Era casi del mismo tamaño que su atacante

Un gigantesco tiburón zorro muere apuñalado en el corazón por un empecinado pez espada

El pico de un pez espada le sobresalía de una herida en el costado del tiburón

El «tiburón zorro» pertenece al género Alopias. También es conocido como tiburón zorro pelágico o tiburón zorro del océano.

Los tiburones zorro tienen un cuerpo esbelto y alargado, con una cola larga y delgada que les permite nadar rápidamente en el agua.

Su nombre «zorro» se debe a su característica aleta caudal en forma de látigo, que les confiere una apariencia similar a la de un zorro.

Son nadadores rápidos y se alimentan principalmente de peces y calamares.

Son conocidos por su capacidad para realizar saltos acrobáticos fuera del agua.

El pez espada, también conocido como emperador, es una especie de pez pelágico que se encuentra en aguas tropicales y templadas de todo el mundo.

Su nombre científico es Xiphias gladius. Es uno de los peces más grandes y rápidos del océano.

EL PEZ ESPADA

El pez espada tiene un cuerpo alargado y cilíndrico, con una mandíbula larga y puntiaguda que se asemeja a una espada, de ahí su nombre común.

Su cuerpo es de color azul oscuro en la parte superior y plateado en la parte inferior. Puede alcanzar tamaños impresionantes, llegando a medir hasta 4,5 metros de longitud y pesar más de 500 kilogramos.

Son depredadores voraces que se alimentan principalmente de otros peces, calamares y crustáceos.

Utilizan su mandíbula en forma de espada para atrapar y apuñalar a sus presas. Además, tienen una velocidad de nado excepcional, pudiendo alcanzar velocidades de hasta 100 kilómetros por hora.

El pez espada es un pez migratorio que realiza grandes desplazamientos en busca de alimento y condiciones adecuadas de reproducción. Se le encuentra en aguas oceánicas más profundas, pero durante la temporada de reproducción puede acercarse a las costas.

SEÑAL DE ALARMA

Una «señal de alarma» parece asomarse tras este tipo de ataques, que de volverse más comunes en el Mediterráneo preocupan cada día más a los especialistas.

Y es que la sobrepesca podría estar empujando a estas dos especies a competir por unos recursos que escasean.

Recientemente un grupo de expertos de Austria y Libia ha arrojado luz sobre el inusual hallazgo en la costa de Libia.

Encontraron el cuerpo de un tiburón zorro de 4,5 metros de largo en la orilla.

Lo extraño era el pico de pez espada que sobresalía de una herida en el costado del tiburón.

Los científicos sacaron el pico que resultó ser de 30 centímetros de largo.

Según la ubicación de la espada, el equipo cree que el tiburón resultó herido cerca de la columna vertebral y en el aparato branquial, lo que provocó daños en los nervios y las arterias, junto con sus arcos branquiales y luego llegó al corazón.

Este inusual caso fue descrito en una investigación publicada recientemente en la revista Ichthyological Research, y que describe al pez espada (‘Xiphias gladius’), como «un depredador de gran movilidad» conocido por atacar tiburones, ballenas, humanos e incluso objetos como barcos.

El equipo señala que la mayoría de los ataques a tiburones realizados por peces espada corresponden a ejemplares jóvenes ante la amenaza que suponen especies de escualo como el marrajo o la tintorera, pero el tiburón zorro era adulto y casi del mismo tamaño que su atacante.

El pez espada involucrado en el ataque actual no era joven, sino aproximadamente del mismo tamaño que el tiburón zorro y, por lo tanto, no encaja en su espectro de presas, lo que hace pensar que sea poco probable un ataque como respuesta defensiva.

En este sentido, se trata de «otro caso que muestra cuán peligrosos son los peces espada«, señaló Patrick L. Jambura, de la Universidad de Viena y autor principal del estudio, en una reciente entrevista a Forbes.

El equipo asegura que el ataque pudo haber sido accidental: los dos podrían haber estado compitiendo por la misma presa, o podría haber sido un intento del pez espada por ahuyentar al tiburón.

Jambura advierte que, de incrementarse, estos ataques serían «una señal alarmante de la situación en el Mediterráneo», ya que la sobrepesca podría llevar a estos dos depredadores a competir por unos recursos menguantes.

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