Por José María Arévalo

(Díaz Ayuso en León antes del Congreso del Partido Popular)

El pasado domingo, 16 de enero, se clausuraba en León el XIV Congreso de los  ‘populares’ en la Comunidad,  en el que fue reelegido, con el respaldo del 98,26% de los compromisarios, el presidente del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. Este anunció  en la clausura que si gana las elecciones del próximo 13 de febrero impulsará un ‘cheque bebé’ (ayuda directa por nacimiento, para fomentar la natalidad) una rebaja del tramo autonómico del IRPF y un fondo de  20 millones de euros para que  los ayuntamientos creen empleo. También garantizó que blindará por ley los servicios  públicos en el medio rural y se comprometió además a  poner en marcha deducciones  fiscales para residentes de áreas en riesgo de despoblación y para quienes se trasladen a estas zonas por motivos laborales. También se comprometió a  “duplicar” las ayudas a los trabajadores por cuenta propia para la tarifa reducida frente a un  Pedro Sánchez que “machaca a  los autónomos”, y a blindar por ley las escuelas, los consultorios, los servicios sociales, la  atención de mayores y el transporte público en el mundo rural.

El  presidente autonómico fue respaldado por el líder del partido,  Pablo Casado, y por los barones  populares, en un acto que supuso el pistoletazo de salida de su  candidatura a las elecciones regionales del próximo 13 de febrero.

Por su parte el líder de la oposición respaldó a Mañueco y le prometió que cuando llegue al Gobierno acabará con el “maltrato” al que se somete a Castilla y León.

Hasta aquí el resumen de prensa, y reconozco que todo ello me ha parecido bastante satisfactorio, pero me temo no lo suficiente como para darles mi apoyo a los populares. No me gusta pronunciarme tan claramente, pero casi me veo obligado por los compromisos que adquirí en estas páginas al comienzo de la pandemia, cuando tuve que criticar las increíbles decisiones de la Junta de limitar de forma absurda el aforo a las iglesias con independencia de su tamaño, y otras medidas irracionales de aquel momento. También nos hemos quejado aquí de la falta de reacción de la Junta contra las presiones LGTB, y de la postura “maricomplejín” ante las presiones sindicales en el tema de los conciertos de enseñanza.

La verdad es que Mañueco está más en la línea de centro-derecha que ahora parece embargar a Casado, que en la de Ayuso, y ello se ve claramente en el respeto de esta última a Vox, con quienes no tiene inconveniente en pactar, mientras que Casado y Mañueco no se muerden la lengua contra Vox, no dejan de atacarles. Si la candidata en Castilla y León fuera Ayuso, yo no tendría la menor duda en votarla.

Declaraciones de Ayuso

Al tiempo que veía los informes del Congreso el pasado lunes, encontraba también los ecos de una entrevista con Isabel  Díaz Ayuso en “La Razón” del domingo. “Ayuso quiere ver a Casado en la Moncloa con su apoyo como líder del PP en Madrid”, titulaba La Gaceta Regional un artículo sobre estas declaraciones. “Cuando llegue el momento, presentaré un proyecto y una lista que no implique bandos, sino que se vea representada la Comunidad, los parlamentarios y los municipios”.

La presidenta madrileña, Isabel  Díaz Ayuso, afirmaba que nada le  “gustaría más”, y cree que “así  va a ser”, que Pablo Casado llegue a la Moncloa y que su campaña tenga su apoyo como jefa del  Partido Popular en la Comunidad de Madrid.  “En una entrevista con el diario “La Razón”, publicada ayer,  Ayuso expresa su convencimiento de que sería candidata por “la  voluntad mayoritaria” y que para eso “no hay nada mejor que un  Congreso para preguntárselo” a  los votantes y a los afiliados.  “Cuando llegue el momento,  presentaré un proyecto y una lista”, dice Ayuso, que no implique  “bandos”, sino que “se vea representado el gobierno de la Comunidad, los parlamentarios de la  Asamblea y los municipios”.

La presidenta madrileña dice  en la entrevista que no entiende  que el PP no celebre los congresos pendientes en las regiones  donde no hay elecciones previstas, como en Madrid, donde “lo  coherente” es que haya un cónclave “como marcan los estatutos, con total transparencia, normalidad y buscando la máxima  participación de los afiliados de  base”.

Y sobre las elecciones de Castilla y León, Ayuso dice que estará donde le pida “el partido”, y  añade que “lo mejor es preguntarle siempre al equipo directo  del candidato dónde considera  que puedes ser más útil y hacer  lo que te digan”.  Por otro lado, Ayuso destaca  en la entrevista el plan de natalidad que ha presentado en Madrid  con una batería de medidas dotadas con 4.500 millones de euros.  Considera que será necesaria en este proyecto la ayuda del Gobierno central “en todo aquello  que nos sea útil”, aunque señala  que “la verdadera ayuda hay que  esperarla de la empresa”, y a la  pregunta de si pedirá ayuda a la  ministra de Igualdad, Irene Montero, dice que esa cartera “no vale para nada, y mucho menos para ayudar a las mujeres”.

Reforma laboral

Con respecto a la reforma laboral, Ayuso afirma que “teniendo en cuenta que estamos en un  Gobierno de corte social comunista, evidentemente la reforma  laboral podría haber sido mucho  peor”, y que si la patronal la ha apoyado ha sido porque “dentro de  todo lo que se podía esperar, esta  reforma es el mal menor”.

La fecha del congreso regional sigue siendo objeto de enfrentamiento entre ‘Génova’ y la  Puerta del Sol. El equipo de Ayuso quiere que se convoque cuanto  antes, para empezar a preparar  las elecciones autonómicas y municipales del 2023, pero en la dirección del PP insisten en que  hay que cumplir los plazos aprobados por la Junta Directiva Nacional del PP.  Fuentes de la dirección nacional del PP no descartan que el  adelanto de los comicios en CyL  al 13 de febrero pueda afectar a  las fechas de los congresos pendientes y retrasar su celebración,  pero confía en cumplir el calendario marcado “en tiempo y forma”. Ayuso ya ha respondido a  ‘Génova’ que ahora mismo hay  elecciones convocadas en Castilla  y León y eso no ha impedido que  el congreso autonómico siga adelante allí.  Los Estatutos del partido señalan que los congresos se tienen  que convocar con 45 días de antelación y, dado que hay otros pendientes antes como el de Extremadura, no se prevé que el cónclave madrileño se celebre hasta  bien entrada la primavera.