Por José María Arévalo
(Retrato de Cuadrado Lomas a su mujer, que preside la muestra)
El pasado 14 de enero se inauguraba, en la Sala de Exposiciones Teresa Ortega Coca del Palacio de Pimentel, sede de la Diputación, la exposición retrospectiva de obras del pintor Félix Cuadrado Lomas “Pinturas. Homenaje a Pilar Benavente”, que estaba previsto se prolongara hasta el 28 de marzo. Sin embargo, la incidencia de la pandemia obligó a la institución provincial a cerrar, el 30 de enero, la muestra sine die, con un cartel que explicaba que ya se anunciaría cuando se reanudara. Yo me la encontré cerrada en febrero, lo que me extrañó porque no cerraron las exposiciones municipales, como la de la sala de la Pasión, con la muestra sobre Delibes, y otras. No he visto ese anuncio de reapertura que se prometía, pero a mediados de marzo me acerqué y comprobé que ya se había abierto la exposición de nuevo, y prorrogado hasta el 5 de mayo.
La exposición ofrece un total de 22 obras, todas ellas seleccionadas para esta ocasión por el propio autor. De ellas, cuatro pertenecen a colecciones privadas, cuyos propietarios han cedido las pinturas, tres son propiedad de la Diputación y el resto pertenece a la colección del pintor. Ofrecemos, ilustrando este artículo, fotos de las menos habituales en las muestras de Cuadrado Lomas.
(‘Toreros antes del paseíllo’, óleo sobre lienzo de 1987, de Cuadrado Lomas)
Conrado Íscar, presidente de la institución provincial , aseguró en la inauguración que esta muestra pretende enseñar a la sociedad vallisoletana, “especialmente a los más jóvenes, la esencia de un pintor genial”. Y El Diario de Valladolid se hacía eco titulando “Pimentel recorre el universo pictórico de Cuadrado Lomas”
«En esta exposición, realizada en homenaje a su mujer, Pilar Benavente, podemos ver pinturas, algún grabado, y algún dibujo, que pertenecen a un arco temporal muy dilatado, desde los años cincuenta hasta la actualidad. Están lo antiguo y lo nuevo, y permiten apreciar los temas frecuentados por el pintor a lo largo del tiempo, la evolución de su técnica pictórica y también sus constantes», advierte en el catálogo de la muestra el presidente de la institución provincial Conrado Íscar.
(Retrato de castellana, Leocricia Lomas)
En la Sala ‘Teresa Ortega Coca’ se exhiben, pues, de nuevo tras la suspensión por la pandemia, paisajes, bodegones, desnudos, antiguos retratos familiares y estampas bohemias captadas por el único superviviente del reconocido Grupo Simancas.
Pintura, grabado y dibujo
Se trata de una exposición que recorre algunas de las diferentes formas de expresión del autor, con predominio de la pintura, pero también con presencia del grabado y el dibujo, y que se extiende por un horizonte temporal de más de 60 años, con obras de la década de los 50 hasta nuestros días. Íscar ensalzó la trascendencia de esta exposición, que radica en que “además de un repaso por la trayectoria artística del pintor supone también un repaso a su trayectoria sentimental. El presidente de la Diputación argumentó esta afirmación no solo en que “la exposición esté dedicada a su mujer, a Pilar Benavente, cuyo retrato con flores es una de las piezas más destacadas de esta exposición, sino también por la posibilidad de poder volver a ver la obra ‘Toreros’ antes del paseíllo”, propiedad de la institución. Esa obra refleja, prosiguió el Íscar, a todos los componentes del llamado Grupo Simancas, del que Félix Cuadrado Lomas formaba parte. “Uno de esos cuadros que se convierten en el símbolo de una época, pero también la imagen de un grupo de amigos unidos por un mismo anhelo. Familia y amigos. No hace falta explicar más”, destacó.
La exposición se completa con la proyección constante del documental ‘Tierras construidas’, dirigido por Arturo Dueñas, que ha participado también en la inauguración de la muestra.
Íscar mencionó, para cerrar su intervención, unas palabras que el propio Dueñas ha trasladado al catálogo de la exposición: “Igual que hace el pintor en sus cuadros, se ha intentado partir de la realidad hasta llegar a la esencia’.
(Bodegón, de Cuadrado Lomas)
La exposición homenaje a la mujer de Cuadrado Lomas estará abierta en horario de 12 a 14 horas y de 19 a 21 horas, de martes a domingo, y con limitación de aforo para cumplir con la normativa COVID.
Victoria M. Niño titulaba en El Norte de Castilla su crónica sobre la exposición “Cuadrado Lomas, más allá de la geometría”, que comenzaba: “Le antecede el personaje y su obsesión pictórica más característica, los paisajes geométricos del campo castellano. Félix Cuadrado Lomas (Valladolid, 1930) inaugura este jueves en la sala Teresa Ortega Coca de la Diputación de Valladolid, en el palacio de Pimentel, la retrospectiva ‘Pinturas. Homenaje a Pilar Benavente’. El retrato de su mujer, que murió en 2019”
(Otro bodegón de Cuadrado Lomas)
La forma de Castilla: Cuadrado Lomas
En artículo que publiqué en esta páginas el 30 de enero de 2009, con ese título, “La forma de Castilla: Cuadrado Lomas”, les comentaba que una de las exposiciones de Cuadrado Lomas, hace años, se titulaba “Tierras construidas”, muy significativa expresión para la labor de nuestro pintor más vallisoletano. Y añadía que lo que hace el paisajista de las tierras vallisoletanas por excelencia, Félix Cuadrado Lomas, más que búsqueda del color de estas tierras nuestras, es búsqueda de sus formas. Cuadrado Lomas ha pasado ya a los libros de texto y a los diccionarios, por sus construcciones geométricas, como suele decirse en broma, sus “lomas cuadradas”, más bien, habría que decir, trapezoidales, hallazgo de inspiración cubista con que nuestro gran pintor ha especializado su pintura desde sus años mozos. Cuadrado Lomas explica Castilla (no solo Valladolid, aunque esas formas geométricas pertenecen más bien a los cerros testigos casi exclusivos de este entorno), con esos trazos angulados, en un alarde de grandísimo dibujante: cerros, pero también animales, sus parejas de mulas, las clásicas “yuntas”, carros, cabras, vides, palomares.
Les decía también en aquel artículo que el día anterior a escribirlo hablábamos de él en la tertulia con que reponemos fuerzas al acabar la mañana, nuestro grupo de acuarelistas en cada salida a pintar al campo. Concluíamos que, aunque Cuadrado Lomas se identifica (e identifica el paisaje castellano) por esas formas geométricas, es sobre todo un maestro del color. Tanto que deja de ser, el color con que pinta sus paisajes, elemento definidor de lo castellano. Porque Félix ha pintado cerros, esos cerros tan suyos, en todos los posibles colores: en ocres, en verdes, en amarillos y naranjas, en azules y en rojos y en violetas; ello tanto en colores puros como en colores quebrados, y en todas las posibles tonalidades. Decía un compañero, que lo conoce personalmente hace muchos años, que es sobre todo un hombre con mucho gusto, con ese don natural que le permite expresarse en cualquier gama, acertadamente.
(Una de las “Tierras construidas” de Cuadrado Lomas)
Lamentábamos, en cambio, que Cuadrado Lomas no conociera nuestra técnica, la técnica de la acuarela, que sí conocía, y se expresaba en ella maravillosamente, el maestro Castilviejo. Cuadrado Lomas presentó, en la exposición, por aquellas fechas del 2009, de la galería Rafael, un buen grupo de acuarelas, que en realidad son dibujos acuarelados, que bien podrían haberse pintado igual en otra técnica cualquiera. “Pero nos hemos alegrado de que el maestro haya escogido la acuarela para completar sus magníficos dibujos: es como cuando, al pintor, se le exigía incluir mucho oro en el cuadro contratado. La acuarela, pensamos, es, en esos dibujos de Cuadrado Lomas, el oro de tantos cuadros de, por ejemplo, Pedro Berruguete, que no añade nada, pictóricamente, pero luce mucho.”
Por mi parte, además, me he permitido quejarme, entre los compañeros, de que el gran maestro no trabajara, con esa magnífica técnica suya, muchos otros temas de, en frase “delibiana” (suena mal, pero he oído usar este adjetivo a algún experto) Castilla, lo castellano y los castellanos, como hicieran Castilviejo o nuestro gran acuarelista Meneses. Que parece se ha encelado con los cerros y las mulas, como pienso le ha pasado también al gran pintor zamorano Pedrero, con el tema del Duero, las murallas y la Catedral, que nadie ya podrá pintar mejor que él, eso sí. Tampoco Pedrero, como Cuadrado Lomas, frecuentó la acuarela, y ya lo siento, qué le vamos a hacer.
