“Pablo Casado garantiza la estabilidad del Gobierno PSOE si Cs facilita la investidura de Sánchez”, de Juanma Lamet; “El pesimismo se abre paso en el PSOE con las nuevas exigencias independentistas”, de Juanma Romero; “El programa de Gobierno Sánchez-Iglesias es la libreta de Junqueras-Jové”, de Federico Jiménez Losantos, y “El faro de la infancia”, de Foro de la Familia
(Viñeta de Puebla en ABC el pasado día 26 de noviembre )
PABLO CASADO GARANTIZA LA ESTABILIDAD DEL GOBIERNO PSOE SI CS FACILITA LA INVESTIDURA DE SÁNCHEZ
Artículo de Juanma Lamet publicado en El Mundo el pasado día 26
Pablo Casado propone que Ciudadanos evite «la deriva» independentista en la investidura. Pablo Casado cree que el PSOE debería explorar la posibilidad de pactar la investidura con Ciudadanos, cuyos 10 diputados podrían evitar la abstención -a cambio de contrapartidas- de ERC. Porque si no lo hace, Pedro Sánchez habrá «quemado todas sus naves» y la única alternativa serían otras elecciones, ya que el PP no va a «blanquear» al PSOE ni a «resolverle los problemas» en ningún caso.
Así lo ha asegurado el presidente del PP en un acto contra la violencia de género que se ha celebrado en la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid, en la Puerta del Sol: «Pedro Sánchez tiene otras opciones. En el 2016 llegaron a un acuerdo con Cs y pidieron la abstención de Podemos para gobernar. ¿Por qué tampoco está explorando ningún contacto con Cs?».
Casado ha apelado a los barones del PSOE, pidiéndoles que alcen la voz. «Es el PSOE que debería decir si le parece bien la deriva a Sánchez o no», e intentar reconducir sus negociaciones para evitar «una negociación en la que se ponga en almoneda el orden constitucional y el sistema de la Transición».
Al término del acto, fuentes de Génova han añadido que si no están insistiendo más en que el PSOE pacte con Ciudadanos es «por respeto a Inés Arrimadas«, posible futura presidenta del partido. «Sánchez debería hacer con Podemos lo mismo que hemos hecho nosotros con Vox… conseguir que no entre en nuestros gobiernos» y conseguir su voto favorable y el de la formación naranja, han añadido.
Es decir, Ciudadanos apoyaría a Sánchez en la investidura y el PP, en la legislatura, con pactos de Estado que evitasen la influencia de ERC. Pero «Sánchez ya ha decidido y ha quemado sus naves», a juicio de Casado: «Llevo 15 días esperando su llamada y represento a un partido que no merece ser humillado».
Por el contrario, el líder popular descarta cualquier fórmula que incluya su apoyo tácito o explícito de su partido. A su juicio, si el PP entra en el Gobierno, los ministros podrían ser cesados sin coste para Sánchez. Y si el PP se abstiene, el PSOE podría pactar «al día siguiente» los Presupuestos con todos los partidos de la moción de censura de 2018. «Por tanto, no hay ninguna salvaguarda para que Sánchez deje su hoja de ruta», ha dicho. Sólo «que Sánchez dé un paso atrás o que el PSOE haga una declaración de que ha cambiado su posición de excluir al PP y tener como socio preferente a la extrema izquierda y a los partidos independentistas».
«Responsable» en el caso ERE
Para Casado, «Pedro Sánchez sí es responsable en el caso de los ERE, porque tiene a tres ministros que fueron consejeros con Chaves y Griñán, y según la condena ese gobierno actuó de forma solidaria». Se refiere a Luis Planas, ministro de Agricultura; María Jesús Montero, titular de Hacienda; y Carmen Calvo, vicepresidenta. «Si calla, otorga», ha insistido el líder popular.
Por último, el líder del PP ha afeado al presidente del Gobierno en funciones que esté escondido tras la sentencia: «¿Dónde está Pedro Sánchez? Lleva 12 días sin aparecer y ya es hora de que dé alguna explicación sobre qué esta pactando con ERC, qué detalles lleva el posible pacto con Podemos o sobre el más grave caso de corrupción de la historia de la democracia en España».
«Me sorprende que los ojos se pongan en el PP», cuando «Sánchez está haciendo lo que avisó» que haría, ha apostillado, visiblemente molesto con la prensa, a la que ha pedido «una reflexión» conjunta con los partidos para poner la presión sobre Sánchez y no sobre él.
EL PESIMISMO SE ABRE PASO EN EL PSOE CON LAS NUEVAS EXIGENCIAS INDEPENDENTISTAS
Artículo de Juanma Romero publicado en El Confidencial el pasado día 26
El cierto optimismo que reinaba en el PSOE hace aproximadamente una semana se ha tornado, en algunos cuadros, en cierto escepticismo. Otros, directamente, se muestran más pesimistas. Ya la investidura de Pedro Sánchez, y el montaje de su Gobierno de coalición con Unidas Podemos, no se percibe, fuera del búnker que protege la negociación, ni tan fácil ni tan rápida. La abstención de Esquerra Republicana de Catalunya, pieza fundamental para que prospere la reelección del líder socialista, se está encareciendo y algunos dirigentes entienden que, si no hay rebaja en sus condiciones, el precio será «inasumible» y hará falta buscar otra vía para evitar unas terceras elecciones que ni el presidente en funciones ni el partido quieren. Pero si fracasara la opción de ERC, la única alternativa abierta sería, para el PSOE, andar el camino de la derecha, que probablemente le obligaría a romper su entente con Pablo Iglesias.
La incertidumbre, la sensación de que todo «se complica» por momentos, es la temperatura ambiental en algunos sectores socialistas, también en parte de la ejecutiva federal. Una inquietud que se ve alimentada por la falta de información sobre los contactos emprendidos por la persona a la que Sánchez encargó en exclusiva la negociación: su vicesecretaria general, Adriana Lastra. Nadie tiene datos de primera mano porque la dirigente reporta directamente con el presidente, y Ferraz y la Moncloa están blindadas. Pero lo que sí ha inyectado más pesimismo —o, cuando menos, «preocupación»— son los movimientos de ERC en estas últimas horas, previos y también simultáneos a su consulta a las bases. En la Moncloa, son conscientes de que el clima se ha enrarecido en el PSOE y de que el optimismo inicial se ha oscurecido.
Este lunes era, de hecho, un día marcado en rojo en el calendario. La dirección republicana preguntó a su militancia esto: «¿Estás de acuerdo en rechazar la investidura de Pedro Sánchez si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación?». El 94,6% respondió sí. O sea: o mesa de negociación o no hay elección del líder socialista. Otro 5,4% votó no. La participación en el sufragio electrónico fue del 70%: 5.953 personas de las 8.500 con derecho a voto. «La militancia de ERC ha hablado clarísimo hoy [por este lunes] en esta consulta, ha dicho no a Pedro Sánchez, no a la investidura con las condiciones actuales que ahora hay encima de la mesa. Ha dicho alto y claro sí a una mesa de negociación entre Cataluña y el Estado», aseguró en rueda de prensa en Barcelona la portavoz de ERC, Marta Vilalta, tras conocerse los resultados del referéndum interno. Así que si el PSOE quiere atraerse a su partido, dijo, tendrá que «moverse», porque de lo contrario sus 13 diputados en el Congreso no se moverán del no.
En el núcleo duro del Gobierno y del PSOE, se insistía en las últimas horas en que había que esperar al resultado de la consulta para dar los siguientes pasos y para ver qué ocurre en el otro lado, en ERC. «A una negociación siempre se va desde una posición de máximos. No podemos valorar lo que aún no conocemos. Cuando nos reunamos con ellos, veremos», indicaban fuentes de la confianza del presidente antes de conocerse los datos del plebiscito de los republicanos. Después de que trascendiera el abrumador (y nada sorpresivo) aval de la militancia a los planes del equipo de Oriol Junqueras, Ferraz respondió con un mutismo absoluto. Ni un mínimo comentario.
Primer encuentro, quizás el jueves
El primer encuentro de las comisiones negociadoras de los socialistas —Adriana Lastra y los secretarios de Organización de PSOE y PSC, José Luis Ábalos y Salvador Illa— y de ERC —los portavoces en el Congreso y en el partido, Gabriel Rufián y Marta Vilalta, y el presidente del ‘consell nacional’, Josep Maria Jové— se producirá, probablemente, el jueves, después de que hayan pasado el pleno en el Parlament (Vilalta y Jové son diputados autonómicos) y la Diputación Permanente del Congreso, este miércoles. Pero de las palabras de los cercanos al jefe del Ejecutivo socialista se desprende que será a partir de entonces cuando las dos partes tengan que hacer cesiones.
Los socialistas, aunque no lo habían anunciado oficialmente (tampoco descartado), se avenían a una mesa de partidos para buscar una salida a la «crisis política» en Cataluña. Era una iniciativa no demasiado cara, asumible para Sánchez y para el partido. De ahí que la semana pasada se percibiera, entre los cargos intermedios, que la investidura podría ser viable. Pero los republicanos les corrigieron y lanzaron el aviso: lo que piden es una negociación entre gobiernos. «De Govern a Gobierno», en suma. Pero Pere Aragonès, ‘vicepresident’ del Ejecutivo catalán y coordinador nacional de ERC dejó por escrito, en una tribuna en ‘La Vanguardia’ publicada este domingo, horas antes de la apertura de las urnas virtuales, las condiciones para la investidura. Las «cuatro patas de la mesa de negociación».
Uno, «un diálogo de reconocimiento», «de igual a igual», entre gobiernos. Dos, un «diálogo sincero, sin condiciones», «sin cortapisas», en el que cada parte exponga sus propuestas. El Govern trasladaría el ejercicio del derecho de autodeterminación de Cataluña y la amnistía para los condenados por el ‘procés’. Tres, un calendario «claro», y que se vea pronto que los dos ejecutivos «vuelven a estar sentados enfrente pero no enfrentados», «sentados y hablando». Y cuatro, «con garantías de cumplimiento», de tal manera que se someta «a validación del pueblo catalán» lo que las dos partes sean «capaces de pactar» en esa mesa de negociación.
Aragonès pedía un gesto «inequívoco» de compromiso por parte del PSOE «quizás» antes de la investidura. Este lunes, Vilalta no quiso aclarar cuál debería ser ese ‘gesto’ que ayudase a la abstención. No será una condición una reunión entre gobiernos, dijo, aunque sí podría contribuir a crear un clima propicio. La portavoz, pues, no concretó si se pedirá esa cumbre —un remedo, por tanto, de la de Pedralbes, de hace casi un año— o bien un compromiso por escrito. Reclamó ir paso a paso, sin avanzar escenarios, informa Europa Press.
El «peligro» de las inercias
Aunque hay dirigentes socialistas que entienden que las condiciones impuestas por ERC no son más que una «teatralización» de cara a sus bases, y que le sirven para fortalecer su posición negociadora, otros sí muestran más preocupación, porque los de Junqueras han puesto negro sobre blanco sus exigencias, y les será muy difícil apearse de ellas, máxime cuando han obtenido un apoyo masivo, del 94,6%, de su militancia. «Es cierto que hay un elemento peligroso, y que entres en determinadas inercias en una negociación, poniendo líneas rojas que luego es muy difícil retirar, más aún cuando has hecho una consulta», opinaba este lunes una fuente de Ferraz que recordaba la experiencia bien reciente, la del verano, cuando los vetos y exigencias de PSOE y Unidas Podemos hicieron imposible la interlocución.
Ahora, el punto quizá de más complicada digestión para los socialistas es la mesa entre gobiernos. Si ERC aceptara la reactivación de la comisión bilateral Generalitat-Estado no habría problema, porque está recogida en el Estatut y ya se reanimó en agosto de 2018. Pero ese foro sirve para discutir las diferencias entre los dos ejecutivos en cuestiones concretas: transferencias, competencias, financiación, infraestructuras, litigiosidad… No para abordar el encaje de Cataluña en España. Se entiende que los republicanos quieren volver, pues, a la foto de Pedralbes, que para el separatismo era leída como una cumbre entre dos ejecutivos y que la Moncloa buscó rebajar: no hubo reunión entre los dos gobiernos, alegó entonces, y sí un encuentro en los dos presidentes al que, al final, se añadieron, para «saludar», sus respectivos equipos.
El PSOE siempre ha sido muy remiso a la fórmula ambicionada por los secesionistas. De hecho, la dirección y el propio presidente no cesaban de repetir que en Cataluña hay una «crisis de convivencia» que primero ha de ser resuelta allí, de tal modo que los independentistas reconozcan y dialoguen con los catalanes no separatistas. La condición de ERC impondría la bilateralidad que siempre ha perseguido el soberanismo.
«Aquí hay que llevarles a una mesa en Cataluña y que la interlocución entre gobiernos sea sobre cuestiones más institucionales. No podemos admitir una mesa entre gobiernos sin más, entre iguales, porque parece que estamos en un conflicto entre dos naciones después de una guerra», alega una baronesa territorial del PSOE afín a Ferraz. Y continúa: «ERC, como todos los nacionalistas, son muy fetichistas con esto de las mesas y se meten ellos solos en unos laberintos de los que luego es difícil salir. Y podemos terminar en una situación que no puedan salvar». Precisamente por estas reticencias internas, es complicado que Sánchez acepte esta vez la figura del relator, que tanta polvareda interna generó en febrero y que sigue siendo repudiada en el PSOE. Es cierto que esta vez no la piden los republicanos. Sí la exige JxCAT, que incluso demanda que tenga categoría de mediador internacional.
No al referéndum de autodeterminación
Otra complicación para el PSOE es el sistema de validación posterior que plantea Aragonès. Si se tratase de someter a refrendo popular una reforma estatutaria, no habría problema legal alguno. Pero si los republicanos entienden por tal un referéndum de autodeterminación, ahí jamás habrá acuerdo. El PSOE no aceptaría un plebiscito para segregar Cataluña. Ni Sánchez ni los territorios. Esa sí que es una línea absolutamente roja para ellos. La consigna es «diálogo dentro de la Constitución», punto recogido en el preacuerdo firmado con UP.
«Siempre fui muy pesimista. Pero que jueguen y vayamos a terceras. Entonces vendrá Vox y se llevará todo por delante», manifiesta un dirigente
«Yo siempre he sido muy pesimista. Nos es imposible aceptar esas cuatro condiciones que pide ERC. La situación es imposible. Pero vamos, que jueguen y no faciliten la investidura y vayamos a terceras elecciones. Entonces vendrá Vox y se llevará todo por delante. Pero se merecen que llegue la derecha y la ultraderecha. Se lo han ganado a pulso —manifiesta con indignación un integrante de la ejecutiva federal—. El problema es que seguimos pensando en los catalanes con los ojos de hace 10 años, y eso se acabó. Yo no veo a Pedro cediendo lo suficiente para una investidura».
Otros miembros de la dirección de Sánchez, y también de fuera de Ferraz, ya anticipan que serán necesarias «bastantes horas y voluntades para llegar a un punto de encuentro satisfactorio». Es decir, que serán necesarias muchas reuniones para conseguir casar ambas posturas y que la investidura, por tanto, no será ni mucho menos tan gratis por parte de ERC como se hubiera podido imaginar en un principio o como la ofreció en verano, antes de la sentencia del ‘procés’. «Tiene un punto de órdago lo que están haciendo. Y se lo tienen que pensar bastante si estiran demasiado la cuerda», indica una responsable de la cúpula. Los vaticinios más pesimistas también se podían oír este lunes al término de la presentación en el Congreso del último libro del exministro José Bono, a la que acudieron el presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page, diputados y exparlamentarios socialistas, y también de otras formaciones.
En algunos cuadros territoriales, especialmente aquellos que ya recelaban mucho del acercamiento y dependencia de ERC, aunque lo veían inevitable dado el panorama tan adverso para los socialistas que dejaron las urnas del 10-N, el escepticismo y la inquietud es mayor aún. Algunos desearían que se explorara la vía de la derecha, o que al menos se presionara más a PP y Ciudadanos, pero esa no es la idea, por ahora, de Sánchez. De momento, su apuesta es amarrar su entente con Unidas Podemos, conseguir los apoyos de los minoritarios y la abstención de ERC sin pagar demasiado peaje. Pero esta última pieza del rompecabezas es quizá la que pueda estrellarse si nada cambia. La ecuación es simple, en palabras de un dirigente autonómico: «Si no rebajan, el acuerdo será casi imposible». Es cierto que hay barones y responsables más optimistas, que consideran que ERC simplemente sigue la «liturgia» de los procesos negociadores.
¿Posible retraso hasta enero del debate?
Los cercanos a Sánchez insisten en que se quiere el debate de investidura «cuanto antes», que los planes de que arranque el lunes 16 de diciembre se mantienen, si bien no descartan que haya que retrasar el calendario para lograr atraerse a ERC. Quizás hasta enero. Sin embargo, hay dirigentes que estiman que esa salida es peor, porque estarían más cerca unas hipotéticas elecciones en Cataluña, en las que los republicanos quieren convertirse en primera fuerza y batir a JxCAT. En ese escenario, los de Junqueras no tendrían incentivos para ayudar a Sánchez, avisan en el PSC, porque temerían ser motejados de ‘botiflers’.
Y es que el partido hermano, el PSC, se ha venido mostrando en las últimas semanas más cauteloso. Ni antes era más optimista, dicen fuentes próximas al primer secretario, Miquel Iceta, ni ahora es más pesimista. «Prudencia y realismo», recomienda un algo mando. Los socialistas catalanes advierten de que «con ERC siempre hay que esperar hasta el final» y «nunca se sabe». El líder sufrió el ‘castigo’ de los republicanos en sus carnes: se negaron a facilitar que fuera designado senador por el Parlament y se quedó sin presidir la Cámara Alta. Ni en Ferraz ni en el PSC olvidan la experiencia amarga de los Presupuestos: la negociación descarriló porque, pese a aceptar el Gobierno la figura del relator, se negó a debatir sobre el referéndum de autodeterminación. Cortó por lo sano, ERC y JxCAT tumbaron las cuentas de 2019 con el PP y Cs y Sánchez se vio abocado al adelanto electoral.
Ahora, el PSOE vuelve a caminar sobre el alambre. Sin saber si la investidura será posible ni el coste a asumir, y con el peligro de que España se conduzca a unas terceras generales que rechaza y que serían, como temen algunos cargos, «una plataforma para la extrema derecha».
La semana pasada fue la rueda de prensa y la rueda de entrevistas, este lunes, la presentación en sociedad del último libro de diarios de José Bono, ‘Se levanta la sesión’ (Planeta, 2019). El exministro socialista lo hizo en la que fue su casa, la que presidió entre 2008 y 2011, el Congreso de los Diputados.
Bono fue teloneado por el jefe del Ejecutivo manchego, Emiliano García-Page, y por el vicepresidente primero de la Diputación Permanente, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, que sustituyó a la jefa de la Cámara Baja, Meritxell Batet, aún convaleciente por sus vértigos. «Un político purasangre, que tiene que estar corriendo todo el día y con una meta», le elogió Page, quien valora de él que es un político que «ha ganado mucho», por sus victorias consecutivas en las urnas, pero que también ha sabido sobreponerse a los «baches», como cuando perdió contra José Luis Rodríguez Zapatero en el 35º Congreso del PSOE, en 2000.
El expresidente de la Cámara Baja cumplimentó de vuelta a Page, a quien él eligió como consejero cuando este tenía solo 23 años, en 1993; recorrió pasajes de su libro, como había hecho una semana antes y tocó muy de soslayo el posible Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos cuando se refirió a uno de los fundadores de la formación morada, Juan Carlos Monedero, presente en la sala Ernest Lluch del Congreso. «Ahora tendremos que empezar a llevarnos mucho mejor», ironizó.
Al acto acudieron sus tres hijas (Amelia, Ana, Sofía) y su hijo (José), además de su exmujer, Ana. También políticos de distintas formaciones, como los expresidentes del Congreso Jesús Posada y Ana Pastor, del PP; el número dos de Page en el PSOE regional, el diputado Sergio Gutiérrez, y los dirigentes de Ciudadanos Nacho Prendes y Edmundo Bal. También se vio a exdiputados socialistas como Juan Moscoso o Juan Luis Gordo; al exportavoz de CiU Josep Antoni Duran i Lleida; al excoordinador federal de IU Gaspar Llamazares o al ex secretario general de la UGT Cándido Méndez.
EL PROGRAMA DE GOBIERNO SÁNCHEZ-IGLESIAS ES LA LIBRETA DE JUNQUERAS-JOVÉ
Artículo de Federico Jiménez Losantos publicado en Libertad Digital el pasado día 24 de octubre
La táctica de Sánchez, su monaguillo y sus acreedores es acelerar y presentar como hecho consumado lo que no pasa de hipótesis legalmente inaceptable. Algún sobrino de Arriola ha debido trasladar a la cúpula muda del PP y a la desmochada de Ciudadanos la cómoda ensoñación de que ERC hará imposible el Gobierno del Frente Popular social-comunista, inviable sin el apoyo de los separatistas, sueltos, presos o fugitivos de la Justicia, aunque fugitivo de la Justicia es todo verdugo de la nación española y su régimen constitucional, cuya derogación negocian ya el Presidente en funciones de enterrador y el libretero del preso por resucitar. Anteayer, las redacciones se llenaban no ya de deducciones sino de indiscutibles averiguaciones que tenían la virtud de aliviar la preocupación en el PP, Cs y hasta en Vox. Pero ayer se confirmaba lo que la historia reciente y el sentido común abonaban como más probable: Sánchez, con Pablenin de testigo, van a convertir la moleskine o libreta de apuntes golpistas de Jové, segundo de Junqueras, en el verdadero programa de Gobierno que votarán las Cortes.
PP, Cs y la propaganda necesaria
Olvídense, pues, las derechas de que ERC impedirá la investidura de Sánchez, porque lo normal es que la facilite, con Podemos como apoderado del golpismo en el Consejo de Ministros y prepárense a explicar, si es que pueden, por qué, ante la inminencia del Frente Popular Separatista, ni Casado ni Arrimadas han ofrecido una mayoría de Gobierno a Sánchez. No digo que la fuera a aceptar, pero los que presumen de representar el «centro constitucional» -sólo para aislar a Vox como predica el fiable Valls- tenían y tienen la obligación de presentarla a la ciudadanía, siquiera para evitar el destino de Rivera, condenado en las urnas por inútil. Y por pasarse de listo.
A mi juicio, eso es lo que están haciendo Casado y una Inés varada entre la dulce espera y la amarga cosecha de deserciones. Se han pasado de prudentes porque se pasan de listos, escondidos y a la espera del fallo del contrario, como hizo Rajoy con Zapatero. Pero, ojo, el hoy mayordomo favorito de Maduro y los narcotiranos tenía treinta escaños más y un golpe de Estado menos. Y cayó por negar la crisis económica. Si llega a depender de la fiera oposición de Cobardiano, seguiría en Moncloa. Casado, Inés y también Abascal tienen ante sí una situación terrorífica, con un Gobierno salido del Golpe de Estado y un Golpe que ha tomado los altos del Poder.
La naturaleza de Moleskine Jové
Para entender la gravedad del caso, basta leer el retrato que Libertad Digital hacía ayer del hombre clave en esta negociación: Josep María Jové:
«Jové es uno de los nombres clave del proceso separatista, una pieza fundamenta en el engranaje que condujo a la celebración de la consulta del 1-O y la posterior declaración unilateral de independencia. Detenido el 20 de septiembre de 2017 por orden del juzgado de instrucción número 13 de Barcelona, la Guardia Civil halló en el registro de su domicilio dos documentos imprescindibles para ilustrar el llamado «Procés», una agenda «moleskine» con apuntes sobre las reuniones del «comité estratético» que dirigió el golpe de Estado y unos papeles con el título de «Enfocats» en los que se definían los pasos a seguir para lograr la independencia.
En aquel momento, Jové era el secretario general de la consejería de Economía y Vicepresidencia y mano derecha de Junqueras en un cargo sin ninguna proyección pública. Se le atribuía el papel de primer estratega de ERC, el hombre que movía los hilos entre bambalinas para hacer realidad los deseos y encargos de su jefe, un tipo discreto y eficaz y un grafómano impenitente que lo anotaba todo en la referida agenda, desde las fechas de las citas a los comentarios claves de los personajes principales del proceso, de Puigdemont a Mas pasando por Carles Viver Pi i Sunyer (el cerebro jurídico, exvicepresidente del Tribunal Constitucional) y otros miembros del denominado «Estado mayor» del proceso.
La documentación incautada a Jové resulta fundamental para comprender el «Procés». En «Enfocats» se decían cosas como que «si queremos hacer tortillas hay que romper huevos y los huevos se deben romper cuando el aceite esté caliente» y se teorizaba sobre el control efectivo de las instituciones, la necesidad de obtener reconocimiento internacional o la de redimensionar estructuras como los Mossos, el Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información o los servicios autonómicos de Hacienda una vez proclamada la república.»
¿Por qué elige Sánchez, con Iglesias de monaguillo, al imputado Jové como interlocutor? Obviamente, porque no lo elige él. Lo elige Junqueras. La diferencia de nivel entre Jové, Villalta y Rufián de rufián, frente a Ábalos, Lastra y un tal Illa, apocopejo de Icetilla, es la que hay entre el que aspira a Jefe de un Estado independiente y el que quiere seguir de ministro. Madrid se rinde a la superioridad del ADN de los golpistas, para engañar a la opinión. Ya se encargará Barcelona de que el engaño salga, como siempre, a su favor.
Las fanfarronadas de la Esquerra
Sin embargo, el nivel de abajamiento, limosneo y humillación del PSOE será superlativo. De ahí la oportunidad y la necesidad de que el PP y Cs hagan públicamente una oferta de Gobierno que Sánchez no pueda rechazar y que, sin embargo, rechazará. Ayer, ERC dijo, por boca de Marta Villalta, del trío negociador de Jové, tal porción de insensateces que, si el Presidente en funciones de enterrador y el marqués asaltatumbas no les dan con la puerta en las narices es porque lo que dicen que van a negociar está ya negociado, y sólo quieren escenificar un tira y afloja para vender a sus clientelas, sobre todo a la separatista, que debaten algo más que un proyecto de demolición del régimen del 78, idea tan genérica que no puede pasar de proyecto y que deberá examinarse en las Cortes ante la oposición española.
Dijo el ser de género privilegiado por la Viogen que «la negociación deberá ser entre gobiernos, no entre partidos«, y además «de igual a igual». ¿Pero cuál es el Jefe del Estado y cuál es el Estado de la parte esquerrana? Si es la República, no existe (idiota); y si es la Monarquía, no os representa. Así que, salvo que ERC reconozca como presidente de su Republiqueta al forajido de Waterloo, no puede haber negociación «de igual a igual».
En cuanto a esa «igualdad entre Gobiernos», ¿de qué gobiernos habla? ¿Del actual de Torra, del que venga tras las elecciones -en manos del mismo Torra, no ERC- de no importa qué gobierno futuro, a saber de qué partido, o de cualquier gobierno separatista que pueda existir en el futuro, aunque a lo mejor ya no exista el de Sánchez? ¿Parten de la base de que España es y será una república balcánica? Hipótesis aventurada. ¿De que el próximo gobierno catalán será de la Esquerra con el PSC y el de España, del PSOE con ERC, y ambos con Podemos? Habrá que verlo. ¿De que ya no habrá elecciones y lo que se pacte deberá obligar, no se sabe cómo, a quienes no participen de ese diálogo bilateral que sólo es de partidos, ni de Gobiernos ni de Estados?
En realidad, lo único que pueden pactar son dos delitos: la amnistía y el derecho de autodeterminación. La primera, prohibida por la Constitución; y el segundo no existe (idiotas). Sánchez puede unirse al Golpe de Estado, que eso supone la propia negociación con los golpistas, pero lo que pacte no tendrá ningún valor legal, no puede ser reconocido en la legalidad española, aunque la Banda de los ERE le tuerza el brazo al Constitucional y le rompa el espinazo al Supremo, que ya vienen torcido y roto, respectivamente. Este teatro de una negociación ilegal, que el PSOE presentará como «diálogo dentro de la Ley» y ERC como la rendición de España ante los sediciosos, es un éxito simbólico de Junqueras, pero no real. Para ser real debe haber una autoinmolación de las Cortes, sede de la soberanía nacional española, como la de las Cortes franquistas para facilitar el paso a la democracia. Imposible.
Ante la farsa, la legalidad y la realidad
En fin, el acuerdo de Gobierno social-comunista-separatista está tan obligado a saltarse la Ley, además de necesitar continuas improvisaciones, que si la Oposición es capaz de transmitir a la opinión pública la realidad de esa ilegalidad, el hecho de que el Gobierno de España se ha puesto en manos de golpistas y comunistas, dispuestos a destruir el régimen constitucional sin intentar siquiera su reforma, que sería acatar la ilegalidad del separatismo, pondría ante tales dificultades esta legislatura que apenas podría despegar.
Paradójicamente, el gran obstáculo viene de la costumbre derechista de hacer suya la palabrería izquierdista. Dos vocablos mostrencos, «bloqueo» y «gobernabilidad,» impiden el cerco a un Ejecutivo cuya base sólo puede ser la asunción por el Gobierno de España de su destrucción definitiva para que Sánchez pase una temporada más en La Moncloa y los Señores de Galapagar no deban utilizar siervos que les calienten sus coches en las mañanas, porque el Estado se hará cargo de sus infinitas necesidades despótico-domésticas. La táctica de Sánchez, su monaguillo y sus acreedores es acelerar y presentar como hecho consumado lo que no pasa de hipótesis legalmente inaceptable.
Por primera vez desde las elecciones y el Abrazo de la Vergüenza, la derecha debe tomar la iniciativa; primero, ante la opinión pública, y después en las instituciones representativas, empezando por las Cortes, sin esperar a la sesión de Investidura. Claro que, si el PP cae en la tentación de dejar fuera de la Mesa del Congreso a Vox, tercera fuerza política nacional y segunda constitucional, Casado habrá investido como jefe de la Oposición a Abascal. Y la demolición del centro-derecha, tan necesaria para el Golpe, se acelerará.
EL FARO DE LA INFANCIA
Artículo de Foro de la Familia publicado en su boletín el pasado día 22
Esta semana se cumplía el 30 aniversario de la Convención de los Derechos del Niño, y hemos podido comprobar de nuevo ese rancio y cansino empeño de muchos adultos por ideologizarlo todo, incluida la infancia.
Uno no tiene más que leer la prensa, ver los telediarios o echar un vistazo a las redes sociales para comprobar que el desconcierto es general. Va ganando fuerza esa corriente que desvincula a los niños de sus padres, de sus familias, como si se tratasen de personas vulnerables y desamparadas, solas en el mundo. Como si sus propias familias fuesen la fuente de dicha desprotección existencial, y los gobiernos tuviesen, qué remedio, que ocupar el lugar que a sus padres corresponde.
Esta promoción del desarraigo y el individualismo agotaría su recorrido con una sola generación que se la creyese, puesto que no habría hijos si no hubiese padres. Tenemos que volver, una vez más, a recordar que el faro se enciende para los barcos, no para las bicicletas. Que en España no hay pobreza infantil, sino pobreza familiar. Que la adopción no se crea para satisfacer los deseos de los adultos, sino para garantizar el derecho de los niños a tener un padre y una madre. Que no existe el derecho a acabar con la vida de los propios hijos, sino que son los hijos los que tienen derecho a nacer. Que la crianza (educación) de los niños no es un derecho de los gobiernos, sino una responsabilidad de los padres. Que el matrimonio no se defiende y regula porque el amor le interese al Estado, sino porque es el ambiente ecológico óptimo para el surgimiento de los hijos y la salvaguarda de su crecimiento y desarrollo en las mejores condiciones.
En resumen, la perogrullada de que no hay infancia posible sin padres (y de que no hay un desarrollo óptimo de los niños sin padres responsables) es el pilar fundamental que estas modas de pensamiento tratan de derribar. Pero construir en el aire tiene el problema de la gravedad, y así estamos, flotando entre sinsentidos ideológicos, alejados de los cimientos hechos con el hormigón de la razón de ser las cosas.
Los niños serán más felices en la medida en que sus familias sean más felices, en la medida en que sus familias sean más fuertes y estables, alegres, responsables, respetuosas y unidas. Esta afirmación, de tan lógica, ya pasa desapercibida. Pero vivimos en la época en la que hay que poner argumentos a lo que el sentido común daba por sentado.
Podemos entretenernos todo lo que queramos en discusiones sin fundamento, o podemos aprender a explicar con paciencia, respeto y argumentos que el faro se enciende para los barcos. Y si el barco es la infancia, el faro, necesariamente, es su familia.
Artículo en: https://www.forofamilia.org/noticias/el-faro-de-la-infancia/?utm