Ampliación del acceso al Pozo de los Humos para llegar a otros tres pozos espectaculares

Por José María Arévalo

(Pozo de los Humos)

El pasado 9 de agosto les comentaba en estas páginas que Pereña y Masueco, pueblos anfitriones del Pozo de los Humos (uno de los espectáculos más imponentes de la naturaleza en el entorno de  la provincia salmantina) están planificando inversiones que rentabilicen más las visitas y aseguren que cada vez más senderistas realizan la ruta completa a pie. Y añadía que más de una vez hemos comentado la belleza de este paraje de la zona de los Arribes, entre las provincias de Zamora y Salamanca, uno de los más bellos de nuestra autonomía. Les decía que en mis años de estudiante y después profesor y periodista, en Salamanca, nunca oí hablar del Pozo de los Humos, como tampoco entonces se oía hablar de las hoces del Cañón de Riolobos o de las Tuerces y tantos otros parajes extraordinarios pero de no tan fácil acceso y que por ello en aquellos años 60 eran desconocidos para la mayoría, mientras que en cambio el paisaje de las cascadas del Monasterio de Piedra, en la comarca de Calatayud, por ejemplo, era famosísimo.

También les contaba la visita que a esta magnífica cascada realizamos un fin de semana mi mujer y yo, haciendo noche en Vitigudino, para de paso ver los Arribes. Yo conocía más los Arribes, pues había cubierto como periodista varias veces la fiesta de los almendros en la Fregeneda, pero mi mujer no, y ninguno de los dos el Pozo de los Humos, que era por tanto el objetivo principal. Yo ya se lo había explicado a mi cónyuge, que los Arribes era un secarral bastante desolado, de peñascos entre los que transcurría el Duero embalsado, con algunas panorámicas de interés por su grandiosidad, pero nada más, por lo que el Pozo de los Humos, que debía de estar a pocos kilómetros del Duero, en un afluente, sería, por las fotos que traía la enciclopedia, una maravillosa excepción de paisaje verde. Y así fue.  Creo que fuimos por Pereña de la Ribera, luego ví que se puede ir también por Masueco. Se puede llegar cerca de la cascada –aunque entonces no llegaba a verse entera- por un camino de tierra de unos cuatro kilómetros. Como fuimos muy avanzada ya la primavera, cerca del verano, y no había sido un primer trimestre lluvioso, la cascada estaba muy mermada, y así y todo formaba un paisaje precioso. Algunos visitantes nos comentaron que internándose en la sierra, avanzando por el río que origina la cascada, hay varias cascadas más, tan bonitas como la de los Humos, pero había que echarse la mochila a la espalda e ir andando y acampar varios días.

Más cascadas tras Los Humos

Pues bien, me ha encantado la noticia de que  se está planteando el acceso a El Pozo de las Vacas y Las Cachoneras  del Uces, que son los secretos escondidos de este río. El diario salmantino La Gaceta Regional del 18 de noviembre explicaba que, en sus dos vertientes, tanto desde Masueco como desde Pereña de la Ribera, los ayuntamientos han realizado un  importante esfuerzo para señalizar  debidamente los caminos de acceso  al Pozo de los Humos con el objetivo de facilitar la llegada a los visitantes. Pero todavía quedan proyectos  por realizar para cuando sea posible.  Entre estas acciones, el Ayuntamiento de Pereña, que encabeza el  alcalde Luis Rodríguez, tiene la esperanza de que algún día se pueda  habilitar “un sendero para ver el Pozo de las Vacas, desde arriba, y continuar curso arriba para poder ver  Las Cachoneras del Uces”.

Son estos dos parajes los secretos  escondidos de este privilegiado entorno natural, siendo posible ver el  Pozo de las Vacas para aquellos senderistas más atrevidos que se adentran en el sendero que parte a la derecha del mirador. Un recorrido de  bajada de alrededor de 30 minutos,  algo duro en su último tramo pero  que compensa con el disfrute del “remanso de sosiego y aguas serenas casi desconocido” del Pozo de las Vacas.

Más complicado es acceder a Las Cachoneras del Uces —“cachón  es la denominación que se da en las  Arribes cuando el curso del río tiene que encajonarse aún más para pasar por la angostura que dejan las rocas”— ya que “simplemente no se  puede llegar, solo sería visible desde  el futuro sendero”.

Este invierno, bajo mínimos

“Un inusual Pozo de los Humos bajo mínimos a pesar de las lluvias”, titulaba La Gaceta. “El espectacular  salto natural del Pozo de los  Humos luce en estos días  como un hilo de agua a la  espera de que los campos  terminen por llenarse y vuelva  a correr con brío el río Uces. Apenas un pequeño  curso de agua se observa  desde el mirador de  Pereña de la Ribera. La intensa sequía absorbe los cerca de  200 litros caídos en  octubre y noviembre.

El otoño es una de  las mejores épocas para disfrutar de  la naturaleza, con sus intensos colores y una temperatura agradable antes de los hielos del invierno y una  de las más atractivas áreas de la provincia donde hacerlo es sin duda el  Parque Natural Arribes del Duero  que impacta por su agreste geografía que da lugar a los saltos de agua  como el siempre espectacular Pozo  de los Humos.

Situado a caballo entre las localidades de Masueco de la Ribera y Pereña de la Ribera hoy nos centraremos en esta última para llevar al visitante hasta enfrentarse cara a cara  con el impresionante paraje natural  de un salto de agua de cerca de medio centenar de metros.  Un Pozo de los Humos que es sin  duda alguna de las principales cascadas de la Región pero que estos días luce en toda su grandiosidad pero con apenas un hilo de agua en el  cauce del río Uces. Una situación que  no deja de sorprender a la vista de las  intensas lluvias caídas en las últimas  semanas. A pesar las precipitaciones  acumuladas, que alcanzan en Pereña de la Ribera los 150 litros por metro cuadrado en octubre y los 40 litros en los que llevamos de este mes  de noviembre, la larga y pronunciada sequía de la primavera y el verano hacen que la tierra todavía absorba gran parte de estas lluvias.

La falta de agua, la ausencia en este otoño de la espectacular tromba  cayendo con estrépito en su camino  hacia el ya próximo río Duero, no es  óbice para realizar una visita al Pozo de los Humos y dejarse atrapar  por la singularidad agreste de Las  Arribes del Duero, monumental catedral natural de altos muros y frondosa vegetación.  Una visita que se puede realizar a pie desde el pueblo, a través del perfectamente señalizado camino, o  desplazarse en vehículo hasta las  proximidades del Pozo de los Humos y recorrer tan solo el último  centenar de metros por el estrecho  sendero que acaba en el mirador habilitado para su disfrute.

Desde la localidad de Masueco,  junto la iglesia parroquial surge el  camino que lleva directo hasta el estacionamiento habilitado a apenas  unos centenares de metros de los miradores habilitados justo encima de  la caída de agua.

Dos opciones de acceso

Completaba la información explicando cómo el viaje de Salamanca hasta Pereña de la Ribera o Masueco para visitar  el Pozo de los Humos no supera los  100 kilómetros a través de la carretera autonómica CL-517 hasta la  localidad de Vitigudino y desde ésta hasta cualquiera de los dos municipios a través de la carretera SA314.  Los dos miradores están señalizados y dotados aparcamientos próximos, por lo que si no hay  tiempo para poder disfrutar de las  dos vistas, Masueco y Pereña, cualquiera de los dos es una opción válida para contemplar la singular y  espectacular formación rocosa natural del Pozo de los Humos.

Además de los caminos habilitados y mejorados por los consistorios, al Pozo de los Humos también  se puede llegar a través de la senda  de las “Higueras de las Fuas” desde  Masueco, recuperada para el turismo en 2015, o por el Sendero de  Gran Recorrido, G.R. 14, desde Pereña de la Ribera.

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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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