Cualquier persona, con independencia de su profesión, tiene derecho a vender su casa para comprarse otra
¡Acabáramos! Leyendo a Tania Sánchez, la compañera de viaje de Rita Maestre en las primarias madrileñas en Podemos, uno descubre que la culpable de los trapicheos con los pisos protegidos en los que ella misma y su ‘rival’ Ramón Espinar incurrieron fue de…¡Esperanza Aguirre!–El «dolido y golpeado» Ramón Espinar dice que solo ganó «20.000 euros» con la venta de su piso protegido de Alcobendas–.
Sánchez, diputada de Podemos y acompañante de Maestre en la lucha por la secretaria general del partido morado en Madrid, ha concedido una entrevista a ‘El Español’.
En su charla con Daniel Ramírez el periodista no se anda por las ramas y arrincona a la ex de IU con el ‘caso Espinar’, que guarda cierto paralelismo con el pasado de la propia Sánchez–Tania Sánchez (IU) obtuvo un piso de protección oficial que luego vendió al portavoz de IU en Rivas–.
Ninguna de [las dos operaciones] es ilegal. Ambos hicimos el trámite pidiendo aprobación a la Comunidad de Madrid porque así lo exige la vivienda pública. También ambos nos acogimos al precio de venta que permitía la ley.
Cuando Ramón Espinar se permitía dar lecciones sobre vivienda protegida a los demás
Le preguntan entonces por la actitud de Espinar, que se llenó la boca estos años atrás denunciando la especulación inmobiliaria antes de ser pillado con el carrito del helado–Luis Ventoso ‘alaba’ a Ramón Espinar: «Batió el récord de Tania Sánchez en hacerse con una VPO»–.
¿Es coherente maldecir la especulación de la vivienda y obtener un beneficio de 20.000 en un proceso de compra-venta?
El problema de la vivienda pública en esta Comunidad ha tenido que ver con las decisiones de Esperanza Aguirre, que decidió acabar con su funcionalidad. La Administración ya no puede bajar su precio para facilitar el acceso a más gente, tal y como recoge la Constitución. Esto derivó en un cambio: un aumento desproporcionado en el precio módulo. Eso es por culpa de Aguirre, lo ha denunciado Ramón y tiene razón.
Ramón Espinar (padre) se paseaba por el Ayuntamiento de Alcobendas como Pedro por su casa
Y remata sus tesis diciendo que tanto ella como Espinar tienen derecho a hacer lo que hicieron. Cierto, se podría añadir, pero eso no es consecuente con luego denunciar a la casta por todos sus desmadres para lograr votos mientras no se predica con el ejemplo: «Cualquier persona, con independencia de su profesión, tiene derecho a vender su casa para comprarse otra», finaliza Sánchez.