia civil te convierte en sospechoso»
El dato es estremecedor y habla por sí solo: las agresiones a policías y guardias civiles han crecido un 11% desde que gobierna Pedro Sánchez.
No es casualidad, sino la constatación de que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado son conscientes de que repeler una agresión les convierte en presuntos culpables de brutalidad policial. En estas circunstancias, responder con el empleo de la fuerza conlleva un peligro evidente de suspensión, aunque sea cautelar.
La última agresión a un inspector de Policía en un autobús de Zaragoza por parte de una magrebí que ha sido finalmente identificado tras darse a la fuga es un ejemplo de la situación de inferioridad en que se encuentran los agentes.
¿Qué habría pasado si el inspector hace uso de la fuerza y detiene al violento agresor?
La respuesta es sencilla: la izquierda política habría lanzado espesas sombras de sospecha sobre la acción del policía, poniendo en duda que interviniera en legítima defensa. Y el agresor, seguramente, le habría denunciado. Por fortuna, el propio vídeo del atacante lo deja en evidencia. El comportamiento del policía, que le instó a ponerse la mascarilla, fue de principio a fin un ejemplo de moderación y equilibrio.
Pero si la prueba documental no hubiera existido, estaríamos ante la palabra de un agente policial contra la palabra de un inmigrante magrebí.
Y existen precedentes: el socialcomunismo se habría posicionado del lado de este último.
Cansados de la impunidad que implica agredir a un agente si no hay graves lesiones y de la falta de implicación del Ministerio de Interior, las asociaciones policiales avisan de que a partir de ahora se personarán como acusación en las agresiones contra policías.
Es el único recurso que les queda tras ser sistemáticamente ninguneados por un Ejecutivo que les ha dejado indefensos ante sus agresores.
El del autobús no ha sido el único incidente reciente en el que los policías han resultado ser víctimas de atentados contra la autoridad.
Hace unos días, un policía que se identificó como agente cuando un hombre golpeó el retrovisor de su coche también fue violentamente agredido. Y es que ser policía o guardia civil con este Gobierno implica un riesgo añadido.
