Los problemas que añaden las necesidades de silicio

Por Javier Pardo de Santayana

(Paneles solares)

Siento tener que volver a recordar a quien me lea mi asombro de que, aún a sabiendas de que llegaría el día en que la China alcanzara a Estados Unidos en el nivel de liderazgo, se ha descuidado la precaución de realizar una concienzuda prospección con vistas a encontrarnos preparados de la posible evolución de las grandes potenciascon  Y así ha llegado Putin y su invasión de Ucrania, que nos cogería por sorpresa. Como nos coge ahora también escasamente preparados la aparatosa  reacción de la China continental ante la visita de una destacada política norteamericana. Veremos ahora lo que nos cuesta no haber aprovechado bien el tiempo.

Lo digo porque no era difícil prever una posible reacción de los chinos comunistas ante ese gesto de apoyo oficial de Estados Unidos. Pues ahora constatamos un hecho aparentemente limitado pero cuyas consecuencias multiplican  hasta extremos imprevistos su aparente importancia. Se trata, no sólo de que aquellos chinos disidentes que adoptaron un sistema democrático se sienten más identificados en aspectos esenciales con los países libres, sino que sobre ellos recae en un más que elevado porcentaje la fabricación de los famosos chips que forman parte esencial de muchos de los mecanismos que hoy forman partes esencial de nuestra civilización. Ahí tenemos, por ejemplo, desde los paneles solares a los modernos aviones de combate. O a muchos de los actuales instrumentos médicos. Para lo cual se han especializado en el manejo del silicio, base de los semiconductores, así que se han convertido astutamente en clave del progreso tanto para Occidente – lo cual incluye a Norteamérica – como para sus adversarios comunistas.

O sea que una vez más tropezamos con realidades sorprendentes que demuestran la escasez de reflexión que ha habido durante todos estos años del siglo XXI tanto por parte del mundo democrático como de la China comunista a la hora de asegurarse un futuro favorable  y en relativa paz. Lo digo porque ahora se diría que entre los unos y los otros todos se empeñan en instaurar situaciones que indefectiblemente conducen  a una solución violenta.

Y, si decir esto parece excesivo, no hay mas que intentar formular siquiera una solución alternativa en las actuales circunstancias, pues si parece difícil hacer cambiar al presidente ruso y a sus posibles sucesores, no parece serlo menos sino todo lo contrario con los chinos de Pekín. Por consiguiente, a menos que se produzca otro acontecimiento nuevo y decisivo – que se calificaría sin duda de inaudito – lo más probable es que la situación actual tienda a empeorar o a mantenerse indefinidamente, como esperando que  no suceda nada.

Ante una situación como ésta cualquiera se sorprende del desbarajuste intelectual en que nos encontramos, e incluso de la pérdida del tiempo de que hemos dispuesto para poner un poco más de racionalidad y buen sentido en nuestras relaciones internacionales. Tiempo y esfuerzo que hemos empleado, por ejemplo, en una cuestión tan peregrina como la obtención y el manejo del silicio como cuestión fundamental que hace posible miniaturizar nuestros inventos: algo   fundamental en estos días en que lanzamos artefactos al espacio o simplemente utilizamos muestro teléfono portátil, bien como tal o como un aparato casi mágico que es capaz de meterse en un bolsillo y de servirnos a la vez como linterna o como fuente de información que aclara nuestras dudas sobres cualquier cosa posible.

Que tal es la necesidad creada que justifica el interés en torno a los famosos “chips” y en consecuencia de cuanto se refiere a la posibilidad de contar con la materia prima consiguiente, que incluye el silicio como base de partida y afecta hasta a los juegos infantiles. Así supongo que muy pronto, si no lo han hecho antes, intensificarán  los de Pekín las maniobras para asegurar de alguna forma la obtención de la materia prima y entorpecer su acceso al adversario, sean los norteamericanos o sus directos enemigos, es decir, los chinos de Taiwan.

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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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