Somos una turbia mezcla entre lo que hemos sido y lo que quisimos ser.
Sueños y recuerdos, y por delante toda la Eternidad; todo un universo con nuevos horizontes por descubrir, con nuevos versos que escribir, con nuevas cumbres que escalar; y siempre a la búsqueda del perdón, mientras aprendemos a perdonar.
Y una vez más, despedidas y reencuentros marcarán nuestro largo peregrinar por un camino sin principio ni final, a la búsqueda de nuevas vidas que morir, nuevas muertes que vivir; de adioses con lágrimas en los ojos, donde iremos aprendiendo que el valor de un abrazo, no es abrazar, no, es mucho más…
Donde aprenderemos que hacer el amor, nunca fue amar.
Y de nuevo, una vez más, terminar para volver a empezar.