Los lunes, revista de prensa y red

“Regreso al futuro”, de Rafael Bardají, “Estado de alarma: del paraguas al paraguazo”, de Cristina Losada, y “Según la CNN «no hay criterio científico» para asignar el sexo al nacer”, de Candela Sande

(«Viendo las encuestas, Irene, igual deberías ir preguntando a tu jefe si necesita un Vicepresidente quinto …». Viñeta de Tomás Serrano en El Español el pasado día 16)

REGRESO AL FUTURO

Artículo de Rafael Bardají publicado en La Gaceta  el pasado día 15

Yo quiero regresar al futuro. No ese futuro que nos prometían a finales de los años 60, de coches voladores, viajes al espacio, comida en cubitos que se expandía en el microondas y ropa orgánica que salía de tubos dentífrico, ciudades llenas de jardines verticales y basuras con olor a rosas. No. A ese futuro idílico nuca llegamos ni nunca llegaremos. Es más fácil que acabemos en algo más parecido a la Naranja Mecánica, aquella película de Kubrick en la que bandas, violencia, sexo y tratamientos experimentales se fundían en la oscuridad del cine.

Yo me contentaría con llegar al futuro que los españoles nos prometimos al final del franquismo y arranque de la transición: una España tolerante, sensata, abierta y próspera; una España donde las mayorías respetan a las minorías, pero éstas no se imponen al sentir mayoritario de la población; una España de igualdad de oportunidades y de igualdad entre los sexos, sin discriminación de ningún tipo y sin criminalización de  ninguno de ambos géneros; una España donde los empresarios pueden cumplir con su función de crear riqueza y los trabajadores dispongan de la posibilidad de progresar a través de su esfuerzo personal; una España en la que la familia sea el pilar esencial de nuestra sociedad; una España, en fin, que cuenta con un proyecto nacional, la fuerza y los objetivos de sumar en el mundo defendiendo nuestros intereses nacionales a la vez que promoviendo la colaboración, el entendimiento y la cultura democrática.

El sentido común ha sido sustituido por los disparatados caprichos de unos pocos a quienes los españoles y España les importan un bledo

Pero al igual que sucedía en la mítica trilogía de Robert Zemeckis, Regreso al Futuro, en algún momento nuestra línea temporal ha sufrido un shock interno y vamos camino de un universo paralelo en el que todo anda patas arriba, donde el sentido común ha sido sustituido por los disparatados caprichos de unos pocos a quienes la mayoría, los españoles y España les importan un bledo. El problema estriba en dónde fijar ese punto de desvarío en el que la distopía secuestró nuestro futuro de bienestar y concordia. La terapia a aplicar para volver a una España sana no será la misma si uno sitúa ese trágico momento en el Pacto del Majestic, el “no se si España es una nación, ni me importa” de Zapatero en el Senado, el 15M, aquello de “no podría dormir con Podemos en el Gobierno” de un Sánchez para quien la verdad es algo efímero y transitorio, la conquista del cielo desde Galapagar por Pablo Iglesias, la quietud impasible de Mariano Rajoy, las exculpaciones de Pablo Casado, las traiciones de Inés Arrimadas o el “es que van provocando” en relación a Vox y su deseo y derecho de poder expresarse allí donde la ley se lo permite. Como en Vallecas.

Gabilondo, a quien sus jefes nacionales no dejan de contradecirle día sí y otro también, se ha convertido en el candidato de la mentira tranquila

Durante años, el principal problema de España ha sido el separatismo, primero vasco y luego, más hábil y dinámico, el catalán. Sin embargo, hoy, la mayor amenaza a España es el rumbo estatalista y totalitario marcado por el gobierno de Sánchez e impulsado desde Podemos y sus satélites comunistas. El socialcomunismo busca la voladura de los referentes democráticos de España, vaciar sus instituciones, controlar a su población, impedir la oposición a sus designios, inculcar su proyecto ideológico a nuestros niños, y asegurarse la buena vida de la que disfrutan sus dirigentes, aunque el resto de los ciudadanos luchen por llegar a fin de mes, estén en el paro y tengan que sufrir las colas del hambre.

Por eso estoy convencido de que esta es la hora de enfrentarse con todas nuestras fuerzas a esta amenaza real que representa el Sanchismo-Iglesismo. Y por eso es tan importante que, en las elecciones autonómicas de Madrid, el social-comunismo sea derrotado. Gabilondo, a quien sus jefes nacionales no dejan de contradecirle día sí y otro también, se ha convertido en el candidato de la mentira tranquila, la suelta con pausa y naturalidad, pero no por eso es menos mentira: su “no gobernaré con Podemos” no sólo ya lo gastó en su día Pedro Sánchez, sino que sabe que le resulta imposible si de verdad cree que puede llegar a formar gobierno.  Los de Arrimadas bni están ni se les esperan y los de Más Madrid son menos de lo mismo que Podemos. No, los números no sostienen lo que afirma. Depende de Iglesias. Y lo sabe.

No sé cómo Casado se plantea cuadrar el círculo de Madrid denigrando a Vox pero dependiendo de su apoyo

Pablo Casado ha dicho que “votar a Ayuso es votarme a mi para presidente de gobierno”. Pero también miente. Por muchas razones. La más pueril y que él conoce de primera mano es que Ayuso cae mucho mejor que él a la gente. Punto. Ya quisiera que quien apoye a Ayuso le vaya a apoyar a él en unas generales. Pero hay otra razón de peso: todo apunta a que Ayuso va a depender de Vox para poder formar gobierno. Cuánto es difícil de calcular, pero mi apuesta es que más de lo que las encuestas al uso enseñan. Casado ya hizo su elección estratégica hace tiempo: volver al centro (del que nunca se había marchado, dicho sea de paso), seduciendo a los votantes de C’s y renegando púbicamente de Vox, de quien no quiere oír ni hablar. En Cataluña lo tenía difícil, pero superó con creces todas las visiones más pesimistas: no se llevó ningún escaño de Ciudadanos y perdió parte de los suyos. No sé cómo se plantea cuadrar el círculo de Madrid denigrando a Vox pero dependiendo de su apoyo.

Que afirmen que “el comunismo es igualdad y libertad” es solo una muestra del desdén que nuestras elites tienen por los de abajo

El voto útil que pide el PP, no es un voto útil para la presidenta de Madrid, sino para el liderazgo de Pablo Casado. Así es la política de nuestros días, que se mueve entre una red de continuas mentiras y las pedradas y amenazas. Se asume que el españolito de a pie todo lo asume y digiere. Que la ministra de Trabajo y ahora vicepresidenta tenga el valor de afirmar que “el comunismo es igualdad y libertad” es solo una muestra del desdén que nuestras elites tienen por los de abajo. Pero en lugar de mudarse a sus soñadas Venezuela, Corea del Norte o China, se quedan aquí aferrados a sus sueldos e indemnizaciones. Sueldos e indemnizaciones que salen de nuestros bolsillos, no lo olvidemos, que Hacienda somos todos, los que pagamos y quienes hacen lo que quieren con nuestro dinero.

La derrota del socialcomunismo y todas las enfermedades que encubre sólo puede venir con un 4M en el que la España de bien triunfe. Y eso pasa por callar a los fascistas anti-fascistas, al socialismo chupóptero y a la socialdemocracia del PP. Ojala que este 4 de mayo pase a la Historia como el 2 de mayo 2.0.

Artículo en: https://gaceta.es/opinion/regreso-al-futuro-20210415-0900/

ESTADO DE ALARMA: DEL PARAGUAS AL PARAGUAZO

Artículo de Cristina Losada publicado en Libertad Digital el pasado día 16

En octubre, un Consejo de Ministros extraordinario declaró un estado de alarma cuya duración efectiva iba a ser de seis meses y medio. El Gobierno consiguió la aprobación del Congreso para una medida doblemente excepcional, ya que prescindía de las prórrogas quincenales con las que lo había gestionado hasta el momento. Dijo entonces el presidente Sánchez que no iba a repetirse el confinamiento de marzo y abril, pero había que tener “un paraguas jurídico estable” que ofreciera “certidumbre” a la hora de adoptar las restricciones necesarias para contener la epidemia. Anotemos: aun sin confinamiento generalizado, el paraguas se imponía.

Ya no, pero sigamos en el túnel del tiempo. Sólo para recordar la polémica larga, seca y tortuosa sobre la necesidad del estado de alarma para limitar derechos fundamentales, y si no era más apropiado reformar leyes ordinarias para conseguir los mismos efectos sin tanta excepcionalidad. El Partido Popular propuso ese camino en abril del año pasado. No tuvo éxito. No sumó aliados para aquel “plan B” jurídico, como titularon los periódicos, aunque luego otros partidos adoptaron posiciones similares. Lo que sí cosechó fueron las críticas del Gobierno por desmarcarse, pues lo que defendió a machamartillo Sánchez durante todo ese tiempo fue que el estado de alarma era el único instrumento posible. El paraguas jurídico indispensable.

Ya no. El porqué del ya no lo ha explicado –es un decir– la vicepresidenta Calvo en declaraciones ad hoc a la prensa. Resulta que no hace falta el estado de alarma, salvo para ordenar un confinamiento domiciliario. Comparemos con la anotación de antes: aun sin confinamiento, era preciso tener un paraguas “estable” para ofrecer “certidumbre”. Eso dijo el jefe del Gobierno, y jefe de Calvo, en 2020. Pero ya no. Aparte del hecho comprobado de que un paraguas no es paraguas si no es estable, la cuestión es que el Gobierno se acaba de desmentir a sí mismo de viva voz, en los hechos y en los derechos.

Rebobinemos la cinta siete días. En esa fecha, el Consejo de Estado, cuyo dictamen solicitó el Ministerio de Presidencia de cara a recurrir al TC la Ley de Salud de Galicia, recomendó la reforma de la Ley de Medidas Especiales de Salud Pública para dotar a las autonomías de instrumentos legales a fin de limitar derechos sin el estado de alarma. A la pregunta de si han reformado la ley, la respuesta es no. Ni falta que hace: el paraguas jurídico que, según Calvo, llega y sobra para lo que queda de epidemia lo componen “la legislación sanitaria vigente”, “las órdenes ministeriales” y las decisiones del Consejo Interterritorial de Salud. Como el Supremo ha avalado que esas decisiones son “de obligado cumplimiento en todo el territorio”, el Gobierno dice ahora lo contrario de lo que decía.

La evolución del paraguas es asombrosa. Del estado de alarma como único paraguas posible, que se prorrogaba cada 15 días en el Congreso, pasamos al estado de alarma como único paraguas estable, que con sus seis meses y medio de duración eliminaba el engorro de someterlo a la Cámara. Y de ese paraguas de dudosas varillas vamos a pasar al del Consejo Interterritorial de los miércoles, que tendrá la potestad de limitar derechos y libertades en todo el territorio sin otro control que el que ejerza él mismo. Si esto no es pasar del paraguas al paraguazo, que vengan los tribunales y lo vean.

Artículo en: https://www.libertaddigital.com/opinion/cristina-losada/estado-de-alarma-del-paraguas-al-paraguazo-6746163/

SEGÚN LA CNN «NO HAY CRITERIO CIENTÍFICO» PARA ASIGNAR EL SEXO AL NACER

Artículo de Candela Sande publicado en Actuall el pasado día 13

CNN: «No es posible conocer la identidad de género de una persona en el nacimiento, ni hay criterios consensuados para asignar el sexo al nacer». Hay que destruir toda la ciencia occidental para dejar paso a este pensamiento Disney que hará de nosotros mentirosos so pena de multa o cárcel.

El problema de iniciar el camino del absurdo legislativo es que ya no puedes parar. Al primer absurdo sigue otro, y luego otro mayor, hasta que todo se vuelve patentemente risible. Lo hemos visto con todo lo que se refiere a las leyes transgénero en todos los países.

Primero tienes que aceptar que una persona de determinado sexo pertenece en realidad al contrario porque así lo afirma él mismo o ella misma. Y luego tienes que ver a un sosias de Schwarzenegger con barba incipiente destrozando récords de levantamiento de peso en la ‘categoría feminina’, y hay que aplaudir y fingir que no se ve lo que se está viendo, e incluso felicitándose de cómo el deporte femenino está acortando las distancias con el masculino en plusmarcas.

O puede pasar lo que le pasa a CNN cuando tiene que analizar la reciente legislación transgénero de la Administración Biden, y afirma que “no hay un criterio consensuado para asignar el sexo al nacer”.

Yo, evidentemente, no lo recuerdo, pero he oído contar a mi padre de cuando salió el médico de la sala de partos y le dijo que había tenido una niña. En la repetida anécdota, mi padre en ningún momento aparece preguntándole al doctor cómo ha llegado a tan arriesgada conclusión. Con mis propios hijos, la audacia médica llegaba aún más lejos, y con una ecografía, ya suficientemente avanzada la gestación, me informaban del sexo del hijo que iba a tener. Pura brujería, imagino, o suerte ante una probabilidad del cincuenta por ciento.

La norma en concreto era una orden ejecutiva de la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, prohibiendo la participación de ‘varones biológicos’ en las competiciones deportivas femeninas. CNN “informa”, en un texto que los historiadores futuros usarán como referencia del punto de locura brujeril e ideologizada que se alcanzó en nuestros días: “Aunque las dos órdenes ejecutivas firmadas por Noem no mencionan explícitamente a los atletas transgénero, hacen referencia a los supuestos perjuicios de la participación de ‘varones’ en el atletismo femenino, un eco de la pretensión transfóbica, citada en otras iniciativas legislativas similares, de que las mujeres transgénero no son mujeres. La orden también hace referencia al ‘sexo biológico’, un término disputado que se refiere al sexo que aparece en los certificados de nacimiento originales de los estudiantes. No es posible conocer la identidad de género de una persona en el nacimiento, ni hay criterios consensuados para asignar el sexo al nacer”.

Si no hay criterios consensuados para asignar el sexo al nacer, algo que ya se hacía sin problemas en el Paleolítico, menos aún los habrá para decidir que pertenece a la especie Homo sapiens sapiens

¡Oh, lo que daría por tener una máquina del tiempo y llevarle ese texto de CNN a mis conciudadanos de hace solo unos pocos años! Nadie me creería. Imagínense, tratando de hacerles entender eso de que la afirmación de que “las mujeres transgénero no son mujeres” es una “pretensión transfóbica”. Tendría que explicarles qué es transfóbico, qué son las “mujeres transgénero” o qué quieren decir con “los certificados de nacimiento originales”. No a la gente del siglo XX; meramente a nosotros mismos hace diez años.

Por cierto, no me importaría nada ‘rectificar’ mi certificado de nacimiento ‘original’, más que nada en la fecha.

Y así hay que destruir toda la ciencia occidental, milenios de avances, para dejar paso a este pensamiento Disney convertido en ley de la tierra, que hará de todos nosotros mentirosos so pena de multa o cárcel. Porque si no hay criterios consensuados para asignar el sexo al nacer, algo que ya se hacía sin problemas en el Paleolítico, menos aún los habrá para decidir que necesita nutrientes, por ejemplo, o incluso que pertenece a la especie Homo sapiens sapiens, que no deja de ser un ‘constructo cultural’ como otro cualquiera.

Las reacciones en redes han sido abrumadoras y, por decirlo suave, no muy caritativas hacia el redactor de la nota de CNN en su mayoría. “¿Qué considera este genio que son los cromosomas y los genitales? ¿Cómo cree el periodista que se han hecho las asignaciones hasta ahora? ¿Adivinando a ciegas?”, se pregunta un usuario.

Otro, más alarmado y menos irónico, sentencia: “Ahí está, expresada en pocas palabras, la razón por la que desintonicé la CNN y acabé saciado de ‘ideología woke’ hace unos meses. La disonancia cognitiva era demasiado. Están contratando imbéciles y dejándolos a su aire. Los lunáticos se han hecho los dueños del manicomio”.

Artículo en: https://www.actuall.com/educacion/cruda-realidad-segun-la-cnn-no-hay-criterio-cientifico-para-asignar-el-sexo-al-nacer/

 

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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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