Por José María Arévalo

(Vista del Pozo de los Humos desde el mirador de Pereña, enfrentado al de Masueco)

Más de una vez hemos comentado la belleza de este paraje de la zona de los Arribes, entre las provincias de Zamora y Salamanca, uno de los más bellos de nuestra autonomía. Les decía que en mis años de estudiante y después profesor y periodista, en Salamanca, nunca oí hablar del Pozo de los Humos, como tampoco entonces se oía hablar de las hoces del Cañón de Riolobos o de las Tuerces y tantos otros parajes extraordinarios pero de no tan fácil acceso y que por ello en aquellos años 60 eran desconocidos para la mayoría, mientras que en cambio el paisaje de las cascadas del Monasterio de Piedra, en la comarca de Calatayud, por ejemplo, era famosísimo.

También les he contado que cuando  mis hijos rondaban  los diez años nos dedicamos toda la familia los sábados a hacer viajes en el entorno de unos cien kilómetros de Valladolid, y así fuimos a las hoces de Riolobos, a las del Riaza, a las del Duratón, a las Tuerces, etc., y en búsqueda de estos paisajes fue cómo encontré una referencia al Pozo de los Humos, en una especie de enciclopedia de la naturaleza que por fascículos coleccionaba con un periódico que la regalaba los domingos. Como quedaba a unos 200 kilómetros de Valladolid, en vez de ir con los niños nos fuimos un fin de semana mi mujer y yo, haciendo noche en Vitigudino, para de paso ver los Arribes. Yo conocía más los Arribes, pues había cubierto como periodista varias veces la fiesta de los almendros en la Fregeneda, pero mi mujer no, y ninguno de los dos el Pozo de los Humos, que era por tanto el objetivo principal. Yo ya se lo había explicado a mi cónyuge, que los Arribes era un secarral bastante desolado, de peñascos entre los que transcurría el Duero embalsado, con algunas panorámicas de interés por su grandiosidad, pero nada más, por lo que el Pozo de los Humos, que debía de estar a pocos kilómetros del Duero, en un afluente, sería, por las fotos que traía la enciclopedia, una maravillosa excepción de paisaje verde. Y así fue.  Creo que fuimos por Pereña de la Ribera, ahora veo que se puede ir también por Masueco. Se puede llegar cerca de la cascada –aunque entonces no llegaba a verse entera- por un camino de tierra de unos cuatro kilómetros. Como fuimos muy avanzada ya la primavera, cerca del verano, y no había sido un primer trimestre lluvioso, la cascada estaba muy mermada, y así y todo formaba un paisaje precioso. Algunos visitantes nos comentaron que internándose en la sierra, avanzando por el río que origina la cascada, hay varias cascadas más, tan bonitas como la de los Humos, pero había que echarse la mochila a la espalda e ir andando y acampar varios días.

Se planifican inversiones

Pues bien, estos días atrás ha sido el Pozo de los Humos noticia en La Gaceta Regional, que me manda mi amigo Adelio y se lo agradezco porque me recuerda mis años de trabajo en este periódico, que titulaba: “Pereña y Masueco, pueblos anfitriones del Pozo de los Humos, planifican inversiones que rentabilicen más las visitas y aseguran que cada vez más senderistas realizan la ruta completa a pie”. “Uno -continuaba en el texto- de los espectáculos  más recurrentes de la naturaleza en el entorno de  la provincia salmantina es el popular Pozo de los Humos, visita  ineludible que los vecinos de la  zona repiten gustosamente más  de una vez. Las suaves temperaturas y los cielos despejados animaron ayer a gente de la capital y de pueblos próximos, sobre todo, a acercarse fugazmente a uno de los miradores que ofrece vistas de vértigo de esta cascada de cincuenta metros, desde Pereña de la Ribera y Masueco, localidades que apuestan por seguir impulsando este paisaje sumando valores como mejoras en los senderos y nuevos servicios.

Arreglo del camino que conduce al mirador en la parte de Masueco

Entre las próximas iniciativas para dan un empujón a una maquinaria que ya funciona con éxito, está al arreglo del camino que conduce al mirador en la parte de Masueco, desde su inicio hasta la barrera que impide el tránsito de vehículos. El alcalde, Ventura Jiménez, señala que de ello depende el ritmo al que se realice la concentración parcelaria que plantea el Ayuntamiento. “Estamos pendientes de ello”.

En el caso de Pereña de la Ribera, el Consistorio se enfoca en la rentabilización de las visitas a través de la gestión del camping municipal actualmente cerrado por rescisión del contrato a los hasta ahora propietarios a causa de incumplimiento del mismo.  Asimismo, proyectan la reforma de un local cercano a las piscinas para dar servicios a los turistas.

Menos lluvias que en el 2021

Aunque no pueden faltar las fotos y un momento de paz y contemplación, este colosal salto de agua no luce ahora como otros años en la misma época, y es que las lluvias han sido escasas, y aunque últimamente han sido frecuentes, es necesario un largo periodo de tiempo con precipitaciones regulares para hacer posible el expectante efecto de humo que envuelve el pozo.  “La cosa está regular, porque no ha llovido. Hay gente, pero ni una tercera parte de la que había el año pasado por esta época”, recuerda el alcalde de Masueco, quien señala que la Semana Santa de 2021, a pesar de no traer procesiones, trajo muchas más lluvias, y la cascada pudo desplegar todos sus encantos.

Por su parte, Luis Rodríguez, regidor de Pereña, ha observado que mucha gente se ha animado ya a realizar el trayecto entero a pie desde el pueblo hasta el mirador. Así, ayer era posible ver más coches en las inmediaciones del inicio del camino que en el aparcamiento del mismo, en el que las idas y venidas eran frecuentes, y la estancia en el mirador fugaz.  Las restricciones impuestas por la Junta para facilitar la nidificación de aves de la zona como el águila, el alimoche, la cigüeña negra o el halcón, aseguran los alcaldes de los dos municipios, “no están entorpeciendo  el normal funcionamiento del  turismo, ya que los senderos que  emplean son los generales, que  no tienen limitaciones de acceso .

Limitaciones para  proteger el entorno

Aunque las actuales restricciones impuestas por la Junta al Parque Natural de Las Arribes impiden al acceso tanto a pie como en vehículos a ciertos senderos con el fin de proteger  la anidación de las aves de la  zona, los turistas acuden sin  ningún inconveniente, ya que no  afecta al turismo general. Los paneles y avisos son visibles a lo largo del camino, e incluyen la prohibición de volar drones.

En fin, habrá que volver al Pozo de los Humos pero esta vez andando por uno de los recorridos habilitados, una belleza.