Valle-Inclán tenía alma

Valle-Inclán tenía alma

Rafael Álvarez, este Brujo sin par, ha sido de los primeros que se han puesto en marcha tras el confinamiento, y esta vez intentando encontrar al verdadero Ramón María Valle Peña (1866-1936), gran figura literaria del siglo XX al que se coloca entre los más afamados autores dramáticos, y de siempre mal entendido y mal interpretado. Su tesis es discutible pero sus monólogos biográficos una vez más alcanzan la excelencia. Sencillo, tierno, gracioso y ameno brinda cien minutos estupendos.

Dice: ‘Durante el confinamiento me inspiró este hombre singular y de vida vibrante. Alivió mi melancolía y finalmente me curó de las drásticas circunstancias que estábamos viviendo. Viví con él la luminosa redención que confiere siempre a sus personajes. Y trabajé con el misterio sencillo de sus acotaciones en ‘Divinas Palabras’. Ellas han sido para mí las palabras de aquellos ciegos que contaban historias señalando en un puntero las imágenes de un telón. Aquí las tienen con algo de la máscara de su vida en este teatro del mundo’. Y así es la obra, un acercarse al personaje desde distintos ángulos para presentarle sorpresivamente como persona espiritual, trascendente, bondadosa y moralista: cualquiera lo diría y no desde luego nosotros.

Ahora dudamos más, pero seguimos viendo a Valle Inclán como un morboso sensacionalista que intentaba ganarse al público con espectáculos espeluznantes, con esos espantosos esperpentos siempre hiperrealistícamente representados que han terminando siendo parodia de sí mismos. Pues no. Según El Brujo hay dos valleinclanes y el interno es el desconocido, el que busca la belleza a través de lo más feo, el que se ocupa de los ambientes miserables y los seres podridos para redimirlos y con ellos a nosotros mismos.

Ramón José Simón Valle Peña, como figura en su partida de nacimiento, escribió en ‘La lámpara maravillosa’: ‘Llevo sobre mi rostro cien máscaras de ficción que se suceden bajo el imperio mezquino de una fatalidad sin trascendencia. Acaso mi verdadero gesto no se ha revelado todavía, acaso no puede revelarse nunca bajo tanto velos acumulados día a día y tejidos por todas mis horas. Yo mismo me desconozco y quizá estoy condenado a desconocerme siempre. Muchas veces me pregunto cual entre todos los pecados es el mío, e interrogo a las máscaras del vicio: Soberbia, Lujuria, Vanidad, Envidia, han dejado una huella en mi rostro carnal y en mi rostro espiritual , pero yo sé que todas han de borrarse en su día y que sólo una quedará inmóvil sobre mis facciones cuando llegue la muerte’. ¿Cuál?

‘El Brujo’ una vez más en fiel a sí mismo y con eso nos facilita la tarea de reseñar esta nueva entrega. Hasta los más adustos reirán cien veces con sus gestos y ademanes cómplices, con sus comentarios sobre la última actualidad, ingeniosos pero nunca hirientes. Y al mismo tiempo podrán cavilar no poco sobre los interrogantes vitales universales que siempre plantea con modestia y agudeza. En fin, estando ante uno de los mejores exponentes de la dramaturgia española actual, alguien a quien comparan a Dario Fo y al que da mil vueltas en auténtico y agudo, sobran más comentarios.

Como siempre, quizás más que siempre, la puesta en escena es canina y el mismo lo reconoce varias veces a lo largo de la pieza para que no le critiquemos. Es un Juan-Palomo-yo-me-lo-guiso-yo-me-lo-como que ha encontrado la forma magistral de producir a bajísimo coste, invertir solo en sus cavilaciones y ser seguido por un público tan fiel como numeroso que le asegura buenos ingresos de taquilla. La panacea del cómico independiente. No se entiende que apenas tenga discípulos e imitadores. Él y solo él vagando por el escenario con un único acompañamiento, los precisos subrayados musicales de Javier Alejano, acordeón, pandero y violín austeros y elementales.

‘Divinas palabras’, subtitulada ‘Tragicomedia de aldea’ se publicó en 1919. Vista en clave mítica y libre de hipertrofias esperpénticas podría resultar bien diferente a lo que nos han acostumbrado las sucesivas puestas en escena. Despliega un conjunto de personajes horribles y desgraciados como pocas veces puede verse aún hoy día en un escenario, una provocación todavía hiriente, poblada de maldad, desolación, avaricia y lujuria, con esa Mari Gaila que ‘El Brujo’ ve como una diosa y ese Laureanilo que quizás sea un ángel disfrazado.

‘Qui sine peccato est vestrûm *vestrum*, primus in illam lapidem mittat’. Estas son las divinas palabras que le hacen pensar a Rafael Álvarez en el alma de Ramón Valle. Y a todos nosotros, en la nuestra propia.

En fin, ‘El alma de Valle Inclán’ es un gran trabajo dramático, con la modestia de las grandes obras y la capacidad de emocionar de las buenas. Como casi todas sus anteriores propuestas, un verdadero acontecimiento. No hablemos más porque si quieren, en nuestras reseñas de anteriores obras suyas se dice casi todo lo que se nos podía ocurrir:

El Evangelio de San Juan (2010)

Brujo, juglar y evangelista, por J.C.Deus

La Odisea de Homero (2013)

‘El Brujo’ nos conduce a una aventura desternillante

El asno de oro (2015)

‘El Brujo’ es un asno (de oro)

Misterios del Quijote (2016)

‘El Brujo’ nos conduce a una aventura desternillante

Teresa o el sol por dentro (2016)

Teresa o el sol por dentro

Autobiografía de un yogui (2017)

Autobiografía de un yogui (y brujo)

Y de postre, estas Lecturas de Divinas Palabras desde el Valle de la Vera que Rafael Álvarez grabó durante su confinamiento:

Divinas palabras

VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 9
Texto: 8
Interpretación: 10
Escenografía: 4
Producción: 4
Programa de mano: n/h
Documentación a los medios: n/e

Teatro Cofidis Alcázar
El alma de Valle-Inclán
Del 29 de agosto al 19 de septiembre de 2020
El 10 de septiembre no habrá función.

Ficha Artística
Versión y dirección: Rafael Álvarez, El Brujo
Diseño de vestuario: Gergonia E. Moustellier
Realización de vestuario: Talleres Moustellier
Música original: Javier Alejano
Directora de producción: Herminia Pascual
Jefe técnico: Oskar Adiego
RRSS: Xatcom Agencia digital Valencia
Distribución: Gestión y Producción Bakty S.L.

Martes a sábados 20:30 horas. Domingos 20:00 horas
Desde 16€
Duración: 100 min (sin intermedio)

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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