En agosto, frío en rostro,
Suave, fresco y agradable un año,
Tal y como el calostro,
Y otro como el apóstro-
fe de los Políticos, que es extraño
Que no lo suelten sin que hagan daño;
El rocío con que al alba
Nos saluda agosto, al caer el día
Muchas veces no nos salva
De tener como una malva
El cuerpo, pues Eolo lo atavía
Con las llamaradas de alguna sequía;
Abundante muchas veces
La cosecha, y otras queda muy menguada;
Distintas el mar de peces
Y las aves el cielo; preces
El labrador para una buena jornada,
Y los Políticos … ¡a no hacer nada!;
Es cuando están de grano
A rebosar las trojes, y los lagares
De racimos, que el verano,
Con el sudor del aldeano,
Convierte en pan y vino en sus hogares,
Y el de los Políticos en manjares;
Eso de la igualdad ni antes,
Ni ahora, ni nunca, ya nadie se fía,
Por muchas y muchos piantes
Que lo pregonen, mangantes
De esta verdad … Mientras no llegue el día
Que no haya políticos y votantes,
Lo de la igualdad … ¡se lo va a creer su tía!.