Ideología de género. XIV. Técnicas de manipulación II

Por José María Arévalo

( Niños en la niebla. Acuarela de Lola Catalá en lolacatalá.com) (*)

Ya recogimos, hace unas semanas, la primera parte de este tema “Técnicas de manipulación”, que iniciaba en su capítulo 11 el libro “Cuando nos prohibieron ser mujeres… y os persiguieron por ser hombres. Para entender como nos afecta la ideología de género”, editado en 2016 por la digital Titivillus, que estamos reseñando en esta serie. La segunda parte está desarrollada en el capítulo 13, que veremos ahora, del libro del que es autora Alicia V. Rubio – titulada en Filología Clásica por la Universidad de Salamanca y profesora de educación física en un centro público de Madrid durante veinticinco años-.

“La paradoja del traje nuevo del emperador y la presión social” era el subtitulo de la primera parte de “Técnicas de manipulación”, y subtitula ahora Alicia V. Rubio esta
segunda parte “Vendiendo la mula ciega”. “Los medios de información y manipulación de masas –comienza- han conseguido que acabemos viendo la tela que no existe, e incluso, que los más incautos rivalicen en elogiar los colores y demostrar que ellos también llevan un traje de esos tan bonitos. En definitiva, que asumamos lo que nunca hubiéramos creído posible ni aceptable.

“Vamos –continúa- a tratar de analizar la forma por la cual nos han convencido, contra nuestros principios y más profundas percepciones, de que es válida una ideología falsa y nefasta y que son buenas unas legislaciones y unos derechos que, en el mejor de los casos, se podían tachar de injustos y, en el peor de los casos, de brutales. Aplicado al caso de España, lo cierto es que estas técnicas se repiten de forma idéntica en los diversos países según van entrando en «la agenda del género». Por ello, además de explicar cómo se ha manipulado a la población española, puede ser útil describir esas técnicas y que sirva de denuncia en otros lugares cuando empiecen a sucederse.

Desde luego, la primera de las manipulaciones es la creación de ciudadanos cada vez más desconocedores de las materias que no son prácticas y no generan trabajadores eficientes en actividades tecnológicas, pero alumbran ciudadanos libres, es decir, la introducción de materias técnicas en los estudios escolares en detrimento de las que «hacen pensar». Esta estrategia busca MANTENER A LOS CIUDADANOS EN LA IGNORANCIA, LA MEDIOCRIDAD Y EL INFANTILISMO para que sean fácilmente dirigidos y terreno abonado para el resto de las estrategias que iremos desarrollando a continuación.

Pese a los numerosos cambios de leyes educativas que han sumido a la educación española en el caos, la reducción de las asignaturas humanísticas ha seguido una línea continua y progresiva. En ningún momento, fuera cual fuera el color del gobierno de turno, se frenó su caída. La filosofía y la ética son algo ya residual, con un número de horas semanales tan ridículo (una o dos) que no es posible crear el hábito del análisis. Pensar cuesta trabajo, como aprender a andar, pero una vez se aprende, se disfruta ejercitándose y nunca se olvida. En este momento, y lo digo con conocimiento de causa, los adolescentes ni saben, ni quieren pensar sobre cualquier tema que les produzca desazón. La libertad y la madurez van parejas con la creación de criterios propios, la valentía de actuar y elegir las acciones según estos criterios y la responsabilidad de afrontar las consecuencias de esa elección. Las nuevas generaciones temen elegir o no saben, prefieren que otros les marquen el camino y, cuando lo hacen, son incapaces de afrontar las consecuencias de su elección. De esta manera, se mantiene a los ciudadanos en una infancia prolongada que los hace pastueños y débiles. A nadie nos gusta afrontar las consecuencias, a veces difíciles, de nuestros actos y esa es una de las bazas por las que la cruel práctica del aborto tiene tanta aceptación: Tras las clases de incitación al sexo temprano vendido como un derecho, a los menores (y a los mayores también) se les da la posibilidad de no tener que afrontar las consecuencias de una irresponsabilidad. La negativa por egoísmo, para eludir la realidad por ser desagradable o por pura incapacidad para asumirla, a pensar lo que significa sacar a un ser humano vivo y en formación del útero materno, unida a la posibilidad de no afrontar las consecuencias de sus actos, hacen el trabajo final comenzado por la «venta de la tela» y las técnicas de manipulación que ahora veremos. […]

Debates y análisis de temas moralmente discutibles son eliminados de las programaciones o, más habitualmente, obviados por el mecanismo de introducir en los textos la solución «adecuada» a esos temas controvertidos como dogmas establecidos según la corrección política. Los poderes públicos, contra el derecho a la libertad de pensamiento y opinión de las sociedades libres, han tomado partido por una ideología y se transmite en las escuelas al margen de la imparcialidad exigible. Pero nadie hace nada porque la inmensa mayoría de padres y docentes han asumido como buena la ideología de género, la tela invisible, y no les espanta que se instruya en ella a los menores haciéndoles ir desnudos y vulnerables, como animales de matadero. […
]
Y esta ideologización, no sólo sucede en las asignaturas evidentemente sectarias como la famosa «Educación para la Ciudadanía», bastión adoctrinador del socialismo del PSOE que ha perdido las pautas fundacionales, la ética y el norte. Para más daño, en los libros de texto aparecen como ciertas muchas de las falsedades de la ideología de género por obra del axioma de que «una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad». Y muchas de las falsedades del género se han instaurado como ciertas por ser repetidas y amplificadas por vendedores del género y por biempensantes que colaboran inconscientemente.

Los programas de Ciencias Sociales se presentan manipulados y ya interpretados para evitar las conclusiones divergentes al pensamiento que interesa. Por ejemplo, en los textos de sociales se habla, como algo plenamente aceptado, de la emancipación de las mujeres gracias al «derecho a la salud sexual y reproductiva», como si tener «buena salud» en algunos ámbitos emancipara legalmente. Naturalmente se refieren al aborto, por lo que para las personas avisadas, la equiparación es evidente, en tanto que en otros textos más agresivos van directos al grano y ponen «emancipación mediante el derecho al aborto». Sin embargo, como no se puede decir que una lucha tan económicamente rentable ha terminado, siempre se añade que las mujeres aún seguimos discriminadas y que en España cobramos menos salario que los hombres, falsedad exitosa por repetición y fruto de la manipulación de estadísticas. No hay un solo caso en el que la mujer gane menos que un hombre en la misma situación: sería un delito fácilmente denunciable y además llevaría, si eso fuera posible, a que ninguna empresa contratara hombres por x euros pudiendo contratar mujeres por x-10 si estas hacen el mismo trabajo. Tan repetido ha sido, que aparece en libros de texto sin que nadie explique, porque en realidad nadie lo sabe, que esas cifras son fruto de «cocinados y adobados» de las estadísticas: la existencia de más minijobs en las mujeres (no menos pagados pero sí con menos horas y por ello con menos sueldo total) que les facilita una voluntaria conciliación de familia y empleo y el hecho de que haya más hombres con salarios altos, ya sea por cargo o por asumir trabajos de riesgo (mayoritariamente ejercidos por hombres) que suponen un plus económico, hace que una manipulada «media de sueldos» al margen de estos condicionantes, asigne sueldos más bajos a las mujeres. Esto se vende con la frase «las mujeres ganan un 25% menos que los hombres» para que se interprete como que se les paga menos ante el mismo trabajo, lo que sería delito punible si alguien pudiera aportar un solo caso a los tribunales. He constatado en varias ocasiones que las mujeres feministas de cierto nivel en el organigrama de poder son perfectamente conscientes de la mentira. Pese a ello, la utilizan, sin complejo ninguno, hasta que se les evidencia el conocimiento del engaño por parte de interlocutores o audiencia. De todas formas, se verán posteriormente algunos casos sobre la manipulación de encuestas y datos, sólo una pequeña muestra de la infinita cantidad existente.

En el caso de Lengua Castellana, se ha de enseñar que el lenguaje no sexista debe utilizarse al margen de las normas lingüísticas, etimológicas y gramaticales. Por ejemplo, en un libro de texto ideológicamente neutro aparece como ejercicio que los alumnos han de señalar la incorrección sexista (sic) en la frase «Las señoras de la limpieza comenzaron su trabajo» (personal de limpieza) y «La jefe de servicio comenzó el trabajo» (la jefa) o «La juez ordenó medidas cautelares» (jueza), al mismo nivel que deben detectar los errores gramaticales u ortográficos. También se exige el uso del antiespañol doblete «ciudadanos y ciudadanas», en tanto en español existe el plural común y el malsonante «juez-jueza» existiendo el epiceno, palabra de doble uso en ambos sexos, transformación artificial y alingüística que, naturalmente, no se exige si la palabra en cuestión tiene «aspecto femenino» como es el caso de electricista y «electricisto», pediatra y «pediatro». Los dislates de algunas políticas feministas a las que hemos oído decir «miembras», «jóvenas» o «quijotas caballeras andantas» son parte de esta demencial estrategia de amoldar el idioma a la ideología y no obedecía a ninguna casualidad, sino a un plan establecido que también incluye la desaparición de términos y la aceptación, o no, de otros en función de los intereses de la agenda del género forzando a la RAE y dictando los manuales de estilo de los medios informativos afines. Ningún profesor culto y no ideologizado puede enseñar este tipo de cosas sin sonrojo. De hecho, el miembro de la RAE D. Ignacio Bosque hizo público un estudio ratificado por toda la Academia sobre estos asuntos criticando el uso ideológico del lenguaje al margen de su etimología y sus normas. Sin embargo, los seguidores de la ideología de género son acientíficos hasta en la lingüística y han hecho oídos sordos pese a que una de las firmantes, Margarita Casas, es una reconocida feminista.

Por otra parte, la utilización de las estrategias de manipulación, tan conocidas y antiguas como efectivas, funcionan perfectamente en una sociedad ignorante e infantilizada que, infortunadamente, las desconoce. O simplemente es incapaz de reconocerlas por la falta de espíritu crítico y por la indefensión que produce estar desprevenido por creerse en una sociedad libre.

Un clásico de la manipulación de masas es la llamada ESTRATEGIA DE LA DISTRACCIÓN, que consiste en inundar de información irrelevante de forma que se desvía la atención del público de los temas importantes que más le pueden afectar. Esta técnica funciona como diluvio de distracciones e informaciones sin trascendencia consiguiendo que el ciudadano permanezca ocupado y con su atención en tonterías. También se juega con la imposibilidad de leer todo y de discernir, en una cantidad elevada de información, lo importante de lo accesorio. Es la TÉCNICA DE LA SATURACIÓN INFORMATIVA. En el mundo actual se genera una enorme cantidad de noticias, por lo que no es complicado llevar a cabo esa saturación. Una persona medianamente informada puede recibir una media de 300 noticias diarias. Ante la imposibilidad de conservar toda esa información, el cerebro humano actúa olvidando todo lo que considera accesorio, o pasado, para dejar sitio a nuevas informaciones. Eso significa que, a mayor información, mayor olvido. Y en ese borrado del disco temporal de datos irrelevantes también se borran cosas importantes. De hecho, se relaciona el fracaso escolar de niños víctimas de esa sobresaturación informativa y la consiguiente necesidad de borrado de datos con la posibilidad de que, además de la información de videojuegos y programas televisivos, se eliminen los datos del aprendizaje escolar. Por otra parte, esa sobresaturación resta tiempo para reflexionar y sacar conclusiones. El continuo bombardeo de noticias, por tanto, impide el seguimiento de acontecimientos relacionados, de forma que no se puedan llegar a inferir consecuencias al respecto por falta de datos ya borrados y de tiempo para organizarlos. Y no hay que olvidar que la información sólo es útil en la medida en que somos capaces de relacionarla con otros conocimientos y extraer de ella unas consecuencias.

Consecuencia también de la sobresaturación informativa se pone en marcha un mecanismo cerebral consistente en la activación de una «selección automática» que colabora a facilitar la manipulación del ciudadano. Ese mecanismo por el cual no asimilamos información por acciones inconscientes (si no nos gusta el locutor, si lo creemos publicidad…) permite que, quien tenga la técnica de eludir o manejar esa selección automática en los cerebros pueda hacer llegar su información por encima del resto. Como una de las formas de eludir esa selección es la repetición continua de un mensaje, los informadores con dinero, que puedan traspasar esa barrera inconsciente bombardeando continuamente con datos fáciles de repetir, tienen una ventaja sobre los demás. De hecho, lo repetido se recuerda más y se implanta en la memoria de tal forma que termina pasando a ser considerado como opinión propia. Otra forma de seleccionar el aluvión informativo es leer sólo los titulares de las noticias, el texto grande, sin ampliar información en el cuerpo de la misma lo que facilita LA CONTRADICCIÓN ENTRE TITULARES E INTERIOR. El conocimiento y aprovechamiento de este mecanismo de reducir información lleva a que muchas veces, en temas de importancia, los titulares contradigan el resto de la noticia con total desvergüenza y la seguridad de que apenas nadie lo va a descubrir aportando en el cuerpo de la noticia un desarrollo farragoso de ese titular a sabiendas de que se desanima a su lectura y que camufla el dato real contradictorio. […]

Estas técnicas, que al menos tratan de guardar las formas de la ética periodística informando, aunque lo mínimo posible, de lo realmente relevante, en algunos casos de perfecta desvergüenza e indignidad se convierte en simplemente la desaparición de la noticia que molesta. Es la técnica basada en el axioma que dice que lo que no sale en los medios, no existe o HURTAR INFORMACIÓN CONTRAPRODUCENTE para el fin buscado.

Como ejemplo paradigmático, pero en absoluto extraordinario pues se repite a menudo, se puede estudiar el caso de la cobertura de un medio gratuito a una multitudinaria manifestación pro-vida en Madrid el 17 de Noviembre de 2013. El indigno periódico no consideró relevante que en Madrid se hubiera celebrado una macro-manifestación contra el aborto con 486 entidades convocantes y con autobuses llegados desde 46 ciudades llenos de manifestantes. Su portada fue para un cómico-presentador y para una miniprotesta contra la política sanitaria madrileña de alrededor de 500 personas según el diario.

Durante el trayecto de la macro-manifestación pro-vida, cinco mujeres semidesnudas del colectivo FEMEN se abalanzaron contra la cabecera llena de niños y fueron detenidas por la policía. Como el panfleto informativo tiene órdenes de dar eco a todo activismo de género a la vez que se autocensura para publicar noticias que puedan mostrar que mucha gente no quiere comprar «la tela del género», acuciados por el dilema de sacar información prohibida del «suceso tabú» o no poder informar del exhibicionismo FEMEN (línea editorial) optan por publicarlo en la página 8 en un apartado llamado 20 segundos. Así se justificaba la escasez de datos sobre las razones de la detención, a la vez que la foto publicitaba a las exhibicionistas. […]

Acerca de este asunto se apunta otra de las terribles acciones manipulativas, ésta novedosa y de cara a un futuro ya ideologizado por completo que no debe conocer la verdad de ningún modo buceando en el pasado. Novedosa y, por ello, poco conocida: la nueva reescritura de nuestra memoria virtual, LA ALTERACIÓN ARTIFICIAL DE LA MEMORIA VIRTUAL COLECTIVA. Si ustedes buscan información en internet sobre la macro-manifestación y teclean «18 noviembre Madrid manifestación pro-vida» (día en que salen los periódicos que informan sobre el día 17) las primeras entradas son todas acerca de las cinco FEMEN que aparecieron a provocar y su detención. La marcha de cientos de miles de personas desaparece bajo la presencia de 5 totalitarias sin respeto y sin principios. Existe una forma, como saben, de primar unas entradas sobre otras para que, al usuario, cuando se teclean unos datos para buscar información, le salgan por delante las que interesan al que realiza el «retoque». Y, evidentemente, se está llevando a cabo y destacando hechos al margen de su importancia y a favor de la nueva historia que está construyendo el género. […]

En el caso de la Wikipedia, los colectivos feministas han asegurado, sin dar ningún dato concreto y apelando a una estadística mundial desconocida y que, obviamente, no se basa en estudios serios, que las entradas de esta enciclopedia virtual son mayoritariamente introducidas por hombres. Por ello, consideran que hay una inadmisible «brecha de género» y se han coordinado, fondos públicos mediante, organizando grupos de mujeres asalariadas para introducir «perspectiva de género» en esa enciclopedia. Como la famosa «perspectiva» es simplemente manipular con ideología de género cualquier información, su trabajo consiste en reescribir la historia y corromper el lenguaje.

Afirman que, si algo lo escribe una mujer metiendo su «perspectiva de género», es diferente. Por ello han surgido coordinadoras como Editatona de México que alecciona y paga a mujeres para que escriban artículos sobre mujeres y para mujeres y se les enseña mediante cursillos a publicar en Wikipedia. Su función es cambiar el final de las palabras con intención de feminizarlas, hacer categorías especiales de mujeres en diversos campos de la cultura y el saber (introducir, por ejemplo, un apartado especial de escritoras donde antes había uno general al margen del sexo) e introducir mujeres en la historia, a veces sin datos fidedignos sobre su existencia, o con unas valías no excesivamente reseñables, lo que a la larga deja a las mujeres respecto a sus contemporáneos varones como poco valiosas y creativas, salvo que empiece la fase de reasignar obras de grandes genios a sus correspondientes mujeres o parientes femeninos a las cuales, supuestamente, hubieran despojado de esas creaciones. […]

Si volvemos a este «callejón del gato» deformante de la realidad que son los medios ideológicos en su función de alterar la importancia de los hechos para ocultar datos y crear opinión sobre falsas premisas, encontramos otra forma de manipulación, la TÉCNICA de la LLUVIA FINA. Los medios de comunicación que quieren crear un vuelco de la opinión pública sobre un tema concreto se dedican, de forma sistemática, a incluir siempre, o con regularidad, una noticia sobre el asunto, que parece casual pero que está perfectamente buscada y narrada para ir calando en el subconsciente y creando una percepción subliminal en el lector habitual. Existe una conocida leyenda urbana que todo el mundo cree y utiliza como ejemplo de la maldad y la subrepticia forma de acción de la manipulación que quizá conozcan: la historia cuenta un experimento consistente en la introducción, en los fotogramas de una película, de imágenes brevísimas de una conocida bebida que los ojos no detectan, pero sí lo hace el cerebro, con el resultado de desear esa bebida al final de la película. La gente piensa que está a salvo de esa forma de programación mental porque conoce la historieta de los fotogramas y, sin embargo, es víctima de la misma estrategia de forma habitual, sin consciencia ni defensa.

Lo mismo que, posiblemente, la persona avisada del experimento pudiera detectar los fotogramas, al contrario que quien lo ignora, si se conoce y se vigila esta estrategia en el tema del género, el truco queda a la luz como cuando se ve al mago desde el ángulo adecuado.

Este sistema va regulando el tema de las noticias, siempre de género, según se van sacando adelante los objetivos de la agenda del género. Desde el año 2014-2015 en España se está llevando a cabo, a espaldas de la población, un proyecto organizado de legislaciones lesivas para la libertad y la igualdad de los ciudadanos: las mal llamadas leyes de igualdad LGTB y las de derechos de las personas transexuales que generan «neoderechos» para estos colectivos restringiendo derechos fundamentales en el resto de la ciudadanía, como ya veremos. En el caso de las legislaciones de personas transexuales, la ideología se pone por delante de la ciencia e impide la opinión de médicos y psiquiatras sobre las causas últimas de esa discrepancia entre cuerpo y mente que es, en esencia, la transexualidad. El objetivo es que algo inhabitual y que implica complicaciones de todo tipo, especialmente médicas, se acepte como algo normal y al margen de la medicina. En una ocasión el padre de un transexual, perfectamente adoctrinado en la «normalidad» de la transexualidad, me exigió pedir perdón por hablar del «problema de la transexualidad» alegando que su hijo no tenía ningún problema. Trataba de convencerme de que tener un cuerpo masculino y una mente que se reconocía como mujer y las consecuencias de equiparar quirúrgicamente uno y otra (operaciones peligrosas y mutiladoras y tratamientos hormonales para toda la vida) no era motivo de preocupación y, por ello, un problema. En ningún momento se cuestionó por mi parte la dignidad y el respeto a la persona transexual, que es lo que presuntamente trataba de defender aquel padre equiparando «problema» con «desprecio». Porque el adoctrinamiento sufrido por ese padre daba como resultado que asociar la transexualidad a «un problema» se equiparaba con negar la dignidad y el respeto al transexual… La ceguera ante la realidad llega a este punto.

La técnica de la LLUVIA FINA engloba cualquier noticia relacionada con el tema para ir macerando en el cerebro de la población la importancia de un colectivo minoritario y privilegiado, para que consideren normal conocer la menor nimiedad sobre éste e incluso tengan la necesidad de saber cuanto les acontezca por parecerles muy importante cuando en realidad no lo es. En este chaparrón de noticias las hay de varios tipos definidos: todas valen para que «el terreno» vaya permeabilizándose, si bien ejercen funciones diferentes de manipulación.

A fin de que la población admita y considere necesarias, cuando no lo son en absoluto, las leyes de la desigualdad entre LGTB y heterosexuales, hay que crear la sensación de indefensión, como colectivo, de uno de los grupos de presión más privilegiados del mundo occidental en este momento. Entonces entra en escena la técnica de manipulación consistente en DIRIGIRSE AL ASPECTO EMOCIONAL Y NO A LA REFLEXIÓN. La manipulación de los sentimientos es una técnica clásica para causar un cortocircuito en el análisis racional y en el sentido crítico. La utilización del registro emocional abre una vía al subconsciente que permite dirigir comportamientos y miedos, dejando la mente inerme por irracional empatía propia de hooligan de fútbol… De esa forma, en el momento de actividad de la campaña, aparece cada varios días la historia personal de un gay acosado en su infancia o adolescencia, un transexual que pensó en suicidarse o una lesbiana de la que se reían sus compañeros de clase, casos lamentables pero en absoluto categorías, no más graves que el acoso a cualquier otro ciudadano y de ninguna manera como para aprobar leyes que vulneren derechos fundamentales de todos.

Estos publirreportajes aparecen mezclados con noticias verdaderas para impregnarlas del grado de importancia e imparcialidad que estas tienen aunque tan siquiera presentan la menor importancia como información al ser un conjunto de sentimientos y vivencias, más propio del reportaje intimista que de la noticia pura. Sin embargo, van calando en la mente y creando la sensación de que diez casos de acoso son la generalidad, que si es noticia es porque sucede continuamente, que se está realizando sobre ese colectivo, y no sobre esas personas, una discriminación terrible y sistemática, y que hay que hacer algo para frenar esa injusticia. […]

A estas noticias sentimentales de lluvia fina se unen las de falsa ciencia, MENTIRAS QUE APROVECHAN EL DESCONOCIMIENTO DE LA POBLACIÓN SOBRE TEMAS ESPECÍFICOS, algunas tan ridículas como la titulada «Había sexismo laboral en el Paleolítico», informando de que los neandertales dividían algunas de sus tareas por sexos (las mujeres curtían las pieles y los hombres cazaban) para apuntar la antigüedad de la opresión femenina y la discriminación sexual. Otras son acientíficas, como la información sobre un caso de criptorquidismo extremo y relacionado con la genética, que acontece en una zona de República Dominicana y en una isla de Papúa Nueva Guinea. El alto grado de consanguineidad hace que muchos niños (2%) nazcan con los testículos y la bolsa escrotal en el interior del cuerpo. Hacia los 12 años, con la pubertad y la descarga hormonal, los testículos descienden. Pese a que son varones antes y después de la pubertad, se tergiversa la información con este título: «Los güevedoces: las niñas que se convierten en niños. Los expertos aseguran que el sexo y el género no tienen definiciones fijas desde un punto de vista científico». ¿Expertos? Se pregunta uno si serán expertos en decir tonterías porque, desde luego, no lo son en biología, ni en genética, ni en medicina.

Y efectivamente, en el interior del artículo aparece un tal doctor E. Vilain, director del centro de Biología del Género de la Universidad de California, que es como ser director del Centro de Biología de la Metafísica, Genética de la Filosofía o de Fisiopatología de la Hermenéutica. Este señor afirma que aunque la sociedad tiene opiniones categóricas sobre lo que debe definir el sexo y el género, la realidad es que no existen evidencias biológicas que lo justifiquen y que nos encontramos que hay muchas realidades intermedias. Este «vendedor de la tela del género» está dispuesto a la afirmación más acientífica con tal de justificar su innecesario empleo. Sobre el género, como invento interesado que es de una construcción social de la sexualidad, no sé si hay evidencias biológicas claras aunque no creo, pero sobre el sexo la naturaleza es clarísima. El artículo termina quejándose de las verificaciones de sexo a las mujeres deportistas, puesto que el sexo y el género son imprecisos. Este ejemplo es una de las muchas aportaciones acientíficas de una ideología sin bases biológicas que intenta creárselas como sea. Parece normal, a la vista de todo esto, la desorientación y el desconcierto de la sociedad sobre este tema. […]

La última noticia producida por esto de que «sexo y género son imprecisos», ha sido la rotura de mandíbula de una campeona de taekwondo, al primer golpe, por parte de una deportista transexual que se siente muy mujer pero que, lógica y evidentemente, tiene la fuerza y la constitución de un hombre.

Si esta tontería del género sigue así, en unos años, todas las marcas, podios y trofeos de las categorías femeninas de los deportes en los que la principal cualidad física no sea la flexibilidad, van a estar en manos de transexuales a mujer. No valdrá la pena ni presentarse a las competiciones. Tanto promocionar el deporte femenino para esto…

Otro de los sistemas de conseguir que la población dé por buenas legislaciones absolutamente ilegales es manipular la información para CREAR UN PROBLEMA Y OFRECER LA SOLUCIÓN. Consiste en hacer creer que hay una situación lo suficientemente lamentable como para que sea la propia sociedad la que demande medidas que nunca demandaría si no fuera por ese falso problema que se ha creado. Esas medidas, normalmente legislaciones, son lesivas para la libertad, pero se justifican porque se venden como solución a un falso problema.

Este sistema fue el utilizado con la violencia de género y los feminicidios, asunto lamentable pero menor que muchos otros por los que nada se hace y que ya explicaremos en el capítulo dedicado a la destrucción de la masculinidad. Para crear una alarma social se hiper-informó de los casos de muertes de mujeres por el procedimiento de seguir la noticia desde su suceso hasta las condenas de diversos colectivos pasando por entrevistas a familiares y amigos. Cuando la noticia se enfriaba, se sacaban cifras y estadísticas si no directamente falsas, sí alteradas a favor de la alarma social. La sobresaturación informativa hacía sentir que, en vez de una asesinada, el problema era una lacra social de amplias dimensiones. Naturalmente, ante esa percepción inoculada, el gobierno se apresuró a aprobar una ley que, teóricamente, la sociedad demandaba. Lo cierto es que, pese al esfuerzo por crear el problema, la demanda social no existió, o no tanto como para justificar nada: en las estadísticas oficiales sobre preocupación social de los problemas, la cifra máxima alcanzada fue de un 2,4% en el momento álgido de manipulación, mientras paro, terrorismo o corrupción han llegado al 30%. En los años posteriores, en muchos casos no ha llegado ni al 0,1% si no se hacía un esfuerzo de sobreinformación, sólo posible para lobbies muy poderosos y con muchos apoyos mediáticos.

No existió alarma real pero los políticos, que querían introducir la ley, se afanaron en apelar a esa demanda inexistente para justificar una legislación perfectamente ilegal. Otra de las cosas que sucede siempre con estos falsos problemas es que, contra la manida frase de los políticos de que no hay que legislar en caliente, es decir, inmediatamente y como respuesta a una situación concreta, se legisla no solo «en caliente» sino «en ebullición». No se legisla «en caliente» cuando realmente hay un clamor social que no coincide con el interés de las agendas de los políticos. Entonces sí es muy malo legislar «en caliente». Pero, cuando se ha llevado a cabo una campaña de alarma social, hay que aprovechar el momento álgido. Por ello, si ven que los políticos se afanan en legislar inmediatamente después de una serie de sucesos lamentables sospechosamente exagerados e hipertrofiados en su tratamiento mediático, no duden de que les están «vendiendo la mula ciega». La sociedad admitirá la merma de sus derechos alarmada por el drama impostado. Al contrario que en el caso de la vergonzante Ley Integral contra la Violencia de Género, misil en la línea de flotación de las relaciones heterosexuales estables, la familia, la masculinidad, la feminidad y los menores, que veremos con más detenimiento, y en la que el clima de alarma les salió bien, este sistema se ha intentado, sin éxito, con las leyes LGTB pero ha sido prácticamente imposible publicitar las suficientes agresiones por lo que el sistema ha sido otra de las técnicas de manipulación más utilizadas y efectivas: LA FALSIFICACIÓN DE ESTADÍSTICAS, INFORMES Y DATOS, normalmente con el fin de crear un problema y luego exigir y aplaudir «la solución». […]

Esta falsificación de los datos que se aportan para obtener algún tipo de prebenda, ya sea legislativa o económica, tiene su ejemplo más elocuente en la famosa encuesta realizada en 2012 por la ILGA, la superfinanciada y poderosísima Federación Internacional de LGTB y que fue esgrimida como razón para presentar un informe, llamado Lunacek por el apellido de la eurodiputada lesbiana que lo presentó, proponiendo privilegios para las personas LGTB.

Para realizar la encuesta la citada entidad recibió 370.000 euros de fondos europeos. El resultado fue terrible: el 47% de los LGTB se sentían discriminados en la liberal Europa y un 26% habían sido físicamente agredidos o amenazados en los últimos 5 años.

Lo primero que resulta sorprendente es que se encargue de hacer la encuesta y el informe el colectivo al que le beneficia demostrar una situación de discriminación y agresiones. Es igual que encargar una investigación sobre las bondades de los pimientos en la dieta humana los vendedores de pimientos. ¿A que se imaginan el resultado?

Esta falta evidente de imparcialidad se demostró cuando se descubrieron las técnicas acientíficas (como todo lo relacionado con el género) con las que se había realizado la encuesta. Los encuestados eran anónimos y hacían la encuesta voluntariamente desde las redes o el teléfono. No había forma, por ello, de determinar si había activistas que la repetían. Se accedía a la encuesta sólo con la afirmación de que se era LGTB y sin forma de identificar esa afirmación. A esta muestra indeterminada de encuestados, que podían repetir manipulando los resultados, se unía lo que ya he detectado en otras investigaciones de este tipo: las categorías son confusas y se suman por interés: es decir, que en el bloque de preguntas sobre discriminación aparecen hechos verdaderamente discriminatorios y circunstancias menores que no llegan a serlo pero se viven como tal, y que agresión engloba agresiones verdaderas con sucesos menores. En el momento en que un encuestado responde afirmativamente en una de las respuestas del bloque de discriminación o agresión (aunque sea en uno de los hechos menores) se le incluye en la categoría de víctima y a ese porcentaje se le pone el título más extremo: agresión, discriminación.

Así pasa a ser incluida ante el titular alarmista de un 40% denuncia haber sido agredido. Luego resulta que casi todas las agresiones no son físicas, sino verbales o, simplemente, la percepción subjetiva de ser discriminado. Porque a esto se suma que, en todas las encuestas del género, frente a la discriminación real, cuantifican lo que la «víctima» ha sentido como discriminación, por lo que el factor subjetivo incrementa los datos.

La hiperinflación de LGTB «agredidos» dio como resultado que esos datos no coincidieran en absoluto con los datos policiales, por lo que se terminó desmontando esa carísima encuesta manipulada a favor de la victimización de los LGTB, si bien no sirvió para evitar la aprobación de la iniciativa legislativa que se sustentaba en la mentira de la investigación y sus estadísticas, el informe Lunacek, que sin ser vinculante sirve de guía a las posteriores leyes de privilegios para LGTB que se han empezado a promulgar con el truco de la encuesta falsa y del informe no vinculante, pero orientativo. […]

Acerca del lobby LGTB tuve ocasión de ver personalmente cómo falsificaban la información sobre unas estadísticas de bullying a fin de demostrar que el acoso escolar afecta principalmente a los menores LGTB. En un cursillo acerca de ese asunto en el que asistíamos, entre otros, profesores de secundaria, ante las estadísticas del defensor del menor en las que, según nos dijeron, aparecía que un 60% de los casos de acoso se habían producido sobre menores LGTB por su orientación sexual, reconocieron que las cifras reales eran un 20% pero ellos añadían el 40% de los casos en los que no figuraba la causa. Esgrimían, para ello, la peregrina razón de que la causa del acoso de ese porcentaje sin determinar era, con toda seguridad, a niños LGTB porque el oscurantismo que afecta a esa situación hacía que no se dijera explícitamente. […]

En las estadísticas estadounidenses que, al parecer, son algo más serias y las realizan colectivos no implicados en intereses sobre los datos que afectan al estudio, la obesidad aparece como la primera causa de acoso y maltrato entre menores. Obviamente, ni ustedes ni yo conocemos asociaciones de obesos exigiendo campañas escolares que descriminalicen al pobre gordito. Y aunque las hubiera no sería razonable reivindicar el respeto por el gordito y no por otros menores que, de una forma u otra, sean acosados. […]

También las estadísticas y datos sobre violencia de género presentan serias manipulaciones, tergiversaciones y falsedades. Las veremos en el capítulo dedicado a la destrucción de la masculinidad.

Otro caso de evidente creación del problema, manipulación de estadísticas y falseamiento de datos informativos ha sido la reciente campaña de presunto maltrato a chicas jóvenes y adolescentes por parte de sus parejas masculinas. Es la utilización, de nuevo, de la violencia de género para obtener tres beneficios: la apertura de nuevos caladeros de víctimas del género (no de la violencia de género sino de las leyes y manipulaciones del género), dinero público en cantidades elevadas y accesos a los menores para «resolver» tan horrible lacra. Por ser un ejemplo paradigmático y por su importancia para entender el funcionamiento de este negocio, se va a desarrollar cuando se trate la manipulación a menores.”

(*)  Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):

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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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