Todavía no se ha publicado y criticado que vaya a costar 80.000 euros y Bono puede reconocer que le encanta sin cargo de conciencia.
Vanity Fair le hace un masaje a José Bono en toda regla–Cambio radical–. Las simpatías de la publicación por el ex político y su entorno no son nuevas. En marzo de 2011, cuando todavía retumbaban los ecos del caso de la Hípica que por entonces salpicó al por entonces presidente del Congreso y su familia, Vanity Fair ya le hizo una amable entrevista a Ana Rodríguez Mosquera, la cual se acababa de divorciar de Bono–Adiós Sra.Bono. Hola Ana–.
En esta ocasión José Bono aparece posando, en una enternecedora imagen, como un feliz abuelo para la revista con la que ha roto su silencio desde que abandonó la política activa, tras la llegada del PP al poder tras las últimas elecciones generales. Lourdes Garzón acompaña a Bono por Salobre, el pueblo de su familia en Albacete, donde se hace hincapié en la cercanía del veterano dirigente con sus vecinos:
«Hacemos dos paradas en los cien metros que van de la plaza, donde tomamos el primer cafe, a la casa de sus padres. Dos paradas, dos abrazos de vecinas»
El polémico asunto del retrato sale a colación -menos mal- pero vean como soluciona dicha ‘patata caliente’ la autora del reportaje, que lo describe así, con sus propias palabras:
«[…] El retrato que Bernardo Torrens le está haciendo para el Congreso y que nos enseña en su iPhone. Todavía no se ha publicado y criticado que vaya a costar 80.000 euros y Bono puede reconocer que le encanta sin cargo de conciencia. Lo amplía, lo reduce, nos enseña detalles y llama nuestra atención sobre lo logrados que están los ojos. Mucho mejor, opina, que el retrato anterior para el ministerio de Defensa»
¿Pero acaso no le preguntaron si le parecía moralmente aceptable ese coste por un retrato? Misterio, pero parece que no. Y a otra cosa.
No pasa nada, si el retrato parece no casar muy bien con la línea de austeridad que sería deseable en España, y a pesar de la que está cayendo en el país, Bono no tiene problema en vanagloriarse del pastón que Planeta va a pagarle por sus memorias–El socialista José Bono cobrará 800.000 € por su libro de memorias–:
Vanity Fair. ¿Es verdad que le han pagado 700.000 euros por sus memorias?
José Bono: No, no es verdad. Me han pagado 800.000 euros
Encima con cachondeos. Vivir para ver.