El Rezongón. Dios, el hombre, la política y los valores morales (III)

Por Carlos de Bustamante

( Tertulia. Acuarela de Joan Coch Rey en Amigos Acuarelistas de Facebook) (*)

Explicado en (II) qué son los valores hasta el hartazgo, intentaré dar un paso más hasta exprimir lo referente a esta cualidad o virtud, según el punto de vista desde el que se mire. Permítanme antes que, como al Rezongón le rezuma la milicia hasta por las orejas, una breve consideración referente a “mi sardina”: Al igual que al principio de la era cristiana fue en el Ejército de las por entonces legiones romanas donde más fácilmente se extendió el novedoso cristianismo, así, lo dicho en esta miniserie, es en las FF.AA. en general y en las nuestras en particular donde los conceptos tratados -¡ay demasiado prolíficamente!- sean de más fácil comprensión y vivencia, porque son inherentes a la vida militar, que sin ellos se derrumbaría como un castillo de naipes.
Ítem digo, que mentados los valores, ellos solitos se han interrelacionado con la moral. Concepto éste que, por manido y tantas veces mal interpretado, el Rezongón aconseja una miaja de exposición pormenorizada.

Cuáles son los valores morales: Los Valores Morales son todas las cosas que proveen a las personas a defender y crecer en su dignidad. Los valores morales son desarrollados y perfeccionados por cada persona a través de su experiencia. Por lo general los valores morales perfeccionan al hombre, en cuanto a las acciones buenas que realice, como: vivir de manera honesta,… Pongan, por favor ustedes los etc.,s. Sin que por idem se les pase lo último citado que repito, porque “tiene… pelendengues”: VIVIR DE MANERA HONESTA.

No, no se le fue el dedo de la tecla al Rezongón al escribir lo repetido con mayúsculas. Trataba de la moral en nuestras Fas con un sobrino que como su padre, tíos, abuelos, tatarabuelos… seguía, con brillantez por cierto nuestra secular vocación sobre el famoso y malhadado (para el Rezongón al menos) artículo -73- de nuestras nuevas y actuales RR.OO. Las que, en el apartado –II- “Convivencia con los subordinados”, reza –lo diré una vez más- así:

“Velará por la convivencia entre todos sus subordinados sin discriminación alguna por razón de nacimiento, origen racial o étnico, `género´, `orientación sexual´, religión o convicciones, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, fomentando el compañerismo y la integración intercultural”.

Hora es, pues, de que vaya interrelacionando conceptos. Si para la mayoría de la sociedad española (y por tanto o más, si cabe, para las FF.AA.) es así, conviene tener en cuenta la opinión de quienes son autoridad en la materia. Vean por ejemplo – que no es único- una con fundamento:

CUANDO LA CONFUSIÓN SEXUAL SE INSCRIBE EN LA LEY.

Por María Calvo Charro (profesora titular de la Universidad Carlos III).

Género y manipulación semántica.

La neutralidad sexual ha alcanzado en los últimos años su punto álgido con la implantación generalizada de la denominada ideología de género. “La palabra `sexo´ ha resultado sustituida con sutilidad por la expresión `género», actualmente enclavada en el discurso social y político contemporáneo, integrada en la planificación conceptual, en el lenguaje, en los documentos y también en las normas legales. “Sin embargo, `tras este aparente desliz gramatical existe una intencionada finalidad social´ meticulosamente premeditada”. En este caso, `la intención oculta´ sería el intento de un cambio cultural gradual, la denominada «deconstrucción» de la sociedad, por medio de la `destrucción de la bipolaridad entre los sexos y la proclamación de la inexistencia de masculinidad y feminidad, en beneficio de una neutralidad absoluta en todos los planos de nuestra vida, privada y pública´. Se trata de un proyecto global planificado, científica y sistemáticamente. Para ello, se utiliza un lenguaje ambiguo que hace parecer razonables.

Otro sí, como dijimos mucho y claro sobre moral, valores y antivalores, bueno será que asimismo definamos con la RAE lo equivalente a antivalor de la moral, o sea, lo denominado, en `sinónimos´, por ella como inmoral: “deshonesto, indecente, amoral, ilícito, desaprensivo, impúdico, indecoroso, licencioso, obsceno, perdido, sinvergüenza, lujurioso”… y de paso, para mayor claridad de conceptos los `antónimos´: “moral, honesto, virtuoso”… (RAE).

Con lo dicho no por el Rezongón ni por el autor, sino por la RAE, creo dejar clara la interrelación de los valores morales con los que son lo contrario tanto para la ley divina de los creyentes, “como para la ley natural” de los que libremente no lo son. Bien en las Fas como en los que no pertenecen a ellas. Ergo ese concepto de `género y orientación sexual `¡ejercidas!´, son ¡inmorales!

Como colofón de todo lo dicho en (I), (II) y (III), es preciso abusar de su paciencia para, si Dios es servido, finalizar las interrelaciones con la primera y más importante para el autor y su Rezongón que es Dios. Consciente de que hablar hoy nombrando Dios, pecado, sacrificio, austeridad etc. -o sea todo el elenco de virtudes-, ni se lleva e incluso dan auténtico miedo, pavor; y sin tenerlos, por la más sobrenatural y humana de las razones: `porque me da la gana´. Nos vemos en (IV).

Inmoral: deshonesto, indecente, amoral, ilícito, desaprensivo, impúdico, indecoroso, licencioso, obsceno, perdido, sinvergüenza, lujurioso. Antónimos: moral, honesto, virtuoso.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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