Pues 9’7 ha sido mi puntuación como profesor vinculado a la Universidad Politécnica de Cataluña. Nunca había alcanzado yo una puntuación tan alta entre mis alumnos aunque a menudo he superado el 9.
Atribuyo la subida récord a un efecto colateral de la preparación de mi doctorado con lo que tiene de elevación del espíritu de exigencia.
La idea de subir todavía más no me resulta atractiva. Se ve bonita la cifra tal cual. Porque incluye un alto reconocimiento pero al mismo tiempo esas tres décimas que te señalan la inveterada verdad de que las-cosas-siempre-se-pueden-hacer-mejor.
Sí, en cambio, me seduce la idea de innovar en mi metodología. De adaptarme a los tiempos de pandemia. En concreto, de implementar el formato radiofónico en mis clases. De hacer radio docente con todo lo que comporta de diversidad, ritmo y estimulación neuro-cognitiva.
Éste es decididamente mi reto para los próximos meses: radio-fórmula en las aulas.