Ideología de género. XVI. La industria del género

Por José María Arévalo

 

( Chica leyendo. Acuarela de María del Mar Robert, en Hispacuarela de Facebook )

El capítulo 15 del libro “Cuando nos prohibieron ser mujeres… y os persiguieron por ser hombres. Para entender como nos afecta la ideología de género”, editado en 2016 por la digital Titivillus, que estamos reseñando en esta serie, y del que es autora Alicia V. Rubio – titulada en Filología Clásica por la Universidad de Salamanca y profesora de educación física en un centro público de Madrid durante veinticinco años- lo dedica a “La industria del género…y el inagotable dinero del heteropatriarcado”.        

Encabeza este capítulo 15 Alicia V. Rubio con dos frases, una de Arthur Schopenhauer: “La humanidad corre el peligro de destruirse por la excesiva importancia de las cosas no importantes como el dinero o el poder”: y otra de Ralph Waldo Emerson: “El dinero a veces resulta demasiado caro”.

Y a continuación comienza: “Vayamos a las cifras. Muchas personas creen que la ideología de género no existe, que es un invento de bienpensantes, integristas religiosos y pacatos. Otros piensan que es una forma educada de decir sexo. Sin embargo, si bien el género no existe salvo como construcción teórica, la estructura que se ha generado a su alrededor y la cantidad exorbitante de dinero que se ha invertido y se invierte en dar de comer a la bestia es como para pensar que existe, aunque sólo sea por lo caro que nos sale en cuanto a fondos públicos y subvenciones, y la cantidad de extraños organismos y empleos que propicia. Esta capacidad de crear empleos y absorber fondos, si bien todos provenientes de los impuestos de los ciudadanos o incluso de las propias víctimas directas de la ideología de género, ha dado lugar a que se hable de LA INDUSTRIA DEL GÉNERO. Es cierto que no genera riqueza a la sociedad, aunque sí a algunos de forma individual, y que lo único que fabrica es desconcierto, dolor y degradación, pero indudablemente, es una industria, un negocio muy lucrativo y con muchos «empleados».

En un capítulo anterior se han mencionado algunos beneficiarios del cuento de la ideología de género. Son las bocas hambrientas de esa hidra insaciable. Trataremos de dar algunos datos de todos ellos a fin de que, con unas pinceladas generales se dibuje el mapa de beneficiarios al igual que se ha dibujado la silueta ideológica de la bestia.

De forma general se han nombrado como receptoras de fondos a las ORGANIZACIONES INTERNACIONALES (ONU, CEDAW…) que, como se explicó, son las que han irradiado esta ideología al mundo entero a través de documentos y recomendaciones que los Estados que las refrendan se comprometen a cumplir.

También se benefician las ASOCIACIONES FEMINISTAS que conciben la sociedad como una lucha de clases aplicada al sexo, corpus ideológico en el que se inició esta locura;   los COLECTIVOS LGTB adheridos a este movimiento por medio de la deconstrucción de la alteridad sexual y el sexo homosexual como forma óptima de placer sin consecuencias; los PARTIDOS POLÍTICOS Y SINDICATOS que, al ver que hay dinero en juego, crean asociaciones de género, presuntamente independientes pero cuyos miembros son sus afiliados e incluso dirigentes, receptoras de excepción de dinero público que se financian con ayudas para todo tipo de acciones sobre el género de dudoso resultado y gravoso precio; las EMPRESAS ABORTISTAS dedicadas a eliminar las consecuencias previsibles pero indeseadas de un sexo irresponsable vendido como felicidad e igualdad y, finalmente, las TITULACIONES SOBRE EL GÉNERO, CÁTEDRAS, EMPLEOS DE NUEVA CREACIÓN, EXPERTOS, OBSERVATORIOS Y ESTRUCTURAS DE GÉNERO.

Para que los lectores se hagan una idea sobre las estructuras sociopolíticas y culturales que se están desarrollando con dinero público y con la única finalidad de justificar una ideología que se autogenera con esas mismas estructuras, vamos a estudiar un informe del Gobierno Español presentado a finales de 2013 a la ONU, concretamente a un organismo de claro sesgo feminista llamado CEDAW (Convención para la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer). CEDAW surgió como Convención para hacer cumplir una serie de artículos y normas gestados en la Conferencia de Pekín, ya mencionada como el punto de inflexión donde la ideología de género toma las riendas de la política social mundial a través de los objetivos de la ONU.

Muchos de estos objetivos para erradicar la discriminación femenina son razonables cuando se aplican en países donde las leyes aún discriminan a la mujer y le hacen ser un sujeto sin plenos derechos (ablaciones, matrimonios concertados, legislaciones que le impiden contratar, tener bienes o heredar, discriminación en educación o sanidad…). En el caso de países donde las legislaciones son igualitarias, la aplicación de esas recomendaciones supone un dislate puesto que para demostrar que hay discriminación y poder aplicar políticas de género, las personas y organismos que se benefician han de buscar con lupa y exigir acciones igualitarias descabelladas que justifiquen su labor, sus puestos de trabajo y sus elevadas subvenciones. Por ejemplo, en países donde la mujer no recibe educación básica, los fondos se destinan a la incorporación de las niñas a la escuela.

En países con educación generalizada, como es el caso de España, la aplicación supone invertir fondos en que haya el mismo número de hombres y de mujeres en todas las ramas de estudios, que los colegios traten de tener el mismo número de profesores que de profesoras, que en los libros de historia se mencionen el mismo número de hombres que mujeres, con independencia de los hechos históricos y que se aconseje la elección de estudios con perspectiva de género, es decir, tratando de subir de forma artificial las ratios de mujeres en carreras de elección mayoritaria masculina, despreciando la libertad de elección.

El despropósito es tal que, pese a que por ejemplo, en España el abandono temprano de los estudios y el fracaso escolar afecta a los varones hasta 13 puntos por encima del sexo femenino, los colectivos feministas exigen inversiones en la erradicación del abandono y el fracaso escolar femeninos, despreciando a los varones y convirtiendo un problema social en un problema feminista porque en realidad no les preocupa el fracaso escolar, ni el beneficio social, ni tan siquiera las mujeres, sino la posibilidad de obtener más fondos para esas superestructuras fundamentadas en el género de las que vive mucha gente. España, como país que ratificó los planteamientos de CEDAW con el gobierno González, se ve en la «obligación moral» de aplicarlos, pues no hay legislación o norma que le obligue realmente, y de enviar, cada cuatro años, un informe sobre las medidas tomadas para la erradicación de la discriminación de la mujer según propone el articulado de este organismo visceralmente feminista.

En el año 2015 correspondía hacerle una inspección a España y el gobierno Rajoy ha mandado un informe de sus actuaciones, muchas de ellas en época del gobierno Zapatero en tanto el informe abarca los años 2008-2012. Se van a entresacar algunos párrafos del citado informe oficial, que aparecerán en cursiva, donde se exponen diversos datos que pueden dar una idea de lo que significa económicamente a nivel institucional la aceptación de la ideología de género (VII y VIII Informes de España. Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación Contra la Mujer. Septiembre 2013).

En primer lugar, y para comprender el beneficio económico de los organismos internacionales, se aportan unos párrafos del citado informe de España a CEDAW en el que España aparece como principal donante de fondos a nivel mundial en un ámbito, la promoción de la ideología de género, mientras la crisis sacudía a los ciudadanos españoles de una forma brutal, entre otras causas por la descapitalización que supone la utilización de fondos públicos en actividades innecesarias como estas. Sin embargo, en estos momentos tenemos a varios personajes políticos españoles copando puestos de responsabilidad en la «industria mundial del género» sin que sepamos hasta qué punto hemos pagado esas nóminas a priori.

Se han financiado importantes fondos globales como el Fondo Fiduciario de la ONU para Eliminar la Violencia contra la Mujer, la Ventanilla de Género del Fondo ODM y el Fondo Multidonante para la Igualdad de Género, del que España ha sido impulsor y principal donante. El día 10 de noviembre de 2010, el ECOSOC eligió a España como miembro de su primera Junta Ejecutiva, en calidad de primer donante, pues a lo largo de los últimos años España se convirtió en el principal contribuyente mundial a los organismos específicos de género del Sistema de Desarrollo de NNUU y concretamente de ONU-Mujeres. Estos párrafos no necesitan comentario: la ingente cantidad de dinero que ha donado España a las políticas de género la ponen en primer lugar como donante, por encima de países económicamente mucho más poderosos. Para asuntos de género el Gobierno Español no se anda con racanerías.

…El II Plan Nacional para la Alianza de Civilizaciones 2010-2014 introduce la transversalidad del género en sus cuatro ámbitos de acción prioritaria: juventud, educación, migración y medios de comunicación. Aparte de sospechar que la «transversalidad de género» en estos ámbitos va a consistir en imponer de forma semejante la ideología de género en los cuatro y que se apoyen entre ellos para incrementar el arraigo social, cabe preguntar qué beneficios supone y para quién; y valdría la pena saber cuánto dinero público se ha llevado ese II Plan Nacional y cuánto esa aplicación de la «transversalidad».

…Por último, la Cooperación Española promueve actividades de sensibilización sobre el cambio social en cuanto a la modificación de patrones socioculturales y educativos, a través de proyectos de educación con enfoque de género. Esta bolsa enorme de dinero público, cuya cifra no aparece, supongo que porque ya disponen de ella en la ONU y los que no la sabemos no interesa que la sepamos, fue aportada en los años en los que la crisis golpeaba duramente a España, posiblemente y entre otras cosas, por los ingentes capitales ya donados y malgastados en los años anteriores en género y en otros embudos de derivación a los partidos. Y es más que probable el pago a priori de los cargos que en estos organismos disfrutan personas del gobierno Zapatero, cuya capacidad y preparación hace imposible pensar otra causa para su elección en el puesto que «los servicios prestados a la causa». Da la impresión de que estos organismos funcionan al modo del timo piramidal de la siguiente forma: España pagó durante años los ingentes sueldos de personajes políticos innecesarios e incapaces, retirados de la política de otros países y ahora, otros futuros candidatos a los puestos pagan, a través del dinero público de sus países, los sueldos de nuestros grandes ineptos para heredar sus puestos cuando tengan que dejar la política. Pero eso sí, todo el «timo piramidal» con el dinero público que, como no es de nadie según dijo una ministra, no duele regalarlo.

A todas estas inversiones en Fondos de Cooperación que parecen haber propiciado el ascenso al cielo del organigrama supranacional a los que las favorecieron, hay que unir las subvenciones a asociaciones de corte feminista (también homosexualista, si bien en este informe de España a CEDAW no tienen cabida más que de forma indirecta, en tanto el feminismo es un movimiento copado por lesbianas, por su temática «en favor de la mujer») defensoras de esta ideología a la que nadie se atreve a plantar cara por dos razones: la manipulación psíquica que se explica con la paradoja de ”El traje nuevo del Emperador” y el hecho de que se trata de unos colectivos de inmensa fuerza mediática y económica. Estos lobbies, que exigen sus nuevas subvenciones que les hacen más fuertes y con más adeptos, ya sea para enriquecerse o con el objetivo de realizar nuevas campañas de adoctrinamiento, funcionan como el monstruo al que para apaciguar hay que dar alimento, pese a que mediante ese mismo alimento económico que se le da, se hace cada vez más fuerte y exigente.

Veamos algunas muestras de cuánto, cómo y a quiénes se les da dinero para mover la industria del género. Ese mismo documento oficial dirigido a CEDAW menciona diversas aportaciones económicas a actividades de ideología feminista sin indicar cifras:

El Instituto de la Mujer colabora en el fortalecimiento del movimiento asociativo de mujeres a través de las ayudas de la convocatoria del Régimen General. En el conjunto del período 2008-2012 se han concedido ayudas económicas a 687 programas de 467 entidades.

Unos cuantos datos sobre qué significa este párrafo únicamente para el año 2012, año en el que la crisis era evidente y estaba en el poder el nuevo gobierno de Mariano Rajoy ayudarán a hacerse una idea de qué es exactamente esto del «negocio del género» y el feminismo.

Por ejemplo, el año 2012 el Instituto de la Mujer, organismo heredero del innecesario Ministerio de Igualdad, con una España sumida en la crisis, con subidas de impuestos y recortes brutales en servicios sociales, con un paro creciente y más de un millón de familias sin ningún ingreso, repartió en un solo día para estudios y políticas de género 3’4 millones de euros de la siguiente forma:

1º Para las asociaciones del lobby feminista y otras ONG que desarrollan políticas sociales de ideología de género se reparten 2,2 millones de euros. Si algún esforzado lector se molesta en leer en el enlace del BOE los nombres de las asociaciones beneficiarias se va a encontrar con unos detalles muy curiosos que me gustaría comentar. El primero es que aparecen asociaciones con extraño y pintoresco nombre que, investigadas en realidad no son tales, sino minigrupos de presión, prácticamente sin socias, creados para «hacer bulto» en las reivindicaciones y para recibir subvenciones.

El segundo es que «la parte del león» de las subvenciones se la llevan asociaciones presuntamente independientes pero cuya pertenencia a partidos políticos muy conocidos es vox populi (Mujeres Progresistas, Asociación de Mujeres Juristas Themis…)

El tercero no es tan evidente pero demuestra la endogamia de este «negocio» cuando se explica: A ese informe que el Estado Español tiene que enviar al organismo feminista de la ONU, la CEDAW, del que ya hemos aportado algunos párrafos, se puede añadir, por parte de la sociedad civil, un informe paralelo independiente (shadow report) opinando sobre las políticas aplicadas por el Estado. Muchas de las asociaciones beneficiarias de estos fondos son las que han presentado el informe paralelo a la ONU. No es ninguna sorpresa decir que este informe paralelo de la sociedad civil, únicamente representada por asociaciones feministas radicales de género y colectivos de lesbianas, se queja amargamente de la discriminación en la que vive la mujer española, se lamenta de la reducción de fondos destinados a la emancipación de las infortunadas españolas, lo que se traducirá en un empeoramiento de sus miserables condiciones de vida y pide más políticas de género. Para más escarnio, es el propio Instituto de la Mujer quien facilita y coordina la realización de este informe paralelo de la sociedad civil cuya característica fundamental, se supone, es la independencia de criterio. Asombrosa independencia de criterio la de ONG´s que reciben sustanciosos fondos de un organismo estatal que vive de que se sigan exigiendo políticas de género y que coordina el informe en el que se piden más fondos.

2º Para investigaciones y postgrados de género 600.000 euros

3º Para estudios particulares sobre el género 597.208 euros

Por una parte se constata que las empresas contratadas para los estudios tienen una amistad, casi filiación, con el gobierno de turno. Por otra, al margen de algunos estudios sobre las aportaciones de mujeres a diversas áreas del saber, en muchos casos sobredimensionadas como las subvenciones que las amparan, como ya hemos explicado en el caso de las investigaciones en el ámbito deportivo, estas investigaciones y estudios de posgrado son, básicamente,

  • un estudio de datos en un campo en el que no hay igual número de hombres y de mujeres, o no existen los mismos comportamientos,
  • una constatación del porcentaje desigual respecto al 50% ideal,
  • un diagnóstico del problema, que siempre es la imposición de roles sociales, los estereotipos de género y la presión social.

Fácil y rentable. Nunca se pregunta a las personas implicadas su opinión porque los estudiosos dan por seguro que están alienadas por sus prejuicios. Por ejemplo: hay muchos más ingenieros que ingenieras. Y eso sólo puede ser porque a las mujeres se les desanima para ese tipo de ocupaciones y se les empuja a otro tipo de trabajos. La familia y la sociedad las dirige y obliga. Y ellas se dejan porque no se dan cuenta de su alienación. No se estudian ni analizan las razones de las decisiones individuales que pueden ser muy ajenas a una influencia socio-familiar y responder a gustos y deseos personales. Por descontado que, para el feminismo, la mujer es tonta y una menor intelectual. Menos mal que estos grupos feministas subvencionadísimos van a venir a salvarnos incluso contra nuestra voluntad.

Obviamente, se consigue un nuevo frente de trabajo y de inversión de fondos, en este caso dinero para campañas que empujen a las chicas a elegir ingenierías, promoción de estas carreras entre las jóvenes durante el bachillerato… Habría que preguntarse dónde está la verdadera manipulación: en la elección primera o en la resultante de campañas moldeadoras o focalizadoras de elección.

Por compararlos con algo, estos beneficiarios de las subvenciones son los rastreadores de «nuevos caladeros de fondos»: encuentran ámbitos de presunta desigualdad y dan paso a nuevas subvenciones. […]

Si tomamos como botón de muestra a Mujeres Progresistas, que pertenece a ese entramado, presuntamente independiente del Partido Socialista compuesto por Federación de Mujeres, Fundación Mujeres, Mujeres Jóvenes… y de las que surgieron ministras de irrepetible recuerdo, en 2013 recibe 120.125 euros del Instituto de la Mujer, tal y como se indica anteriormente, en 2012 ya había recibido la misma cantidad del mismo organismo, 120.125 euros en otro reparto de subvenciones idéntico al de 2013, lo que debe suponer una cierta tranquilidad, un sueldo fijo base al que añadir 915.568 euros del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y otros 430.000 euros a través del Ministerio de Empleo y Seguridad Social en tres apartados de 20.000, 115.000 y 250.000 euros. En el año 2012, en un rastreo no exhaustivo, se ha podido confirmar que recibieron 1.465.693 euros de dinero público. A esto se ha de añadir lo que las distintas federaciones regionales reciben. En el caso de la Federación de Mujeres Progresistas de Andalucía, por ejemplo, en 2012 recibió 101.800 euros del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, 72.752 euros de la Consejería de Empleo, 85.289 euros de la Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social, de la Consejería de Empleo 207.830 euros y finalmente 4.978 euros (qué poco, ¿verdad?) de la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo. En total, 472.654 euros. […]

Como dato sobre las subvenciones de las Comunidades Autónomas a las políticas de género se aportan las cifras presentadas en ese mencionado informe alternativo (shadow) al informe oficial español ante CEDAW. En el citado informe, las asociaciones feministas se quejan de la reducción de fondos desde el año 2008, en el que se invirtieron 216.000 euros, al 2012 donde afirman que solo fueron 146.000. Sorprende la enorme diferencia respeto a los datos de los boletines oficiales en los que, solo una asociación, se lleva mucho más dinero para teóricamente aplicarlo en políticas de género. Evidentemente aportan datos falsos y a la baja para «dar más   pena» a CEDAW y que este organismo «anime» a España a aflojarse el bolsillo. Veamos otra de las cabezas de esta insaciable hidra del género: los nuevos organismos, las nuevas profesiones y las necesarias nuevas titulaciones para facultar a los neoimprescindibles «expertos en género».

En algunos de los apartados de políticas de género que presenta el Informe CEDAW aparecen esas figuras que, de repente, se hacen necesarias para velar y asesorar acerca del cumplimiento de la «perspectiva de género», «transversalidad del género» y otras ”telas invisibles”. Se necesitan esos artesanos y comerciantes que elaboren y vendan las nuevas telas con las que hacer trajes inexistentes, y por ello innecesarios, salvo que te obliguen a comprarlos y nadie diga nada por miedo a descubrirse como incapaz de verlos. Por ello se hace imprescindible crear titulaciones para cubrir esas necesarias plazas de Expertos en Género.

Las Comunidades Autónomas han desarrollado sus propias estructuras institucionales de género y algunas se han dotado de Comisiones Interdepartamentales… Hay que preguntarse qué es una «estructura de género» y destacar que en este punto se habla de dos tipos de organismos para supervisar el género.

….Con el objetivo de mantener la coordinación entre Estado y Comunidades Autónomas, existe una conferencia sectorial de Igualdad para la coordinación de actuaciones entre ambos entes. Aparece un tercer organismo para coordinar.

Destaca la Red de Responsables de Género de las Oficinas Técnicas de Cooperación como buena práctica para una mayor calidad de la ayuda y una mayor coordinación e institucionalización del enfoque de género en AECID. Otra «estructura funcionarial» para el género. Estos Responsables de Género, al parecer, se encargan del «enfoque de género» en la Cooperación Internacional, si bien las funciones de ese «enfoque de género» no resultan claras.

De manera específica, Andalucía reguló por Decreto 20/2010, de 2 de febrero, la Comisión de Impacto de Género en los Presupuestos de la Comunidad Autónoma de Andalucía, con representación en todas las Consejerías de la Junta de Andalucía. Otro organismo más que pronto se reproducirá, si no ha hecho ya metástasis, en las diversas CCAA.

Las Comunidades Autónomas han desarrollado instrumentos y programas propios para la eliminación de estos estereotipos. Más dinero en programas de dudoso fundamento.

También se han ejecutado acciones de formación de profesionales con enfoque de género, así como de investigación, difusión y sensibilización. Esto significa que se han creado titulaciones universitarias de «expertos en género» y que se están invirtiendo fondos en estudios de género y en difusión de esta ideología, con los consiguientes departamentos dedicados a todo ello. En los anteriores puntos del informe se evidencia en qué van a trabajar tales titulados, a los que se les están creando plazas en todo tipo de organismos e instituciones y haciendo obligatoria su figura. Sobre los estudios hablaremos en breve.

También este apartado pertenece al interesante informe, del que ya hemos hablado, que España presenta ante ese organismo de la ONU dedicado, teóricamente, a erradicar la discriminación de la mujer, pero en la práctica a implantar la ideología de género:

Además se convocaron subvenciones públicas destinadas a fomentar el principio de igualdad de oportunidades de las mujeres en el ámbito universitario, financiando actividades, seminarios y títulos oficiales de Estudios de postgrado en Universidades públicas y privadas, asociaciones, entidades y fundaciones de ámbito universitario. Este hecho supone un respaldo explícito a la formalización de los Estudios Feministas, del Género y de las Mujeres en dicho ámbito. Del año 2008 al 2012 se han concedido ayudas a un total de 858 programas.

Esos estudios de postgrado presuponen la creación y existencia de titulaciones de grado. Como muestra se aportan algunos datos. Al igual que en otros apartados, la investigación tampoco ha sido completa porque la intención de este libro no es el seguimiento de todo el entramado de forma exhaustiva (se necesitarían años para un buen informe) sino dar una idea aproximada de la «silueta del monstruo». La Universidad Rey Juan Carlos puso en marcha, por motivos puramente políticos pues no había demanda, dos titulaciones de grado: «Género y salud» y «Estudios interdisciplinares de género» con asignaturas tan pintorescas como «Análisis de la perspectiva de género en salud», «Metodología de investigación social con perspectiva de género», «Feminismo y construcción de la identidad de género», a la par que otras científicas como «Ginecología, oncología y patología mamaria» o «Reproducción humana». Estas titulaciones, establecidas con fuertes subvenciones y por motivos políticos que no por demanda social, a la fecha de este informe se han suprimido por parte del Consejo de gobierno de la URJC a causa de la falta de alumnado y la poca rentabilidad, que impide que sean viables. Sin embargo, con cifras de 43 alumnos en la suma total de los cuatro cursos, los ideólogos de género se atreven a asegurar que hay en la supresión motivos ideológicos y no económicos. Los citados títulos contaban con 6 profesores, todos doctores y catedráticos. La nota de corte para acceder era de 5 pero el nivel de superación de los créditos era del 94,5%. Esto significa que tienen acceso hasta los estudiantes más mediocres y que estos aprueban con absoluta facilidad. Es evidente que sucede lo mismo que en los estudios de Medicina o Ingeniería, y espero que entiendan la ironía. También hay otras titulaciones de género en la Universidad Autónoma de Madrid: el «Máster en estudios multidisciplinares de género». En esta titulación encontramos materias como «El género como principio de organización social», «Una historia no androcéntrica», «Violencia de género y sociedad patriarcal» y «Feminismo. Teoría y práctica». Todo muy imparcial, aséptico, desideologizado y científico.

La Universidad de Sevilla presenta en su grado de «Género y salud» perteneciente a Enfermería estos temas: «Construcción cultural y desigualdad», «El   amor romántico y su influencia en la desigualdad», «Los estereotipos y la socialización asimétrica», «Sexualidad y el mito de la maternidad». Imaginen qué enfermeras más interesantes para el debate de género, aunque no sé si eficientes con sus dolencias, les pueden atender en Andalucía.

Los Grados de Género de otras Universidades españolas presentan asignaturas tales como: «Historia de las ideas políticas y económicas desde la perspectiva de género», «Desigualdad económica y feminización de la pobreza», ”Historia y feminismo y construcción de la identidad de género”, «Teoría feminista contemporánea» y ”Distancia de género y técnicas de medición de la igualdad”. La pobreza es femenina y las «mediciones de la igualdad» se hacen desde el género, así que ya se pueden imaginar con ese baremo, qué resultados se obtienen. Lo mínimo que se puede decir de todas esas asignaturas y temarios, así como de los anteriores, es que no parecen ni ecuánimes, ni imparciales, ni científicos.

También da la impresión de que, al contrario que los grados de estudios serios, en todos estos grados «de género», la inventiva de sus «catedráticos» y profesores, son de gran importancia en la creación y contenidos del citado grado. En el caso de la Universidad de Valladolid, existe una Cátedra de Género con 25 profesores titulares aunque en la página sólo aparece que se ha dado clase «de grado de género» un año y no he conseguido encontrar las asignaturas. También figura que han realizado actividades (una o dos al año, como mucho). Y eso sí, algunos de los catedráticos han publicado gran cantidad de libros sobre el género. Y algunos se quejan de que la Universidad española no investiga, con cátedras como ésta, volcada en el trabajo científico y la creación cultural…

Si se atiende a una de las reivindicaciones del Informe Sombra CEDAW de las asociaciones feministas (supuestamente la sociedad civil) en la que denuncian la eliminación de algunas de las subvenciones con las que se podían mantener estos estudios y que, por ello, corrían riesgo de desaparecer, se advierte la realidad de todo este entramado. Dinero público para el género puesto que, carentes de demanda social, resultaban absolutamente imposibles de mantener de la forma habitual en una titulación, es decir, por el interés de la verdadera sociedad civil.

Como ejemplo de lo que supone un año de gastos en género se adjunta, con permiso de su autora Marisa Culebras, el seguimiento del BOE durante el año 2010, con un total en gastos de género de 104.811.473,21€ (solo es el BOE, los fondos aportados por las CCAA aparecen en sus respectivos boletines y no están contabilizados) que detecta fehacientemente la enorme cantidad de dinero público invertido en la ideología de género. En este seguimiento se incluyen las aportaciones a no solo al lobby feminista y asociaciones de partidos y sindicatos, sino al lobby LGTB, a estudios diversos y a extrañas asociaciones y empresas que realizan campañas y trabajos. Recuerden la lamentable situación económica en España durante ese año y piensen que no todos tenían esa percepción de crisis, pobreza y mala gestión de fondos. Los vendedores de la tela mágica del Traje nuevo del Emperador nadaban en la abundancia y la gestión de los fondos públicos les parecía estupenda.

En un seguimiento más pormenorizado, la autora enumera los beneficiarios de fondos para el género en esas fechas y resultan sorprendentes varios datos. Uno de ellos es la irrupción de las asociaciones rurales de mujeres en el reparto. La verdad es que nadie sospechaba que las mujeres rurales eran tantas, necesitaban tanta ayuda y se habían organizado con tanto empeño. Efectivamente, en el famoso informe CEDAW había un apartado específico para la mujer rural -triplemente discriminada- y se exigía una mejora en sus horribles condiciones sociales y laborales… en ayudas económicas, claro. Si se investiga sobre los grupos beneficiarios privilegiados de fondos públicos, se descubre que hay detrás unos colectivos poderosos de mujeres jóvenes, que han elegido el campo para establecerse, preparadas, con estudios, que se autodenominan progresistas y presumiblemente militantes de algunos partidos políticos. […]

De hecho, si se analiza el programa del PSOE para las últimas elecciones, su casi única propuesta era avanzar en la implantación de la ideología de género. Pero no piensen sólo en el PSOE, este es un pastel que se reparte entre varios. Para dar una idea, en ese mismo año 2010 la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales FADEMUR recibió 1.243.950,92€, la Federación de la Mujer Rural 619.737€, la Federación de Mujeres y Familias del ámbito Rural AMFAR 1.092.980,45€, la Federación Mujer Rural 263.250€, la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural AFAMMER, 939.752,23€.

Otros grandes beneficiados del BOE de ese año son: Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales, FELGTB 935.690€, Federación de Mujeres Progresistas, 1.695.089€ y Fundación Mujeres 1.301.340€. Estudiando las redes clientelares y de subvenciones llega a dar miedo el terrible entramado del poderosísimo lobby feminista, en este caso al encontrar fondos para grupos tales como: Coordinadora del Lobby Europeo de Mujeres 109.890€, Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres 30.790€, Federación de Organizaciones Feministas 36.790€.

También mujeres de variadas profesiones, si se asocian, reciben fondos para promocionar el género: plataforma de mujeres cantantes, escritoras y artistas contra la violencia de género, mujeres en medios de comunicación, empresarias, juristas, abogadas, economistas… siempre mujeres. Destaca como curiosidad una asociación de Madres y Padres de Gays y Lesbianas que en este caso se llevan el ridículo mordisco comparado con otros, de 34.878€.

Desde luego, la «industria del género» iba, como siempre en los últimos años y si no lo remediamos, de viento en popa.

Las clínicas abortistas han convertido al aborto en un negocio muy rentable que no debe verse reducido por una sexualidad responsable y unas mujeres conscientes de su fisiología y de las consecuencias de sus actos. Por el contrario, el empoderamiento sexual de la mujer reivindicando una sexualidad «masculina» es decir, sin consecuencias, y con una visión relativista de sus actos es su mejor aliada y su más efectivo departamento comercial.

Respecto al negocio del aborto, las cifras de precios que aparecen en las clínicas privadas son, aproximadamente, las siguientes:

– Hasta 12 semanas con anestesia local: 345 €

– Hasta 12 semanas con anestesia general: 440 €

– Intervención de 13 a 14 semanas: 475 €

– Intervención de 15 a 16 semanas: 595 €

– Intervención de 17 semanas: 625 €

– Intervención de 18 semanas: 840 €

– Intervención de 19 semanas: 990 €

– Intervención de 20 semanas: 1.470 €

– Intervención de 21 a 22 semanas: 1.665 €

– Intervención de 23 semanas: 2.205 €

– Intervención de 24 semanas: 2.415 €

– Píldora RU486: 380 €

Si ponemos una cifra media por aborto de 500 euros y atendemos al dato del Ministerio de Sanidad de 1.805.381 abortos en España entre 1985 y 2012 sale la increíble cifra de 902.690.500€. No creo que haya que decir más.

Yo sólo les he aportado unas muestras para tener una visión global y general del negocio, una ridícula parte de las inversiones, de los programas de respaldo explícito a las mujeres, a los estudios feministas, a colectivos agraviados, para que se hagan una idea del resto. A todo este entramado hay que sumar empleos directos e indirectos del género, tanto los entramados judiciales de la violencia de género como los de cursillos de género para profesores y menores, observatorios, expertos, etc en los diversos ministerios, consejerías y concejalías…» […]

Concluimos aquí este capítulo XV, y el próximo día abordaremos el XVI que se titula «Los neoderechos, las pseudodiscriminaciones… y las legislaciones discriminatorias de nombre orwelliano» y que promete ser muy interesante.

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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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