Por Javier Pardo de Santayana
(El pastoreo de cabras era la principal actividad económica del guanche)
Mientras espero con curiosidad y preocupación aquel momento en el que la lava del nuevo volcán alcance el mar, vienen a mi recuerdo gentes que conocí durante mi destino en mis días de vida en las islas Canarias. Ayer mismo tuve ocasión de hablar con un sobrino mío que fue comandante militar precisamente en La Palma y que solía dar grandes paseos por la zona inmediata a aquella de donde ahora surge el fuego. Y en la conversación surgió también el nombre de uno de los palmeros más significativo, que siendo joven frecuentaba en Madrid la calle de Serrano.
Entonces, no sé por qué razón – quizá por la simple circunstancia de que al referirnos con tal motivo saliera a relucir cierta parte de la toponimia de las islas – recordé haberme obsesionado por un hecho sobre el cual jamás he oído comentario alguno pese a la extrañeza que sin duda debiera provocarnos: la abrumadora repetición de la te como letra inicial de las palabras, tan evidente por reiterativa que nos obliga a preguntarnos la razón sin duda existente por que tal cosa ocurra. O sea que, una vez más, también en este caso nos surge la sorpresa del contraste entre la escasa sensibilidad que parecemos sentir los españoles hacia determinadas cuestiones de la vida y la muy escasa o casi nula para con otras que, como es el caso de ésta, resultan evidentes.
Así que tomé de mi archivo algunos versos que pergeñé hace tiempo y que harán ver mejor que estas palabras la realidad de una curiosa circunstancia sobre la que jamás he oído comentario alguno. Se titulan “La te de los guanches”:
LA TE DE LOS GUANCHES
El Coto, octubre de 2017
Trevejos, Teide y Tejina
Tenteniguada y Tijoco:
ya ven que basta con poco
para empezar la rutina
Tahiche, Gran Tarajal
y otra te con Tolentino:
que así es como abro camino
para llegar al final
Tafira, Tao, Tenerife
Tauro, Taurito y Tesjuates;
aunque parezca de orates
esto es lo que el canario elige
Ahora a ver si hay quien me explique
a qué viene tanta te
pues no sé si sabe usté
que aún quedan Taco y Taibique
Teseguite, Timanfaya
Tuineje, Tefia y Temisas
palabras que causan risas
pero en las que la te no falla
Como en Tamaimo y Teror
Teguital, Triquivijate
Temocoda y Tigaday
Que fíjese usté lo que hay
aunque suene a disparate
Lo mismo que Tacoronte
Tamaraceite y Tinajo
Que ya no me da la gana
que me pongan boca abajo
por no meter en el ajo
a Teror o a Taganana
Y aún quedan Taco y Tostón
Tesejeraque y Teguise
Tindaya y Tarajalejo
que aunque me tilden de viejo
esto no hay quien me lo pise
si no me cuesta un riñón
Pues para el final ya están
Tetir y Tocodomán.
Y también Tenteniguada
No queda pues casi nada
Y como el errar me irrita
para evitar el cansarte
– si es que ya nadie lo evita –
acabo por confesarte
que me olvidé de Tasarte
Teror y Tiscamanita.
Y Todoque y Tiguerorte
con Tamanca y Tazacorte
por no decir Tijarafe,
Tinizara y Tigalate.
Y el valle de Taburiente
y también el Teneguía,
ese volcán de gran porte
que vomitó lava ardiente
cuando – aunque a nadie le importe –
yo era joven todavía.
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Fuerteventura
Tostón, Tindaya, Tefia, Tetir. Tesjuates, Triquivijate, Tiscamanita, Tuineje, Teguital, Gran Tarajal, Tarajalejo, Tesejerague.
Lanzarote
Tao, Tinajo, Teseguite, Tahiche, Tías, Tiagua, Teguise, Timanfaya.
Gran Canaria
Tafira, Telde, Temisas, Tauro, Taurito, Tolentino, Tejeda, Tirajana, Tasarte, Teror, Tenteniguada, Tamaraceite, Tocodomán (y añado ahora Tamadaba)
Tenerife
Tenerife, Teide, Taganana, Tejina, Tegueste, Tacoronte, Taco, Trevejos, Tamaimo, Tijoco.
Gomera
Temocoda,
El Hierro
Tigaday, Taibique
La Palma
Tinizara, Tijarafe, Tazacorte, Todoque, Tamanca. Tigalate, Tiguerorte, Taburiente, Teneguía.
Etc, etc, etc.