Javier Bustos Díaz: «Una contradicción llamada Pedro Sánchez»

Javier Bustos Díaz: "Una contradicción llamada Pedro Sánchez"

Ayer se votaba la ampliación de la prórroga del estado de alarma por un mes en lugar de quince días más. Tras la negativa del Partido Popular de dar su apoyo o simplemente abstenerse, el Gobierno buscó los votos de PNV y Ciudadanos, los cuales consiguió.

La votación sale adelante, no obstante, Pedro Sánchez rebaja sus pretensiones y baja de 30 días a 15, tal y como marca la Constitución española para esta clase de situaciones.

Y hasta aquí todo normal.

Sin embargo, llegando al final de la sesión conocíamos la noticia que ocupa las portadas los principales medios de comunicación de nuestro país: “Sánchez pacta con Bildu derogar la reforma laboral del PP” (El País); “Sánchez se echa en brazos de Bildu para ganar quince días más de estado de alarma” (ABC); “Sánchez pacta a la vez con Cs y con Bildu para alargar la alarma” (El Mundo); “Sánchez se destapa: derogará la reforma laboral con Bildu” (La Razón).

Si la credibilidad de nuestro Gobierno ya era baja o casi inexistente, con esta maniobra consigue destruir la poca imagen que le queda. Al mismo tiempo aumenta la crispación entre las distintas fuerzas políticas y con distintos actores sociales.

Las contradicciones de Pedro Sánchez le acabarán costando la presidencia

Con esto de EH Bildu se ha pasado por alto las palabras de Gabriel Rufián, ERC, que da por terminado “el espíritu de la investidura”, pero lo más importante es que ha puesto en pie de guerra a todo el mundo.

Es evidente que ningún partido de carácter constitucionalista apoyaría nunca un acuerdo con EH Bildu, por lo tanto ¿engañó el presidente a Ciudadanos? ¿Sabía de este acuerdo el partido de Inés Arrimadas? Los votantes de Ciudadanos son personas que buscan romper con la dependencia de partidos nacionalistas e independentistas. Esta maniobra les puede pasar una gran factura electoral a un partido de por sí muy tocado.

Por otro lado, la imagen del propio presidente no puede estar en horas más bajas. Sin embargo, no entiendo la sorpresa mediática por la actitud de Pedro Sánchez. En 2015, durante una entrevista, ya dijo aquello de «Perdone, pero si le estoy diciendo que con Bildu no vamos a pactar, si quieres lo digo 5 veces o 20 durante la entrevista, con Bildu no vamos a pactar. Con Bildu, se lo repito, no vamos a pactar. Si quiere se lo repito otra vez”.

Y en 2019, para conseguir ser el presidente del Gobierno dijo “con Bildu no se acuerda nada”. Posteriormente negoció la investidura con ellos.

Ahora, no solo se trata de que haya pactado con EH Bildu, lo cual dice mucho de lo que está dispuesto a hacer para seguir en la Moncloa, sino lo que ha pactado. En esta ocasión vale aquello de que es más importante el contenido que el continente: la derogación íntegra de la reforma laboral.

Derogar la reforma laboral

El problema de llegar a un acuerdo con alguien como Pedro Sánchez es que sabes que antes o después te la va a jugar. Ciudadanos se ha quedado expuesto con la maniobra del presidente, pero es que apenas unas horas después de acordar la derogación íntegra de la reforma laboral el Gobierno, mejor dicho, la parte correspondiente al PSOE que está en el Gobierno daba marcha atrás: “PSOE rectifica el pacto con Bildu y no derogará íntegramente la reforma laboral” (El País)
Al mismo tiempo, El Mundo recoge las siguientes declaraciones de Pablo Iglesias «el acuerdo que se firma ayer entre los máximos responsables es el acuerdo» y aunque luego «cada partido quiere hacer consideraciones, lo firmado es eso».

Adicionalmente, CEOE y Cepyme han emitido un comunicado donde dicen “rechazamos con total rotundidad el acuerdo alcanzado entre la coalición PSOE y Unidas Podemos y EH Bildu para derogar la reforma laboral a cambio de su apoyo a la última de las prórrogas del estado de alarma”.

Es decir, Pedro Sánchez ha conseguido en un solo movimiento cabrear a su socio de Gobierno, a la patronal y a Ciudadanos; dejando en entredicho su credibilidad y haciendo válidas las palabras de Pablo Casado: “Su soledad parlamentaria cada vez coincide más con la indignación de los españoles”.

Ahora surge la pregunta ¿qué pasará cuando acabe el último periodo del estado de alarma? Sin credibilidad un gobernante reduce sus posibilidades de llegar a ningún acuerdo y el marco económico que está dejando está crisis no ayuda a un presidente, que ha aprovechado el estado de alarma para  blindar a Iglesias en la comisión del CNI y para crear 14 nuevas direcciones y subdirecciones que, sin lugar a dudas, son imprescindibles para el devenir de la pandemia.

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