Los lunes, revista de prensa y red

“Ayuso y Almeida crecen en el coronavirus: ¿afronta Casado un caso Aguirre-Gallardón?”. de Alberto Pérez Giménez, “La inviolabilidad (o no) del Rey emérito”, de Marisa Cruz, y “Elogio de Boris Johnson ante el coronavirus”, de Luis Losada 

(Vviñeta de Idígoras en Sur el pasado día 17)

AYUSO Y ALMEIDA CRECEN EN EL CORONAVIRUS: ¿AFRONTA CASADO UN CASO AGUIRRE-GALLARDÓN?

Artículo de Alberto Pérez Giménez publicado en El Confidencial el pasado día 17

«Durante meses nos reímos, pero si hay que decir que es el político que mejor ha estado a la altura, se dice y no pasa nada», «Como esto siga así, soy capaz hasta de votarle…». Solo hay que bucear un poco en las redes sociales y en las portadas de los periódicos de la izquierda para darse cuenta de que la crisis del coronavirus está convirtiendo al alcalde de Madrid en «el gran gestor de la derecha». Del mismo modo que Isabel Díaz Ayuso ha ganado muchos enteros entre los votantes del PP e, incluso, de Vox, que han visto ahora en la presidenta de la Comunidad de Madrid un nuevo referente político. Un caso que no es nuevo en el partido y que amenaza con reproducir con Pablo Casado lo que sufrió Mariano Rajoy con Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón.

La presidenta de la Comunidad de Madrid no es elogiada por la izquierda. Al contrario, pero sí es vista —desde que comenzó la crisis hasta ayer, que anunció que había dado positivo en un nuevo test— con muy buenos ojos por los votantes de su propio partido. Ha ganado muchos enteros entre el ‘ala dura’ cuando dijo que no quería saber nada de las manifestaciones del 8-M mientras algunas de sus compañeras acudían, eso sí, sin pancarta para que no fueran increpadas. Y fue la primera en tomar medidas, como la de cerrar las residencias de ancianos el mismo domingo por la tarde mientras la mayor parte de las ministras del Gobierno seguían tras la pancarta y en una marcha con 120.000 personas.

Durante la crisis, no fue solo ese el paso que dio por delante. También ordenó al día siguiente el cierre de todos los centros docentes, de cero años hasta la universidad. Una medida en la que tuvo que insistir su consejero de Educación ante las reticencias del Gobierno central. También se quejó de que Sánchez no desmentía «con celeridad» ciertos bulos y de que el ministerio no le facilitaba la compra de mascarillas, respiradores o batas. Finalmente, y en el último ‘choque’ con Moncloa, aseguró que se cerrarían las peluquerías en Madrid durante la alarma, contradiciendo el decreto del Gobierno. Hubo un amago de bronca —le recordaron que ella no podía decidir—, pero Moncloa dio marcha atrás y anunció que solo habría servicio de peluquería a domicilio.

El caso de Ayuso empieza a recordar mucho el de Esperanza Aguirre. La izquierda no puede verla —como sucedía en su día en contraposición con el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón— y tiene enemigos en el propio partido que, en el fondo, la siguen viendo como un capricho de Pablo Casado, elegida candidata porque en las redes sociales se enfrentaba a las TV de izquierda, y que comparte con Aguirre las burlas de muchos de esos programas. Además, tiene también en su trastienda la FAES (Lasquetty, Miguel Ángel Rodríguez) y está decidida a aparecer como el freno a toda la política del Gobierno de Sánchez e Iglesias.

«Ayuso ha cambiado mucho»

Si antes buscaba cualquier oportunidad para ocupar la agenda contestando a las medidas del Gobierno —política fiscal, Venezuela, problemas del campo—, ahora el coronavirus ha puesto a Díaz Ayuso en el centro de la mayor crisis que se recuerda en España probablemente desde los atentados del 11-M. Y para los votantes del PP, Ayuso se ha convertido en un activo. «Es cierto —dicen en medios políticos de la comunidad— que la Ayuso de ahora no tiene nada que ver con la que comenzó. Cuando fue elegida, estaba completamente superada, había rumores de que podía incluso dejarlo cualquier día… Hoy ya no es así: ha cambiado mucho y se la ve segura de lo que hace o de lo que le dicen que debe hacer». La figura de MAR, denostada por muchos, «puede que tenga mucho que ver», insisten esas fuentes.

Además, y por si fuera poco, Vox le ha dejado el campo abierto por su derecha para ganar adeptos desencantados, con lo que muchos han tildado de «irresponsabilidad» y «niñería» de su líder, Santiago Abascal, de mantener el mitin en Vistalegre el 8-M horas antes de las manifestaciones. Pese a su curiosa manera de pedir perdón y admitir el error, la imagen que ha quedado de Ortega Smith repartiendo abrazos y probablemente contagiando al propio Abascal y a otros miembros de la cúpula de Vox prácticamente le inhabilita como interlocutor político en esta crisis.

Almeida y el efecto Gallardón

El caso del alcalde Almeida es distinto pero, también, repite el caso de Gallardón. El abogado del Estado, denostado hasta hace solo unos días y motejado con pintadas en las calles de la capital, ha pasado ahora a ser exhibido por los medios de la izquierda como «el ejemplo a seguir». Igual que hicieron en su día con el «verso suelto» Gallardón, «le ensalzan para intentar poner en evidencia al presidente del PP, Pablo Casado, y sus momentos en los que ha criticado la inacción de Pedro Sánchez», afirma un politólogo que ha trabajado con PP y con PSOE. Incluso desde esos medios se le empieza a comparar con Alberto Núñez Feijóo a la hora de mostrar supuestas alternativas a Casado.

Almeida ha tenido menos exposición «ideológica» en esta crisis y se ha dedicado a gestionar la capital, acompañado por la vicealcaldesa de Cs, Begoña Villacís, que en muchas ocasiones ha presumido de su relación con el alcalde pese a las diferencias públicas en temas tan sensibles como Madrid Central o el ‘parking’ de Retiro. Como gestor, ha pedido «aparcar las polémicas» con el Gobierno «porque no tenemos un minuto que perder». Ha adelantado al Ejecutivo central en medidas como el hotel o la residencia para los sintecho y los solicitantes de asilo, retiró las licencias de las terrazas (era lo único para lo que tenía competencias), ha levantado los parquímetros para que los que tengan que trabajar no tengan que usar el transporte público y ha eliminado parte del pago del IBI y el IAE. Almeida, para sorpresa de sus enemigos, no ha dejado de crecer políticamente en esta crisis.

Opinan los expertos

Los expertos en comunicación política opinan también lo mismo. Para Verónica Fumanal, presidenta de la Asociación de Comunicación Política (ACOP), «están destacando de manera muy positiva Almeida, Arrimadas y, en menor medida, Ayuso. Son tres líderes que están asumiendo con firmeza y responsabilidad su papel al frente de la crisis. Los que tienen responsabilidad de gobierno con medidas que parecen oportunas y llenas de sentido común». Para Fumanal, el positivo por coronavirus de Ayuso «ahora le tendrá que quitar del foco y le robará protagonismo y liderazgo mediático».

Según Electomanía, en una encuesta realizada este pasado fin de semana, del viernes 13 al domingo 15, es decir, justo cuando Pedro Sánchez anunció que iba a promover la alarma y con el Consejo de Ministros extraordinario por medio, el líder nacional «que está actuando con más responsabilidad en esta crisis» es Inés Arrimadas (33%), seguida de Sánchez (29,3%) y Pablo Casado (18%). Pablo Iglesias se queda con un 11,2% y Santiago Abascal, con un 8,1%.

Para Fumanal, «Casado está sucumbiendo a la tentación de hacer críticas que ahora no son deseables. La confianza en las instituciones se prueba en momentos de crisis y, ahora, toca fortalecerlas». En cuanto a Sánchez, «en los últimos días está enviando mensajes que pretenden alentar a la nación, sin embargo, debería hacer un esfuerzo por concretar medidas económicas de apoyo a los trabajadores, a las familias, que no saben a qué atenerse, cuáles son los derechos y la protección por parte del Estado que se puede esperar en una situación tan inaudita».

Para otro experto en comunicación política que trabaja con todos los partidos y que prefiere guardar el anonimato, «Sánchez ha parecido noqueado, con una gestión de la crisis desastrosa, transmitiendo improvisación y con falta de firmeza. Lo vivido el sábado durante una espera de horas y horas, cuando había millones de personas en toda España pendientes de escuchar al máximo responsable del Gobierno para informarles en mitad de una situación crítica, pasará a la historia como una de las gestiones más nefastas de nuestra democracia».

Para este experto, sin embargo, Casado «ha tratado de demostrar un perfil institucional pero con cierta dosis de crítica, y ha estado correcto pero con mucho menor protagonismo que sus compañeros de la CAM y el ayuntamiento. Ayuso y Almeida han sido mucho más ágiles que Pedro Sánchez, adelantándose a las medidas y por tanto llevando la iniciativa. Han sido capaces de generar confianza. En el caso de Ayuso, el hecho de anunciar ella misma su positivo a través de un vídeo de manera sencilla y directa ha sido un gran acierto y contribuye a generar calma en estos momentos».

La gestora en el PP de Madrid

En lo que coinciden ambos expertos es en Pablo Iglesias, de quien afirman que «no parece que saltarse la misma imposición a la que está sometiendo a todo el mundo sea lo más adecuado» y que «su presencia el sábado en el Consejo de Ministros fue una temeridad y le arrebata cualquier legitimidad a partir de ahora en esta crisis».

La crisis del coronavirus, por tanto, puede acabar cobrándose muchas víctimas políticas y encumbrar o fortalecer a otras. Queda aún mucho por delante y todo puede evolucionar de manera insospechada. Pero lo cierto es que la historia suele repetirse y, aunque tanto Ayuso como Almeida son ‘hijos’ políticos de Pablo Casado —que apostó por ellos cuando nadie en el partido creía en ambos—, la sombra de un futuro efecto Aguirre-Gallardón empieza a sobrevolar Génova. Y no hay que olvidar que el PP de Madrid no tiene presidente y está regido por una gestora desde la renuncia de Cristina Cifuentes.

Artículo en: https://www.msn.com/es-es/noticias/espana/ayuso-y-almeida-crecen-en-el-coronavirus-¿afronta-casado-un-caso-aguirre-gallardón/ar-BB11hRbu?MSCC=1583568531&ocid=spartandhp

LA INVIOLABILIDAD (O NO) DEL REY EMÉRITO

Artículo de Marisa Cruz publicado en El Mundo el pasado día 16

Los juristas se dividen sobre si todavía Juan Carlos I goza de esa facultad o la perdió tras su abdicación.

La bomba estalló en la noche del domingo 15 de marzo. Todas las alarmas se dispararon en La Zarzuela y no fue por el coronavirus. La Casa del Rey emitió un demoledor comunicado en el que venía a admitir los negocios opacos de Juan Carlos I y anunciaba la decisión de Felipe VI de renunciar a la parte que pudiera corresponderle de la fortuna de su padre y, además, retirarle la asignación que hasta ahora ha disfrutado de los Presupuestos del Estado.

Pero aún hay más: el Rey emérito se muestra dispuesto a batallar en los tribunales. ¿Es una forma de reconocer que para los actos privados durante su reinado ya no existe el escudo protector de la inviolabilidad? El debate está abierto.

Hasta la fecha, tanto el PP como el PSOE han aludido a una supuesta inviolabilidad completa de todos los actos de Juan Carlos I mientras fue Rey. Así se le salvaguardaba de peticiones, consideradas inasumibles, como por ejemplo investigar sus negocios en una comisión parlamentaria creada ex profeso. Así, también, los dos grandes partidos alejaban de sí un posible conflicto de dimensiones estratosféricas que sólo podía desembocar en el cuestionamiento de la forma de Estado.

Populares y socialistas se han aferrado al informe que los letrados del Congreso de los Diputados presentaron cuando las formaciones de izquierda plantearon la necesidad de hurgar en los negocios de Juan Carlos I. En ese informe se aludía al artículo 56.3 de la Constitución que establece: «La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65.2».

Nadie discute que el Rey, mientras lo es, es decir, mientras ocupa la Jefatura del Estado, es inviolable tanto en su actividad institucional, que siempre está refrendada por un miembro del Gobierno, como en la privada. Las dudas surgen, no obstante, respecto a esos actos privados realizados durante el reinado una vez que el monarca ya ha abdicado.

Un Rey ‘aforado’

¿Se le pueden exigir ahora responsabilidades por lo que hizo en su esfera personal cuando era Rey? A día de hoy, los actos de Juan Carlos I no están protegidos por la inviolabilidad, si bien el emérito sigue disfrutando del aforamiento. El Gobierno de Mariano Rajoy lo reguló tras su abdicación.

Ello sólo implica que en caso de tener que responder ante la Justicia lo hará ante el Tribunal Supremo. El problema, sin embargo, radica en discernir si los hechos presuntamente delictivos cometidos en el terreno privado cuando sí era Jefe del Estado se mantienen bajo el manto de la inviolabilidad que le correspondía en el momento de realizarlos.

Un buen número de juristas mantiene que no, que la inviolabilidad tiene fecha de caducidad y no puede amparar ya conductas privadas reprobables del pasado. Quienes defienden esta teoría argumentan que la inviolabilidad es un atributo inherente al Rey para protegerlo como Jefe del Estado. No más. Por tanto, una vez abdicada la Corona y perdida esa condición, sólo queda la persona privada responsable de sus actos, tanto los pasados, como los presentes y futuros.

Frente a esta corriente hay otra que mantiene la inviolabilidad permanente del Rey, pese a que la misma es un privilegio y, como tal, debería entenderse de manera restrictiva. Esta teoría hace una lectura estricta del artículo 56.3 y recalca que, tras su abdicación, Juan Carlos I conserva el título de Rey.

A ello añade que en la ley orgánica en la que se introdujo la disposición que reconoce el aforamiento de Juan Carlos, se modificó la exposición de motivos para señalar «todos los actos realizados por el Rey y la Reina durante el tiempo en que ostentare la Jefatura del Estado, cualquiera que fuere su naturaleza, quedan amparados por la inviolabilidad y están exentos de responsabilidad». El debate está más vivo que nunca.

Artículo en: https://www.elmundo.es/espana/2020/03/16/5e6ea11efc6c8311408b4592.html

ELOGIO DE BORIS JOHNSON ANTE EL CORONAVIRUS

Artículo de Luis Losada publicado en Actuall el pasado día 16

Al contrario del resto del mundo tiene un plan para combatir el coronavirus. Comienza por contener y retrasar para planear cómo mitigar y desde luego cómo investigar. Un completo plan con el objetivo de proteger a las poblaciones más vulnerables con enfermedades subyacentes.

Gran Bretaña no hará nada para combatir el coronavirus. Esta es la principal ‘fake new’ en relación a la estrategia del Reino Unido para combatir la pandemia. Lo que pasa es que su primer ministro, Boris Johnson, se ha desmarcado del consenso mundial de la estrategia de aislamiento social. Y eso le ha merecido todo tipo de críticas. Le censuran por su supuesta pasividad ante la crisis y por poner la economía por encima de la salud.

Veamos. El Reino Unido es líder mundial en creación de modelos estadísticos de brotes y análisis de datos. No en vano el Imperial College de Londres es una autoridad mundial. Por eso cuentan con un completo plan combatir el coronavirus. Puede consultarlo en su página web.

El plan comienza por contener y retrasar para planear cómo mitigar y desde luego cómo investigar. Un completo plan con el objetivo de proteger a las poblaciones más vulnerables con enfermedades subyacentes.

Para ‘contener y retrasar’ plantean sistemas de detección temprana con el objetivo de retrasar la expansión fuera d la temporada de invierno. Para ello plantea cuarentenas obligatorias de todos los que presenten síntomas y de sus contactos más cercanos. “Rastreo y aislamientos rápidos” de todos los contactados.

Tras el contain to delay pasan a la fase de mitigate. Para eso, los hospitales privados pueden estar a disposición de las autoridades sanitarias, Defensa está en alerta para lo que sea necesario e incluso se plantean el cierre de escuelas. Y todo ello sin estado de alarma…

Los asistentes sociales colaborarán con los agentes de salud para la atención domiciliaria y se echara mano de profesionales sanitarios jubilados y recién licenciados.

Pero al contrario de la estrategia de “aislamiento social” masiva, Reino Unido apuesta por garantizar la mayor normalidad posible. ¿Por qué? En primer lugar, “por el fracaso evidente en otros países”. En segundo lugar porque las medidas deben de ser “equilibradas” en su impacto en la sociedad. Y el objetivo es minimizar el impacto social y económico “teniendo en cuenta las compensaciones”. O sea que los británicos asumen que si paran forzosamente una actividad deben de compensar… Y por supuesto, el plan británico cuenta con posibilidad de retrasar el pago de las deudas tributarias. Lo llaman “Time to Pay HMRC”.

Pero hay una tercera razón: la llamada inmunidad de rebaño. Una teoría epidemiológica que consiste en asegurar que si un porcentaje elevado de la población ha pasado la enfermedad y ha generado anticuerpos, protegerá de manera más eficaz a quien todavía no la ha pasado. Puedes leer más aquí.

Gran Bretaña no está pensando en esta oleada de coronavirus, sino en las segundas oleadas, para la que si un porcentaje elevado de la población ha pasado la enfermedad podrá combatirla de manera más eficaz tanto individual como colectivamente.

Suicidio colectivo

Por el contrario, todo el mundo parece haber apostado por la estrategia del aislamiento social, una teoría epidemiológica de libro que afirma que si todos permanecemos socialmente aislados, evitamos el contagio. Por primera vez en la historia, los epidemiólogos de la OMS se muestran satisfechos de poder combatir una pandemia mediante el aislamiento social mundial. ¿Arrogancia como reconoce en privado algún médico de la OMS?

Esta por ver que la estrategia tenga efecto. Especialmente en países latinos donde la picaresca es la norma. Pero además de eliminar el efecto de inmunidad de rebaño, supone unos elevadísimos costes que quizás no resulten “equilibrados”.

Veamos. La hostelería española supone un 7,2% de nuestro PIB. El turismo supone un 12,3% y el comercio un 12%. Todos estos capítulos pasan a cero a partir del Estado de alarma. Siendo conservadores, un mes de parón supone un 2% de PIB lo que supone entrar en recesión. Si el estado de alerta se prologa más allá el impacto se va multiplicando.

Pero hay más costes: incremento del paro en la población más vulnerable y destrucción del tejido productivo difícilmente recuperable. Y a todo esto, hay que sumar los costes emocionales: fallecidos que no pueden ser velados, bodas interrumpidas, erosión de la convivencia familiar, costes sanitarios y psicológicos del sedentarismo y el confinamiento, servicios religiosos en cuarentena, etc.

Quizás algunos contraargumenten que también hay beneficios: incremento de la convivencia familiar, aprender a aburrirse, probable incremento de la natalidad, cambio en la cultura empresarial hacia el teletrabajo, etc. Cierto. ¿Pero compensa el suicidio colectivo?

El gran argumento -sin embargo- es que la vida y la salud está por encima de todo. ¿Por qué entonces la Sanidad española no ha dispuesto de aparatos de alta tecnología para el tratamiento del cáncer hasta la donación de Amancio Ortega?, ¿debe de ser infinito el presupuesto sanitario?, ¿cuál es el límite?

Hagamos el análisis más doméstico. ¿Es lícito arruinar a la familia y las posibilidades de estudio de los menores para financiar una operación del abuelo?, ¿es lícito no hacerlo? Por supuesto, todo es cuestión de “equilibrio”. Porque la salud es un bien. Pero el mantenimiento del tejido productivo y del empleo, también.

Y además, ¿tenemos garantía de éxito con un plan de choque tan brutal como el aprobado?

¿No sería más razonable contar con un plan detallado por fases como Gran Bretaña?, ¿no es más razonable pensar desde ya en la segunda oleada del virus?, ¿alguien en España ha pensado en la colaboración de los asistentes sociales con los agentes de salud para la atención domiciliaria?, ¿alguien ha plantead movilizar a los médicos jubilados?

Otrosi: la última fase del pan británico es la investigación. Ya se han destinado 20 millones de libras para investigar una vacuna que permita luchar contra el virus y no sólo contra sus síntomas.

La verdad es que leyendo el plan británico uno siente una sana -o no- envidia.

Artículo en: https://www.actuall.com/democracia/elogio-de-boris-johnson-ante-el-coronavirus/

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

Lo más leído