Fue el 19 de noviembre de 2019 cuando la Audiencia de Sevilla condenó a 19 ex altos cargos de la Junta de Andalucía -entre ellos a los expresidentes socialistas del Gobierno regional, José Antonio Griñán y su antecesor, Manuel Chaves- por la macrocausa de los ERE fraudulentos, el mayor caso de corrupción en décadas en España.
Ahora, este 26 de julio de 2022 se ratifica la prisión a Griñán -seis años- por parte del Tribunal Supremo y la condena a Chaves.
Cuenta Ángela Martialay en el diario El Mundo que el resultado queda de lo más ajustado, por tres votos frente a dos, y por ello la Sala de lo Penal confirmará las señaladas condenas a sendos expresidentes de la Junta. Al primero por malversación de caudales públicos, y al segundo por prevaricación, que únicamente conlleva inhabilitación para cargo público durante 9 años.
Los cerca de 2.000 folios de la sentencia no se darán a conocer hasta el mes de septiembre, pero las filtraciones apuntan a que aunque se intentó mediante las deliberaciones alcanzar la unanimidad entre los cinco magistrados que componen el tribunal, finalmente no ha sido posible.
Cuenta La Razón que la condena queda ahora a expensas de lo que decida el Tribunal Constitucional, dado el más que seguro recurso de amparo que interpondrá su defensa:
«El TC puede suspender cautelarmente la pena, hasta que resuelva ese recurso, para evitar un perjuicio irreparable en caso de que finalmente apreciara una posible vulneración de derechos fundamentales. Pero habitualmente el Constitucional no acuerda esa medida, aunque ha habido excepciones, cuando las penas de prisión son superiores a cinco años».
Estamos por tanto en la recta final del caso de corrupción más bestia de la historia reciente de España, con el PSOE-A como canal principal, por lo que no es de extrañar que el saqueado pueblo andaluz castigue durante mucho tiempo a sus dirigentes socialistas. Lo empezó a hacer en las elecciones regionales de 2019 y lo corroboró dando la mayoría absoluta al PP de Moreno Bonilla en las recientes elecciones de 2022. Todo esto no parece sino un adelanto del aluvión andaluz que supondrá para las elecciones generales el voto fugado al PP desde el PSOE, el de los ERE y el de Pedro Sánchez.
