Crítica al proyecto de Ley de Universidades

Por José María Arévalo

(Rectorado de la Universidad de Valladolid. Acuarela de J.M. Arévalo)

El Consejo de Ministros aprobó el último día de agosto el anteproyecto de Ley de Universidades en primera vuelta, y la prensa destacó de inmediato los puntos críticos del proyecto. ABC dedicó el día 1 siguiente un extenso artículo, al igual que La Gaceta Regional de Salamanca, que titulaba “Castells ‘feminiza’ la ley de universidades: prioridad de las mujeres en las plazas. El Consejo de Ministros aprueba el anteproyecto que permite preferencias en la contratación en favor de la igualdad de género. Reduce a la mitad los contratos temporales del profesorado”

La Gaceta en un recuadro destacaba los “Aspectos polémicos” del nuevo proyecto de Ley:

  1. Los profesores titulares, posibles rectores – Podrán ser candidatos todos los funcionarios que cumplan tres requisitos: 3 sexenios de investigación, 3 quinquenios docentes y 4 años de experiencia en  gestión académica. – Además, podrá elegir al rector un comité con un  30% de personas ajenas a la universidad.
  2. Expedición de títulos – No está claro si en la expedición de títulos se mantendrá al Rey. El Ministerio asegura que, aunque en la ley no se hace referencia expresa al tema, nada  cambia pues hay un decreto anterior con el procedimiento; sin embargo, ayer algunos medios nacionales  insistían en el que Rey pierde sus funciones.
  3. Control de la calidad de la docencia – La ley establece nuevos sexenios de excelencia docente para evaluar la docencia.
  4. Más funcionarización del profesorado – El profesorado funcionario deberá representar el 55% del total, de forma que sube 4 puntos respecto a los límites actuales.
  5. Reserva de plazas para profesores asociados – Obligará a las universidades a reserva de 15% de las nuevas plazas en sus programas de promoción y estabilización a profesores asociados acreditados a doctor, una cuestión que los rectores no comparten pues es una medida general cuando la  situación varía considerablemente según las  instituciones.
  6. Preferencia en la contratación de mujeres – La ley permite medidas para reservar y dar preferencia en la contratación a las mujeres. – Establece la obligación de que haya paridad en  los órganos colegiados de las universidades.

“El anteproyecto –continuaba en el texto La Gaceta- de la Ley Orgánica del Sistema Universitario  (LOSU) aprobado  por el Consejo de Ministros, con el que inicia la reforma del sistema universitario, es una  renovación que los rectores consideran necesaria, pues la actual  ley tiene ya 20 años, pero que no convence en los términos planteados por el ministro de Universidades, Manuel Castells.

El ministro pretende “feminizar” el sistema universitario

En  la futura ley “se podrá establecer  medidas de acción positiva en los concursos de acceso a plazas de personal docente e investigador funcionario y contratado para favorecer el acceso de las mujeres”,  recoge la norma que también establece mecanismos para que haya paridad en los órganos colegiados, un registro salarial para luchar contra la brecha en los sueldos y la creación de unidades de  igualdad, planes de igualdad y protocolos contra el acoso sexual.

Evaluación permanente

El principal objetivo de la ley  es, según subrayó Castells, mejorar la calidad del sistema universitario. En este sentido, una de las  novedades de la norma es la evaluación permanente de la docencia, lo que dará lugar a sexenios  de excelencia docente. Además, el  ministro quiere acabar con la precariedad laboral del profesorado,  por lo que la ley reduce a la mitad  el máximo de contratos temporales en los campus, hasta el 20 por  ciento, y eleva el porcentaje mínimo de profesores funcionarios,  pasando del 51 al 55 por ciento.  Además, obligará a las universidades con más de un 15% de profesores asociados a reservar un  15% de plazas de promoción para  este colectivo.

Terminar con la endogamia

Castells se propone, igualmente, terminar con la endogamia. Su  solución: en las comisiones de selección la universidad convocante  deberá estar en minoría en cuanto a los miembros del tribunal y el  resto de integrantes se elegirán  por sorteo utilizando una base de  datos con nombres nacionales e  internacionales.

Elección de rector

A la espera –continúa la Gaceta Regional- de que a final de semana, según ha dicho el ministro,  se conozca en detalle el texto del  anteproyecto que ahora iniciará  su tramitación en el Congreso de  los Diputados, Castells avanzó los cambios que la ley introduce en la elección del rector. Contar  con tres sexenios de investigación, tres quinquenios de docencia y cuatro años de experiencia  en gestión académica serán los  tres requisitos que deberán cumplir los aspirantes que ya no tendrán que ser catedráticos, sino  que la ley abre la puerta a que  cualquier miembro del cuerpo docente de funcionarios pueda aspirar al Rectorado. Esta cuestión ha  causado mucho revuelo en el sistema universitario, pero el rector  de Salamanca aseguraba ayer que  era una “nimiedad”.

En cuanto a la mención al Rey  en la expedición de títulos, fuentes del Ministerio aseguraron que  el texto no recoge de forma  expresa esta cuestión, pero que  no significa que vaya a haber un  cambio en la práctica puesto que  esa mención ya figura en el decreto correspondiente.

Populismo y feminismo

En apartado que titula “La ley  fantasma”, la Gaceta recoge que “Manuel Castells  compareció ayer  ante los periodistas para presentar su ley,  pero no llevaba los deberes hechos. El ministro de Universidades se dedicó a alabar su normativa, pero no  facilitó el texto del anteproyecto de la nueva ley y no lo  va a hacer hasta final de semana. Y es que después de  las ampollas que levantó el  borrador, Castells tiene que  dar una vuelta a la ley para  que las universidades no se  levanten en armas. Lo que  ayer dejó claro el ministro  es que ha seguido las recomendaciones de la también  “podemita” Irene Montero  con una ley que ante todo  es muy feminista. Pero el  ministro se ha sobrepasado  en sus funciones. Así lo  cree el rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, que hay que recordar es un experto en leyes. No ha ocultado el ministro tampoco su  populismo al abrir la puerta de los rectorados a todos  los profesores, despreciando a los catedráticos. Solo le ha faltado a Manuel Castells poner que en la elección de los rectores tendrán  prioridad las mujeres”.

Crítica del rector salmantino

Y abre La Gaceta oro apartado que titula: “Rivero denuncia que la norma no respeta la autonomía universitaria” en el que incluye: “No hay un espíritu de dejar a las universidades que se organicen de manera idónea para alcanzar sus objetivos”, lamenta el rector del Estudio salmantino sobre el anteproyecto.

“El borrador de anteproyecto  tiene varios elementos que son  controvertidos y algunos, además, afectan a la autonomía  universitaria”. Así resume el  rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, su sentir ante el anteproyecto de Ley  Orgánica del Sistema Universitario.  El ministro Castells no ha hecho llegar a los rectores la última versión del borrador de la  nueva norma, así que Rivero ha  preferido no hablar sobre los detalles de la norma, pero sí se refirió ayer el rector del Estudio a  cuestiones más generales.  “En el borrador que yo he visto hay decisiones que se atribuyen al rector que deberían corresponder a órganos colegiados”, afirma y señala que la ley toca el diseño de los órganos internos de la Universidad “y yo  creo que eso es autonomía universitaria”, incide convencido  de que, pese a los cambios que  puedan llevar a cabo —el texto  no definitivo no se dará a conocer hasta el viernes—, no serán  tantos como para que desaparezcan todas esas cuestiones que,  según Rivero, pueden afectar a  la autonomía universitaria.  Además, el mandatario del  Estudio salmantino pone el  acento sobre la necesidad de  una mayor coordinación entre  esta norma y la próxima ley de  la ciencia. “Al haber dividido los  ministerios se pusieron ambos  hace meses a preparar sendos  borradores de anteproyectos,  pero por separado. Es verdad  que siempre ha habido una legislación universitaria y una  ley de la ciencia, pero el hecho  de que se preparen desde ministerios separados hace que la coordinación sea más difícil”, comenta Ricardo Rivero y pone como ejemplo el tema de la contratación de investigadores: “En el anteproyecto de la ley de la  ciencia hay cosas que son importantes para las universidades, como la contratación de investigadores, la modalidad de la  contratación y los requisitos, eso debería estar coordinado  con la ley de universidades. Hace falta una mayor coordinación  con la política científica y de investigación”.  Respecto al anuncio de Castells de que la ley de universidades va a terminar con la precarización del profesorado, el rector  recuerda: “La Universidad de  Salamanca ha desprecarizado la  plantilla hace años, así que creo  que expresar como un problema  de todas las universidades lo que  puede ser un problema eventual  de algunas, no está bien. Si hay  universidades que no han dado  oportunidades de estabilización  a los asociados doctores, esa reserva de plazas tiene sentido, pero aquí, donde se llevan varios  años aprobando programas en  ese sentido, esa decisión afecta a  la política y la estrategia del profesorado de la universidad. Rivero considera: “No hay  un espíritu de dejar a las universidades que se organicen de  manera idónea para alcanzar  sus objetivos, al contrario, hay  un prejuicio sobre problemas  que el ministro cree que son generales y una aplicación de soluciones que cree que son idóneas para todas las universidades, pero entre ellas hay algunas  que no comparto”.

No ha querido el mandatario  de Salamanca entrar a valorar el  cambio en el procedimiento para la elección del rector. “Es un señuelo para que nos pongamos  a hablar de eso que es una nimiedad comparada con otras cosas importantes de la ley sobre  aspectos sustantivos y organizativos de las universidades. Es una cuestión secundaria, pero lo principal de la ley no está ahí, es un error ponerse a debatir sobre esa cuestión que ya arreglarán en la tramitación de la ley”.

Rotundo rechazo

Estuve atento a la prensa por si salía el texto completo del proyecto de ley, sin resultado, no sé si porque el ministerio ha decidido posponer la publicación ompoirque la prensa no se ha hecho más eco, una vez comentado lo fundamental.

Y el pasado 12 de septiembre La Gaceta recogía: “Rotundo rechazo a la ‘ley Castells’ por restar participación y autonomía. Representantes del profesorado, del personal de administración y servicios y de los estudiantes de la Universidad de Salamanca muestran su repulsa hacia la futura norma.

No recogemos las opiniones que el artículo incluía de representantes d los distintos estamentos, pero sí el resumen que en un recuadro figuraba:

ASPECTOS DE LA ‘LEY CASTELLS’ QUE RECHAZA LA UNIVERSIDAD

Personal docente e investigador

✎Falta de estudios  económicos. El anteproyecto  de la Ley Orgánica del Sistema  Universitario (LOSU) no aporta  estudios económicos del coste  que tendrá la aplicación de la  futura norma. Tampoco dice quién  asumirá ese gasto, denuncia el  presidente del Comité de Empresa  del PDI laboral.

✎Desaparición de  contratados doctores. Las  figuras del personal docente e  investigador laboral no quedan  claras y en especial el  profesorado rechaza que se  elimine la figura de contratado  doctor que se ha fomentado en los  últimos años y está perfectamente  establecida en la carrera  académica.

✎Abandono del personal  sanitario. Buena parte del  profesorado en la Universidad son  profesionales sanitarios, pero la  ley no les tiene en cuenta y no  soluciona sus problemas para  acreditarse.

Personal de  administración y servicios

✎Recortes en la  participación. Recorta la  presencia de los sectores  universitarios en los órganos de  gobierno de la universidad. Un  ejemplo claro es la elección del  rector, ya que el anteproyecto  recoge la posibilidad de que se  realice por un comité de 20  personas de las cuales el 30% de  sus miembros pueden ser ajenos a  la universidad, señala José Manuel  Cagigas, delegado de CCOO en la  Junta de PAS.

✎Provisión de plazas. En  el apartado de provisión de  plazas, la futura norma deja  abierta la puerta a una excesiva  interpretación sobre la utilización  del sistema de concursos y sobre  el personal que puede concurrir a  los mismos.

✎Falta de mecanismos  contra la temporalidad. El  PAS valora positivamente la  intención de reducir la excesiva  contratación temporal en el sector  público, pero José Manuel Cagigas  lamenta que no se establecen  mecanismos para lograrlo.

Estudiantes  

✎En contra de 6 años de  mandato. Los alumnos  rechazan que la ley establezca la  posibilidad de que los rectores  sean elegidos por un órgano  externo a la comunidad  universitaria, así como que los  mandatos de los rectores se  amplíen a seis años.

✎Merma de derechos. Los representantes de los  universitarios consideran que la  ley que ha elaborado Manuel  Castells supondrá una merma de  derechos estudiantiles y denuncian  que su participación en la  democracia interna universitaria,  en todos los niveles, va a quedar  muy reducida.

✎Voto por participación.  El sistema electoral actual, con un  voto prorrateado por grupos  universitarios (profesorado,  estudiantado y personal de  administración y servicios),  pasará a estar limitado en función  del porcentaje de participación, lo  que supondrá una devaluación del  voto de los estudiantes que piden  acabar con las ponderaciones de  los votos .

No convence al rector de la UVa

En cuanto a la Universidad de Valladolid, publicaba la prensa estos días El anteproyecto de la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) aprobado recientemente por el Gobierno, no convence al rector de la Universidad de Valladolid (UVa), Antonio Largo. El máximo responsable de la institución académica lo califica como «frustrante» y considera que, por sí mismo, no resolverá algunos de los problemas para los que fue concebido. Por ejemplo, el de acabar con la precariedad del profesorado. La ley plantea una reducción del porcentaje de docentes con contrato temporal del 40 al 20 por ciento, una medida que afecta de lleno a la UVa, cuyo nivel de profesores asociados se encuentra actualmente en el 26 por ciento entre los que tienen un contrato a tiempo completo. Largo reconoce que es un porcentaje «superior a lo deseable», aunque puntualiza que la Uva está más cerca de ese 20 por ciento que otras universidades. Además, el rector incide en que ya se está poniendo solución a este problema con «una decidida política de oferta de plazas de entrada de carrera académica, es decir, profesores ayudantes doctores, que permita ir sustituyendo al profesorado asociado y, a la vez, mecanismos de estabilización tras la acreditación». La UVa ha ofertado este año 90 plazas de esta categoría, el triple de lo habitual, y en total, 112 de nueva creación en distintas categorías, además de 71 de transformación a contratado doctor, titular o catedrático.

Pese a esta medida, Largo señala que «no parece que la ley por sí misma resuelva el problema de la precariedad del profesorado». Según él, la desaparición en la regulación estatal de la figura de profesor contratado doctor es una «equivocación», porque «actualmente es la primera vía de estabilización. El rector aboga por regularlo en la ley y no dejarlo a las comunidades autónomas.

En términos generales, cree que en anteproyecto «es manifiestamente mejorable. «Las universidades venimos reclamando modificaciones legislativas que son inaplazables», dice en declaraciones a El Día de Valladolid, pero puntualiza que «no se trata de que, a través de una ley, se resuelvan problemas coyunturales, sino estructurales». Y cree que este proyecto no cumple esta premisa porque, «en buena medida, es continuista en los asuntos esenciales».

Otro cambio que, de confirmarse, afectaría a la UVa es el de la limitación de los miembros del Claustro (órgano de gobierno de la universidad) a cien personas, ya que la institución tiene actualmente unos 300. «Veremos en qué número queda finalmente, pero, si es así, lo adaptaremos intentando respetar la mayor representatividad de la comunidad universitaria», asegura. Una tarea que no será fácil en el caso de la UVa, ya que cuenta con cuatro campus «que deberán estar representados en todos sus estamentos».

Elección de rector. Otro cambio que, de confirmarse, afectaría a la Uva es el de la limitación de los miembros del Claustro (órgano de gobierno de la universidad) a cien personas, ya que la institución tiene actualmente unos 300. «Veremos en qué número queda finalmente, pero, si es así, lo adaptaremos intentando respetar la mayor representatividad de la comunidad universitaria», asegura. Una tarea que no será fácil en el caso de la UVa, ya que cuenta con cuatro campus «que deberán estar representados en todos sus estamentos».

Largo tampoco está contento con el cambio de sistema de elección de rector. Además del tradicional (por mayoría del Claustro), el anteproyecto plantea la creación de un órgano a tal efecto que valorará la trayectoria y méritos de los que se postulen. En él estarían representados los profesores (50 por ciento del órgano), alumnos (10 por ciento), trabajadores (10 por ciento) y ciudadanos de reconocido prestigio ajenos a la Universidad (30 por ciento). «Soy partidario de la elección, tanto del rector como de los decanos y directores, mediante procesos lo más democráticos posible, con la adecuada representación de la comunidad universitaria; por lo tanto, la elección mediante un órgano específico no me parece adecuada», opina. Según él, el proceso participativo es «más democrático y participativo, y garantiza mejor la independencia del rector».

Los estudiantes de la UVa, también en contra

A la Asociación para la Defensa de los Derechos de los Estudiantes (ADDE), la mayoritaria en la UVa, tampoco le convence el anteproyecto de ley aprobado por el Gobierno. De hecho, su presidente, Pablo González, asegura que esta normativa «mata la Universidad». Entre los aspectos que considera más lesivos está la reducción de la participación del alumnado en el proceso de elección del rector, ya que la opinión de los estudiantes solo contará un diez por ciento. Además, González también critica que personas ajenas a la universidad tengan un 30 por ciento de representación en ese nuevo órgano que se crearía para elegir al nuevo rector. «Serán personas puestas solo para la elección de ese rector», opina. El representante de ADDE lamenta que, con este sistema, «da igual lo que diga el alumnado» porque siempre saldrá elegido «el rector que quiera la Administración», y eso es «un peligro» para la Democracia. «Es una forma de enchufar a los suyos», sentencia. También se muestra crítico con que la ley «sea tan tolerante con los suspensos» y con otros aspectos, «como el destrozo del mobiliario», dice, en referencia a la calificación como «grave» en lugar de «muy grave» de los desperfectos que se causen en los bienes de la universidad (solo estará calificado como muy grave los que afecten al patrimonio histórico).

Finalmente incluía el mismo día La Gaceta una entrevista con don Dionisio Fernández Gatta,  profesor titular de Derecho Administrativo, que nos ha parecido del mayor interés para entender las críticas al proyecto de Ley.

“Hay cambios en la ley que suponen un retroceso democrático importante”

“–Algunos expertos han asegurado que la futura Ley de Universidades muestra indicios de inconstitucionalidad y vulnera la autonomía universitaria, ¿qué le parece?

–En el tema de la autonomía  universitaria sí que hay problemas, sobre todo por el título que regula la composición de las universidades, desde la composición del  equipo de gobierno hasta la organización administrativa de los servicios universitarios.

–Un tema muy polémico ha sido  la desaparición del Rey de la expedición de títulos, ¿qué opina del argumento del Ministerio?

–Desde luego, no es un asunto  menor. Está claro que suprime la  referencia al Rey. Es un reflejo de la  doctrina de Podemos, ya que en  ningún país de la UE se cuestiona  la Jefatura del Estado, pero ya sabemos qué sucede aquí y, desde luego, su actitud no es muy democrática en cuanto al Rey. Argumentan  que está prevista su regulación en  un real decreto, pero eso supone  que la mención del rector esté en  una ley orgánica y la del Rey, que es  el Jefe del Estado, se mantiene en  un decreto, como si fuera preferente, pero no es así. Lo normal en un  país plenamente democrático es  que el Rey firme el título universitario y en cualquier país democrático moderno esto no es problema.

–Los expertos han sido especialmente críticos con las medidas a  favor de las mujeres.

–El problema de la ley en este  tema está en los concursos de acceso porque incluye la posibilidad de  implantar medidas para favorecer  el acceso de las mujeres y a tal efecto dice que se podrán establecer  preferencias “en igualdad de condiciones e idoneidad”. La cuestión es  que en nuestro sistema el acceso se  hace por méritos y capacidad, así  que esa frase puede dar lugar a problemas de legalidad.

–¿Y viola el principio de igualdad de oportunidades?

–Sí, aunque se han cuidado de  hablar en la ley de personas del sexo menos representado en la categoría. Personalmente, creo que desde el principio de la carrera universitaria hay que trabajar para buscar el equilibrio y ya hay elementos de fomento de la igualdad que  se están cumpliendo, aunque tardarán un tiempo en reflejarse.

–Ya hay sentencias contrarias.

–No en el ámbito de la Universidad, pero sí hubo una sentencia  que impidió una candidatura electoral formada en exclusiva por mujeres. Si nos vamos hacia la implantación radical, obviamente  puede no cumplirse el principio de  igualdad recogido en la Constitución. Puede haber problemas si  nos escoramos hacia un lado o hacia otro.

–El Claustro se reducirá a más  de la mitad con la futura ley, ¿qué  puede suponer este cambio?

–Yo no le doy mucha importancia a este cambio si se mantiene la  representación de los distintos sectores con la ponderación actual. Lo  que sí creo es que lo que piden los  estudiantes de una persona, un voto, no es posible, tiene que haber  esa ponderación que deriva del trabajo universitario y es un principio desde la Ley de Reforma Universitaria de los 80 y nunca ha supuesto un problema.

–Frente a esto, abre la puerta a  que gran parte del profesorado  pueda ser rector.

–Me manifiesto absolutamente  en contra. En la carrera universitaria la categoría superior por méritos es la de catedrático y pienso  que quien tiene que tener la posibilidad de ser rector es la categoría  docente más importante de la carrera universitaria. En cuanto al  otro sistema de elección posible,  mediante un órgano específico,  creo que es un retroceso democrático importante, sería ir hacia el siglo XIX, cuando votaban los 30 más  importantes, pero en una universidad del siglo XXI eso supondría  una supresión. La elección directa  mediante la ponderación es el modelo adecuado.

–¿Y es adecuado que limite los  mandatos a seis años?

–Debería ser algo más amplio,  seis años en proyectos universitarios de envergadura es poco.

–Hay cambios también en la  elección de decanos, privilegio que  recaerá en el rector, mientras que  los directores de departamento seguirán eligiéndose por sufragio  universal. ¿No debería ser igual  para todos?

–Creo que es un retroceso, el  sistema está perfectamente regulado y ha funcionado bien desde los  años 80. Hay cambios en la ley que  suponen un retroceso democrático  importante.

–También se modifica la elección de los Consejos Sociales para  que se realice a partir de candidaturas.

–Sí, los Consejos Sociales son  los grandes desconocidos del ámbito universitario, a pesar de que las  leyes han querido acercar la influencia de las sociedades a las universidades, no han acabado de calar y en este caso lo que sería necesario es lograr una mayor visibilidad y darle más funciones.

–Un aspecto muy controvertido  de la ley es la desaparición de la figura del profesor contratado doctor y la creación de otras, como la  del sustituto. ¿Es acertado?

–Es un error, la figura de los  profesores contratados doctores está ya plenamente implantada en la  carrera universitaria y ahora se  quiebra mientras que se incluye  una ambigüedad en la figura del  profesor sustituto, que se puede  convertir en un asociado actual  que no cumple las funciones. Ahora se quiere revitalizar otra vez esa  figura, pero yo no soy partidario,  debería mantenerse a los contratados doctores, una figura que está  plenamente implantada y ha funcionado bien hasta ahora.

–Ahora comenzará la tramitación de la ley, ¿cambiará mucho?

–Este ministro, que ha sido bastante errático, se ha dado prisa en  presentar este y otros proyectos,  como si estuviera terminando la  legislatura. Como profesor universitario, creo que otra ley universitaria, otro cambio, no era necesario. En lugar de esta ley, que no está suficientemente consensuada,  habría que acordar un texto que  tuviera una vigencia de décadas,  de forma que fuera quien fuera el  partido que gobernara, hubiera  tranquilidad. La verdad es que al  ser aún un anteproyecto puede que  haya cambios. En la tramitación  puede suceder de todo, a la vista de  cómo está la legislatura, incluso  que no se tramite. Veremos qué sucede en los pactos para ser aprobada porque una ley orgánica tiene  que tener mayoría absoluta en el  Congreso de los Diputados. En  cualquier caso, yo considero que  no era necesaria una ley nueva de  forma completa. Hay algunos temas, como el de la financiación,  que parece que es en lo que más de  acuerdo está todo el mundo, que sí  era necesario cambiar, pero más  allá no veo la necesidad de una ley  completa.

–¿Es un texto muy sesgado  ideológicamente?

–Claro. En el título sobre cultura y deporte han metido un párrafo que es la filosofía del ministro de  Podemos, con el concepto de  “Ciencia ciudadana”, que no existe en un texto legal y en mayúscula. Otro problema es el de las lenguas cooficiales, cuando lo que hay  que proteger es el castellano. Luego se incluyen objetivos buenistas,  que no tienen razón de ser en un  texto general, como el de una sociedad más justa, pacífica e inclusiva, así como el objetivo de combatir el cambio climático y sus  efectos, una cuestión que debe ir  en las normas generales. Y lo más  importante, que creo que es un retroceso, es cuando habla de “promover en todos los ámbitos académicos la formación en docencia e  investigación en materia de memoria democrática como forma  esencial de formación de las nuevas generaciones”. La memoria  democrática bien entendida es cosa de los historiadores, yo lo que  tengo que explicar es la Constitución y los valores constitucionales,  en un texto de estas características  todo esto no procede.”

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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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