¿Saben ustedes qué tiene que hacer un inglés de los que circulan ´legalmente´ por nuestras carreteras, a bordo de un vehículo con el volante a la derecha, para poder adelantar? Pues invadir, completamente, el carril contrario, para comprobar si viene algún vehículo de cara o tiene vía libre. Vamos, una ruleta rusa, para él y para los que circulan en dirección contraria. ¿Y por qué? Pues porque los vehículos británicos tienen el volante a la derecha.
¿Por qué tenemos que jugarnos la vida y la de nuestras familias, cuando en determinadas épocas del año nuestras carreteras son invadidas por una plaga de vehículos, rumbo a Marruecos, circulando haciendo eses, debido a los impresionantes fardos de altura descomunal, que portan atados en el techo, actuando como una vela al viento y alterando el centro de gravedad? ¿Por qué?
Luego va y resulta que cuando un español tiene que pasar la ITV, además de pagar y perder media mañana, tiene que aguantar las arbitrariedades que se le antojen al ´tocapelotas´ de turno, en base a la buena o mala leche con que se haya levantado esa mañana. Y además aguantar el oír que su vehículo es un peligro para la circulación vial, por llevar una pegatina de Cáritas pegada en una esquina del parabrisas, que ´resta visibilidad´. Eso por no hablar de todo el surtido de multas y controles policiales a los que están sometidos los conductores españoles.
Hay días en los que no sé si soy un sociópata viviendo en una sociedad normal, o una persona normal viviendo en Estado sociópata.